Capítulo 3
Al otro dia en la Mañana

 
Me encontraba tomando café en la misma cafetería a la cual solía asistir regularmente en la mañana. Era temprano. No pude consiliar el sueño la mayor parte de la noche. Me recordé que en un tiempo atras hubieron rumores de projectos secretos del gobierno siendo performados cerca de la cuidad. Habian vastas areas en el desierto al lado sur de la ciudad. Nunca supe del lugar de estos experimentos y ninguno que conocía estaba tampoco muy interesado en averiguar de este asunto pues no habia razón alguna para hacerlo. Pero en esa mañana daba vueltas en mi mente tratando de recordar algún evento que cruzara en mi pensamiento relacionado con esto. No pude aclarar mi mente o recordar nada al respecto.

 Mire a mi alrededor. No se encontraba mucha gente en la cafetería en esa hora. Pude ver la mayoria de las mesas vacias, dándome la impresión de cuan temprano me habia allegado a aquel lugar. No era usual para mi encontrarme allí a esa hora. Miré mi relog, eran las 5 de la mañana. Al mirar afuera por el cristal y entre medio de la oscuridad de la mañana, solo pude ver a Oscar, el vagabundo que por mucho tiempo vivía en las calles de la ciudad. Algunos eran caritativos con él, otros les daba verguenza el siquiera caminar en la misma acera en la cual se acostaba.

 Mi mente comenzó a meditar acerca de todo este asunto del dia anterior. No era extraño para mi que el gobierno guardara secretos acerca de sus projectos. Para mi, ellos tenian muchas razones. Me recordé de mi pasado, cuando yo también fuí parte de varios de los planes que nuetra nación tomaba por la seguridad del país. En muchos casos, entendía que si el público se enteraba de ciertos asuntos, no serian tomadas como buenas noticias. Me recordé que luego de salir de Vietnam, mientras estuve en las fuerzas armadas como policía militar, me involucraron en misiones en Cuba. Nunca el público se enteró de los encuentros de soldados americanos contra guerillas cubanas en guantánamo, Cuba. Hubieron hombres y mujeres que fueron victimas de nuestra presencia allí. Estados Unidos se queria hacer sentir en aquellos lugares, tratando de limitar el avanze de Castro por sospechas de que tratara de pasar a otras islas en el Caribe y por la amenaza de los projectiles Rusos. Fue todo un desastre para muchos de los soldados, aunque no hubo pérdidas mayores de vidas americanas. Pero en aquellos dias nos era lo mismo matar a un hombre como a una mujer. Muchos de nosotros salimos de Vietnam con las memorias perpetuas de los enemigos que calleron, víctimas de nuestras armas. Cuando llegué de vuelta, pude ver lo que Vietnam hizo de nosotros, luego de pasar tiempo en una guerra donde no sabiamos si el niño que venía a nosotros era un limosnero o un enemigo. Luego de esas experiencias, cualquier lugar donde fueramos a batalla, no haciamos diferencia de que tipo de enemigo teniamos en frente. No mirabamos la edad o el sexo. Solo sabiamos que si no reaccionabamos a tiempo, nuestra vida podía ser tomada por cualquier persona.

 Nunca podré olvidar una mañana en Vietnam cuando todos fuimos en busca de nuestra paga regular. Muchos de los locales, en su pobreza, venian donde varios de los oficiales en busca de limosna. Había una caseta en la cual algunos oficiales de rango se reunian a comer y tomar luego de recoger su paga ese dia. Pude ver a una joven embarazada pasar por mi lado y dirigirse a las mesas de los oficiales, como pidiendo algo para poder comer. Un segundo luego, todos habian volado en pedazos. Luego de recoger el resto de los cuerpos, pudimos darnos de cuenta que la joven no estaba embarazada, sino que cargaba una bomba con ella. Todos los oficiales en aquella caseta murieron. Desde ese dia en adelante, supe que sería difícil distinguir al enemigo. Cosas como estas cambiaron mi modo de pensar y varios años luego comprendí que me habia afectado sicológicamente. Cualquier ser humano, luego de vivir en esas circunstancias, haría de él una persona nueva.

 Recordaba también que luego de llegar a los Estados Unidos no pensaba que podría hacer otra cosa que no fuera relacionado a enforzar la ley. Personas del FBI se acercaron a varios de nosotros, oficiales militares que habiamos salido intactos de Vietnam y Guantánamo, Cuba. En esos dias habian preocupaciones en la agencia por causa de los secuestros de aviones comerciales de parte de terroristas en el extranjero. Querian crear un grupo de oficiales que ocuparan los vuelos como pasajeros comunes pero llevando armas a bordo. Tome parte del projecto, el cual era secreto por supuesto. Todos los involucrados teniamos inmunidad diplomática y trabajabamos directamente como Alguaciles Americanos reportándonos a una agencia central de inteligencia.

 Ya llevaba año y medio en el projecto. Me encontraba en New York. Menos de dos horas despues de arribar de mi vuelo desde Londres, cuando cerca de la media noche en la ciudad dos jóvenes se me acercaron después de salir de un restaurant. Uno llevaba un arma y el segundo tenia un cuchillo en su mano. Me pidieron mi cartera y mi relog, el cual sin dudar les entregué. Ninguno se preocupo por indagar que llevaba en mi persona, sino que tomaron lo que les puse en las manos y me dieron la espalda mientras se alejaban corriendo. Fue un acto estúpido de mi parte, el sacar mi arma y dispararles a ambos. Fue una reacción inmediata. La primera bala alcanzó detras de la cabeza al joven que llevaba el arma, el segundo al darse de cuenta del disparo, dio vuelta y la segunda bala que salió de mi arma lo alcanzó en el pecho. Ambos murieron allí.

 Al próximo dia me encontraba en el departamento de policía. Me trataron de arrestar por asesinato, ya que varias de las personas del area de donde eran los jóvenes, hicieron sentir su disgusto en contra de lo ocurrido, pues un joven era de 19 años y ambos eran de color. Yo solo me apoyé en mi inmunidad diplomática y no contesté ninguna pregunta como nos lo habian indicado en nuestra preparación para este trabajo. El mayor de la ciudad contacto a mis superiores en Atlanta. Luego que varios agentes llegaron a aquel lugar la presión fue tal que la agencia central de inteligencia tuvo que dejarle saber al mayor quien yo era y por que razón tenía inmunidad diplomática. A solas, la agencia enteró al major de la ciudad de Nueva York de todo el projecto y por que me encontraba en la ciudad. Siempre me recordaré de la expreción que pude oir a traves de la puerta…

 -"¡¿Me quieren decir que ustedes tienen mas dementes asesinos como este, y en los aires?!"

-"Si Señor, pero no son dementes o asesinos. Son personas sirviendo a nuestro pais. En este momento hay cerca de 100 personas como el en los aires. Comprenda, este asunto es acerca de la seguridad nacional y tenemos que mantener esta información en secreto."

 -"¿Sabe Washington de que esta operación esta ocurriendo?"

-"Solo un pequeño grupo, el cual asignó los fondos para que fuera posible. No sabemos si el Presidente sabe de estas personas y que se esta haciendo. Espero que su cooperación sea presente en este accidente. ¿Puede usted comprender? Me imagino que no quiere oir acerca de un avión haciendo escala en su ciudad que haya sido ocupado por terroristas y que sea poco lo que usted pueda hacer."

 Desde ese dia el projecto fue poco a poco desapareciendo. Acerca de mi persona, me sacaron del projecto inmediatamente y tuve que volver a la vida civil. De esa manera vine a ser lo que en este dia soy, 18 años mas tarde, un investigador privado con historial de varios huesos fracturados y una bala siendo parte de mi cuerpo, un investigador el cual no puede dejar de alejarse de los problemas, y miro hasta este dia y me preguntaba que será de esta investigación en la cual la Sra. Burges me estaba involucrando.

 Salí de la cafetería y me dirigí hacia mi oficina. En mi camino pude notar que el Sheriff Morgan me estaba siguiendo, encendió sus luces como señal de que me detuviera. Me estacioné a un lado de la calle. Salió de su patrulla y se dirigió a mi auto con una libreta de multas en su mano.

 -"Parece que tiene mucha prisa, mi amigo Rubin."

 -"No recuerdo estar sobre ningún límite de velocidad."

-"Pues a mi si me parece que iba bastante rápido, y me parece que le debo de mostrar que debe de ir un poco mas despacio, mi amigo."

 Tomó su libreta y comenzó a llenar la multa. Por un momento no podía creer que estaba en serio.

-"No entiendo Sheriff Morgan, a que se debe todo esto. Yo se que no esta usando su velocimetro para medir mi velocidad. Si fuera así, se daría de cuenta que no..."

-"Escuche, por su propio bien tome su multa y vea que esto no se repita nuevamente. Tenga buen dia, Mr Rubin."

 Sheriff Morgan se alejo de mi vehículo, entro en su patrulla y se alejó en sentido contrario al cual veniamos. Me habia dado la multa doblada al reves. Al abrirla me di de cuenta que tenía una nota.

 -"¿No cree usted que lleva mucho tiempo sin confesar sus pecados, Mr. Rubin?
Creo que seria una buena idea que los confiese al medio dia de hoy.
Diríjase a la iglesia en medio de la ciudad.”

 Miré mi reloj. Eran solo las 6:00am. Mi mente no sabia que aclarar acerca de todo esto. Me preguntaba si el Sheriff Morgan fue la persona que dejo la nota en mi puerta la noche anterior. Miré nuevamente la nota, luego saqué el otro pedazo de papel de mi bolsillo y comparé ambas escrituras. No parecia ser el mismo tipo de letra. Me preguntaba por que dos personas se comunicaban conmigo tan secretamente. Tal vez ellos se sentian de la misma manera que yo me sentía la noche anterior, con esa extraña sensación de estar siendo observado. O tal vez sabian algo del cual yo aún no tenía conocimiento. La mejor manera de averiguarlo era encontrarme con quien el Sheriff Morgan queria que me encontrara en la iglesia. Tenia mucha intriga en esos instantes. En ese momento entendí que algo mas grande de lo que la Sra. Burges se sospechaba estaba ocurriendo. Algo que el Sheriff Morgan obviamente tambien sabía.