Capítulo 5
Los Documentos del Dr. Burgess


Me imaginé que sería lo mejor hablar con la Sra. Burgess. Me dirigí a su casa de acuerdo a la dirección que me habia dado. No me pareció que era buena idea ir al lugar en donde el Dr. Burgess fué hallado muerto. Si acaso hubiera algo que encontrar, ya el FBI debe de haberlo descubierto. Asi que pensé que tal vez la Sra. Burgess todavía tenia algunas cosas que el Dr. Burgess no se llevó con él. Si tenia suerte puede ser que encuentre algo. Pensé que luego de hablar con la Sra. Burgess podria visitar la agencia e indagar personalmente. Tal vez así llame mas la atención de alguien.

Aprendí tiempo atrás que si quería saber alguna información, la mejor manera era entrometiendome en algunos asuntos que atraerían la atención de alguien quien no le iba a agradar mi presencia. De esa manera en vez de yo buscarlos a ellos, ellos comenzarán buscandome a mi. Así sabría a quién prestar atención en mi investigación. Tenia planes de dar mi presencia a notar a varios de los agentes que estuvieron en la casa del Dr. Burgess. Si es que hay algo que estan buscando tan desesperadamente, pensarán que yo también estoy cerca a encontrarlo y esto crearía un poco de amenaza para ellos.

 Me aproximé a la casa y estacioné mi auto. La casa era de dos pisos y poseia una entrada de escaleras ya que el terreno elevaba la casa del nivel de la calle. Al ver la puerta principal poseia un cristal ovalado en medio adornadas desde adentro de la casa con cortinas que dejaban ver un poco hacia adentro. Antes de tocar la puerta pude ver que no estaba sola. A traves de las cortinas pude ver que habian más de una persona con ella y pude oir algunos murmullos de la conversación. Toqué el timbre dos veces pero no hubo respuesta de ninguno dentro de la casa. Me pareció un poco extraño. Traté de ver si la puerta estaba abierta por dentro y asi lo estaba. Abrí la puerta y pude ver a la Sra. Burgess sentada en la sala. En el mismo instante a travez del pasillo pude ver como daba a la puerta trazera de la casa y dos personas que salian lentamente por ella. El que estaba último a salir, antes de cerrar la puerta, miró hacia atras mientras yo entraba por la puerta principal. Su rostro era muy pálido y delgado pero al mismo tiempo era como un rostro limpio. Su mirada era penetrante y el color de sus ojos casi blancos. A pesar del sombrero negro que tenia pude ver su cabello claro y muy corto. Algo que jamás habia visto en una persona anteriormente. Sus ropas eran oscuras y por un breve instante también pude ver una de sus manos. Las uñas de sus dedos eran largas y parecian no tener color. Eran del mismo color de la piel.

Me pareció prudente mencionarle a la Sra. Burgess…

- “Perdone. No sabia que tuviera visita.”

- “¡Oh, Señor Rubin! Me ha dado un susto. Entre por favor. ¿Porque no tocó el timbre? Yo le hubiera abierto la puerta.”

- “Toqué el timbre dos veces pero quería estar seguro de que nada le estuviera pasando ya que tenia compañia.”

- “¿A que se refiere?”

- “Me refiero a las personas que estaban aquí con usted. Pude ver que estaban hablando con usted antes de que abriera la puerta y salieran de su casa.”

- “Señor Rubin. Yo no he recibido visita en esta casa desde ayer cuando mi hija me visitó. Usted debe de haber confundido los puequeños diseños de la cortina con algo.”

Mientras ella me hablaba, comencé a caminar hacia la puerta de atras. Abrí la puerta y ya se habian
ido. Salí totalmente fuera de la casa al jardín, pero no pude ver nada. Lo que mas me sorprendió fue que al mirar al suelo las partes de arena en el patio no mostraban huellas. Mire el suelo alrededor de la casa. No habia manera de que alguien saliera de la casa por el jardín sin dejar ni siquiera una huella, pero alli estaba yo sin poder explicar como es posible. Estaba seguro que ví salir por lo menos a dos personas de la casa. En medio de mi confución miré detras de mi a la puerta y pude ver a la Sra. Burgess mirandome como si estuviera confundida .

- “Señor Rubin. ¿Sucede algo? No creo que vaya a encontrar nada de importancia en mi jardín. ¿Porque no sube y le hago una taza de café? Digame que ha descubierto de la muerte de mi esposo.”

 Entre nuevamente a la casa. La Sra. Burgess cerró la puerta detras de mi.

- “¿Me quiere decir que no ha estado con nadie aquí en el dia de hoy?”

- “Exacto. ¿Porque usted pregunta estas cosas?”

- “Por nada. Tal vez es causa de lo poco que pude dormir anoche.”

- “Bueno, tome asiento y permítame que le dé algo de tomar. ¿Jugo de china ó café?”

- “Café estará muy bien, gracias.”

Me preguntaba si la Sra. Burgess estaba tratando de ocultarme algo ó si realmente no se dió de
cuenta de las personas que estaban en su casa. Estaba casi seguro de que estaban hablando con ella.

- “Sra. Burgess. ¿Tiene usted aquí alguna cosa que pertenecía a su esposo. Notas, objetos o alguna cosa que no se llevó con él?”

- “Su cuarto donde mantenía mucha de sus cosas. El nunca se llevó varios libros, solo dejó algunas cosas que no podia acomodar en la otra casa. Despues de vivir aquí por tanto tiempo, creo que tenia ese cuarto mas de almacén que de ninguna otra cosa. Sabe que habiamos comprado esa otra casa con planes de luego retirarnos y no mantener una casa tan grande como esta. Siempre tuve la esperanza de que realmente no se divorciara de mi sino que solo deseara estar solo por un tiempo.”

- “¿Donde se encuentra su cuarto? Creo que debo de saber lo más posible acerca de lo que su esposo hacia y tal vez debe de haber alguna pista aquí en su casa. Dejeme preguntarle, ¿ha entrado alguien en ese cuarto últimamente?”

 Haciendo señal como que le siguiera, comenzó a caminar por el pasillo principal de la casa.

- “El único que entraba en ese cuarto era mi esposo, la útima vez fué hace como tres semanas atrás. Una semana después fué cuando apareció muerto. Mi esposo vino a la casa y estuvo acomodando algo. Se llevó algunos papeles pero también vino a dejar algunas cosas. Desde hace muchos años yo no entraba a organizar nada en su cuarto. Siempre me decía que cuando trataba de organizarlo le creaba una completa desorganización pues el sabía donde ponía sus cosas. Venga por aquí.”

Al final del pasillo se hallaba una puerta. Al lado de la puerta pude ver una foto de ella con su esposo. Cuando abrió a puerta noté que se dirigía a un sótano bajo la casa. Encendió la luz desde el lado de la puerta y ambos bajamos las escaleras. El lugar era amplio. Habia libros y papeles amontonados por todos lados. Una mesa amplia, un escritorio y dos computadoras. A un lado del cuarto se encontraba una pared hecha con piedras y el resto de las paredes en cemento. Poseia una pequeña ventana de cristal que daba al lado de la casa donde se estacionaba el vehículo. La otra avertura al lado contrario la usaron para montar un aire acondicionado.

- “Este era el lugar en el cual pasaba la mayor parte del fin de semana cuando no estaba en su trabajo. Realmente parece para mi como si todavía estuviera aquí ya que muchas veces no le veia en todo el dia cuando él bajaba a este cuarto y se envolvía en su trabajo. La única diferencia antes de que se fuera era que por lo menos sabía que estaba en la casa.”

- “¿No le molesta si busco entre las cosas de su esposo?

- “No. ¿Que usted piensa encontrar?”

- “Aún no se. Pero, debe de haber algo que me de una idea en lo que su esposo estaba trabajando. Creo que de esta manera sabré que preguntarle al FBI cuando les dé una visita.”

- “Yo estaré en la cocina. Le traeré su café en unos minutos.”

Subió las escaleras y comenzé a buscar en medio de los papeles en la mesa que estaba en medio del cuarto. Las notas que pude ver no me decian mucho. En la mayor parte habian combinaciones de números, esquemas de dibujos y cálculos matemáticos que para mi no daban mucho sentido. A la verdad, nunca fuí muy bueno en las matemáticas. Varios de los símbolos escritos en las múltiples notas las habia visto antes pero no pude entenderlas. Decidí buscar por algo más concreto. Notas personales que tuvieran alguna descripción. Encontre cintas de video y algunas cintas de sonido.

Tomé la silla del escritorio. Pasaron varias horas mientras buscaba. La Sra. Burgess fué mas que atenta en traerme café y algo de comer en ocaciones. Cuando encontraba algo el cual tal vez me fuera a dar alguna indicación luego, lo ponia aparte. Miré por la ventana hacia afuera. Pude ver que ya era de noche. Tomé los documentos y cintas que creí me iban a poder ayudar y los coloqué cerca de la escalera. Me senté en frente de una de las computadoras y la encendí. Buscando en los archivos pude ver varias fotos. Algunas con el Dr. Burgess en ellas y otros individuos. Otras no me parecian tener nada en particular que llamara la atención. Solo edificios que parecian como de una base militar pues se veian algunas personas con uniforme en ellas. Pude ver las fechas de los archivos y eran bastante recientes. Busqué un disco que pudiera usar. Copié alguna de las fotos. Hice lo mismo en la otra computadora. Hubieron areas que no pude entrar del todo. Tenian seguridad y ni siquiera pude ver la data aunque traté de entrar a la misma.

Pense que ya era un poco tarde y recogi varias de las cosas que puse a un lado. Coloque los discos que copié con fotos en mi bolsillo y subí las escaleras con el resto de algunos documentos y cintas en mis manos. Encontré a la Sra. Burgess leyendo un libro en su sala.

- “Le pediré permiso para tomar alguna de las cosas que tal vez me ayuden. Creo que necesito mas tiempo para ver dentro de todo esto.”

 - “No hay problema. ¿Pudo encontrar nada nuevo desde que me llamó en el dia de ayer?”

- “Solo se que sus sospechas tienen validez. Debe de haber algo mas oculto en esto. A propósito… ¿ha visto usted alguna vez a alguien con ropa oscura y sombrero del mismo color, con la piel pálida? ¿Alguien así que halla venido aquí a hablar con usted antes?”

- “No”

Respondió suavemente mientras me miraba. Se notaba la sinceridad en sus ojos. No creo que me estaba mintiendo. Me pareció que le extraño mucho que le preguntara esto.

 - “Me debo de ir ya. Se esta haciendo tarde. Me comunicaré con usted cuando sepa algo.”

Tomé mi auto y me dirigí hacia mi casa. Miré el relog y eran las 10 de la noche. No podia borrar de mi mente aquel rostro que pude ver en la casa de la Sra. Burgess. No parecia tener una mirada de maldad, pero realmente cuando me miró me sentí algo diferente.

Estacioné mi auto y lo apagué. Este lado de mi casa era siempre oscuro durante la noche. Estaba a punto de salir de mi auto cuando pude oir una voz baja detras de mi…

- “Espero que no haiga nadie en los alrededores, señor Rubin”

Como un relámpago saqué mi arma de mi chaqueta y la apunté en dirección de donde la voz venía. Habia una persona en la parte de atras en el piso dentro de mi auto. Con poca claridad pude ver que tenia espejuelos y puso ambas manos en frente de su rostro como tratando de evitar que le disparara. Con voz temblorosa habló nuevamente…

- “Perdone que me presente de esta manera. No sé que mas hacer. Lo he estado siguiendo tratando de buscar el momento correcto para hablar con usted. Es la única persona que me puede ayudar.”

 - “¿Y que le hace pensar que estoy aqui para ayudarle?”  Dije con voz amenasadora.

- “Se que está buscando información acerca del Dr. Burgess. Y tal vez le sirva de ayuda si es que usted me ayuda a mi. Tengo tanto miedo. Todo salió mal. Si es que queda en usted un poco de misericordia usted me ayudará…  ¡Oh, Dios! ¡Lo que hemos hecho!”

 Comenzó a llorar frenéticamente. Me di de cuenta que el miedo que este hombre nada tenia que ver con mi arma cerca de su rostro. Habia algo  que  temia aún más. Estaba completamente quebrantado. Este hombre estaba lleno de terror.