Capítulo 7
“Apartece, por su propio bien…”


Al otro dia lo encontré más tranquilo. Le habia dicho que le ayudaria lo mejor posible si  es que me estaba diciendo la verdad y me ayudaba a comprender algunos de los documentos que habia traido conmigo. Él estaba muy cansado y no pudimos ver todos los papeles la noche anterior y ademas, no pudo ayudarme con todo. La mayoria eran papeles con cálculos que él no comprendía con seguridad. Le mencioné que iria fuera a resolver algunos asuntos y él se dirigio nuevamente a la cama. Quedarse en la casa era lo mejor que podia recomendarle. Le dejé usar uno de mis cuartos. No era muy cómodo ya que no acostumbraba a tener visitas, pero para un hombre que ha tenido poco sueño en varios dias se encontraba bastante agradecido.

Miré los documentos por un momento nuevamente. Las cintas que tenia las examinaría luego. Con la nueva información que tenia queria visitar la casa del Dr. Burgess y luego visitar la agencia. Tomé cada documento y cintas conmigo. Removí la alfombra en una parte del suelo de la cocina, donde escondia un espacio. Este lugar lo usaba en ocaciones cuando queria guardar alguna arma o escopeta. Tenia suficiente espacio para todo lo que tenia en la mano. Coloqué todo en ese lugar.

Tomé mi auto y me dirigí a mi oficina. Una vez allí, busqué en mi escritorio y tomé un camara conmigo. En ese momento dos hombres, bien vestidos, abrieron la puerta de mi oficina sin aviso. Calmadamente entraron. Podria decir que ambos eran alrededor de 30 años de edad. Pude ver como uno de ellos tomó algo del bolsillo de su chaqueta. Me mostró su placa. Era el FBI ó por lo menos así querian hacerme creer. Por mis años de experiencia previa, ya conocía como operaban.

- “FBI, Señor Rubin. Queremos hacerle algunas preguntas. Si es que no le molesta.”

- “Al contrario” les mencioné “estoy agradecido que me han ahorrado un viaje a su agencia. Me dirigia para sus oficinas en este dia.”

 Me dio una mirada de pocos amigos. Parecia querer intimidarme un poco.

- “Ha llegado a nuestra atención que usted ha estado envolviendose en una de nuestras investigaciónes, Señor Rubin. ”

 - “¿No es este mi trabajo? Tengo investigaciones que hacer todo el año, ¿¿Señor… ??”

- “Mi nombre no le importa. Dejemos el rodeo. Le recomendaria que se aparte de esta investigación, por su propio bien.”

 - “¿Que me quiere decir con eso de… - por su propio bien - ?“

- “Nos concierne que al usted entrometerse en esto, cause usted mas daño que bien, incluyendo su propia seguridad, Señor Rubin. No tenemos mucho tiempo en nuestras manos para que encima de nuestro trabajo tambien tengamos que cuidarlo a usted.”

- “Dejeme decirle algo, quien quiera que usted sea. No se preocupe por mi seguridad. Se defenderme muy bien. Ademas, en este momento solo respondo a mi cliente. Me parece que algo se les escapó por entre los dedos a ustedes y luce como que no pueden hacer su trabajo muy bien y temen de que alguien como yo les vaya a exponer. Si es que estamos ambos del mismo lado, ¿por que no podemos cooperar los unos con los otros? Pero pienso que sus intereses no sean los mismos que los mios o de mi cliente.”

- “Usted no comprende aún. Este asunto concierne la seguridad nacional. Y por sus credenciales, debe de saber que podemos llegar a los extremos con usted. Ya averiguamos su pasado, Señor Rubin, sabemos de lo que usted es capaz. En estos momentos nos parece que usted ya se ha involucrado demasiado. Si vemos que nos es de estorbo, lo pondremos bajo arresto hasta que podamos terminar con nuestra investigación sin problemas de su parte.”

 Por alguna razón, nunca he respondido bien a las amenazas…

- “Joven, creo que es usted el que no tiene idea aún con quién usted esta hablando. Creí que aquí no habia nada que investigar. ¿No fue eso lo que se le dijo a la policia? Usted ó sus superiores parecen estar mas intimidados de mi que yo de ustedes.”

 Cuando terminé de decir estas palabras, una tercera persona se presentó en mi oficina. Me pareció de inmediato que era otro agente por su ropa. Les hizo señas a ambos de que salieran de mi oficina. Mirandome luego de que ambos salieron tomó una de mis sillas y se acerco a mi escritorio. Habló con un tono calmado.

- “Señor Rubin, mi nombre es Mark Irwin, pero me puede llamar Mark. Espero que disculpe a mis hombres. En ocaciones no saben como mantener una comunicación inteligente. Yo se que usted me comprenderá si hablamos y con un poco de cooperación de su parte en cuanto a su trabajo.”

 En este momento no me encontraba muy contento.

- “Digamos que con sus palabras suaves y con su manera de insultar mi inteligencia ya estoy dispuesto a hacer todo lo que usted me diga.”

Le mencioné con tono sarcástico. Queria que entendiera de una vez que no estaba dispuesto a ser parte de su juego. Si él pensaba que tomaría alguna ventaja de esta manera, estaba equivocado.

- “Muy bien. Dejeme ir directo al punto. Espero que pueda apreciar lo que tengo que decirle y que tambien entienda que lo que hablemos en este lugar es confidencial. Usted fué en un tiempo parte de nosotros. Quiero confiar en usted, Señor Rubin, si es posible.”

 Yo se que no era su intención darme mucha información. Se dió de cuenta que no obtendria nada de mi sin primeramente hacerme entender su punto de vista. Mientras tanto, ambos estabamos a la espectativa. Tenia que ser cuidadoso. El solo propósito de su visita era el que no me involucrara más aún y el tratar de obtener toda la información posible de mi parte.

 - “Muy bien. Creo que podemos entendernos mejor ahora. Dígame usted. Soy todo oidos.”

- “Si, sé que lo es. Primeramente, el Dr. Burgess. Se que esta investigando acerca de su muerte. Dejeme darle la garantía de que su muerte fue natural.”

 - “Y porque tanta seguridad alrededor de su muerte.”

- “El Dr. Burgess era parte de varios experimentos que no estoy en libertad de discutir. Su trabajo en análisis y desarollo tecnológico han sido de gran ayuda para nuestra nación. De alguna manera algún gobierno extranjero ha estado tratando, si es posible, poner sus manos en sus hallazgos. Encontramos que hubo información clasificada que se escapó de nuestro sistema de seguridad. Debido a su muerte repentina, nos era de interes que nadie pudiera poner mano en ninguno de sus documentos. Pero supimos que el Dr. Burgess tambien habia tomado, sin autorización, varias notas y cintas que eran parte de su trabajo y, como usted debe de comprender, no podemos dejar que esto caiga en manos ajenas. El Dr. Burgess era, en parte, un sospechoso. No creiamos, si en realidad él era culpable, que fuera la razón por la cual la información clasificada habia desaparecido. Pero no necesariamente estoy aquí para contarle todos nuestros problemas. Es posible que usted se tope con algo que, por supuesto, nos pertenece. Quiero que comprenda que si sabemos que usted o cualquier otra persona llega a saber alguna información en cuanto a esto, y no toma las medidas necesarias para comunicarse con nosotros, sus acciones serán tomadas como un acto criminal. Esperamos tener su cooperación.”

- “Asi que de esto es que se trata su visita. Entonces quiere decir que lo que ustedes buscan tan afanados es a una persona y documentos. Yo, al contrario, solo busco la verdad acerca de la muerte del Dr. Burgess. Lepuedo preguntar, ¿Tiene alguna sospecha de quién podia ser esta persona?”

 - “Tal vez. Pero no necesariamente sea la persona a quien terminemos arrestando.”

- “Todo lo que le puedo decir es que si encuentro algo que no me sirva de interes y a usted le interese, le dejaré saber.”

 - “Señor Rubin, nos volveremos a ver pronto.”

 Dejo su tarjeta en mi escritorio. Su mirada presentaba muy poca confianza. Para sorpresa mia, su tarjeta no mencionaba nada acerca del FBI. Solo tenia un sello del gobierno. Como los que la agencia de inteligencia usaban.

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 Pasada una hora, me encontraba en la casa donde el Dr. Burgess habia sido encontrado muerto. Miré los alrededores y, por supuesto, nada que me sirviera de ayuda. Observé hacia adentro de la casa por medio de uno de los cristales del frente. Todavia se encontraban algunos muebles allí. Mientras caminaba en el patio, noté que alguien se acercaba desde el otro lado de la calle. No pude ver desde que casa provenia. Sus ropas no estaban limpias y su caminar era pausado y dificultoso. Parecia que recientemente estubo trabajando ya que sus ropas estaban en parte sucias y tenia puesto unos guantes de tela. Se acercó a donde yo estaba. Era un hombre de mediana edad no muy alto en estatura.

 - “Hola, ¿en que le puedo ayudar?”   Me mencionó.

- “Hola. Mi nombre es Tim Rubin, investigador privado. ¿Es usted la persona acargo aquí ó solo le atrae la curiosidad?”

- “Yo era el jardinero del Dr. Burgess por el tiempo que estuvo en este lugar. Vivo al cruzar la calle, dos casas hacia la derecha. Me pareció nunca haberle visto en estos alrededores luego de haber hablado con casi todas las personas que se acercaron a esta casa luego de su muerte.”

 - “Entonces fué usted la persona que lo encontró muerto.”

 - “Se podria decir asi.”

 - “¿Que quiere decir con esto?”

- “Nada en específico. ¿De parte de quién usted esta investigando aquí? ¿No cree que si piensa encontrar algo ya ha llegado un poco tarde? No se realmente que piensa encontrar.”

- “Eso mismo pensaba. Pero uno nunca sabe. Estoy aqui por causa de la Sra. Burgess quien quiere saber por que el Dr. Burgess murio de esta manera.”

 Su expreción cambió luego que me oyó mencionar estas palabras.

 - “Oh, Raquel. ¿Como se encuentra ella?”

 - “¿La conoce usted? Ella se encuentra bien. Estuve en su casa el dia de ayer.”

 - “Es bueno saber esto, pero… ¿Como ella ha tomado la muerte de su esposo?”

 - “Lo único que podria decirle es que se encuentra sumamente triste por todo esto.”

- “Pobre Raquel. Perdone que le haga tantas preguntas, Señor Rubin, pero me dijo que Raquel le envió aquí. ¿Que realmente espera encontrar de todo esto?”

- “Creo que ya he contestado muchas preguntas. ¿Por que no me da un poco de información acerca de lo que pudo ver? Primero, cuénteme lo que ha ocurrido. Algo que usted crea sea de ayuda para mi. Recuerde, a la Sra. Burgess le importa, todo lo que me pueda decir tambien la ayudaria a ella.”

 Me apuntó con su dedo y comenzó a hablar en un tono poco amigable.
 - “Primero déjeme saber si trabaja usted para el gobierno en alguna forma.”

 - “No, solo represento a mi cliente que en este caso es Raquel Burgess.”

 Me miró por unos instantes. Se encontraba muy pensativo, como si estuviera meditando en alguna decición. Este hombre debia de saber algo importante para hablarme de esta forma y para querer asegurarse de que el gobierno no estuviera involucrado. Estaba como indeciso si podia confiar en mi o no. Traté, si era posible, ayudarle en su desición.

- “Creame, si algo hay alrededor de la muerte de este hombre que usted pueda aclarar con cualquier información, será de gran ayuda.”

 Se mantuvo igual por algunos segundos. De repente mencionó…

- “Venga conmigo. Espero que usted sea una persona que realmente sirva de ayuda. Pero primero, debe de ganarse mi confianza. ¿Me comprende usted?”

 - “Espero que si.”

 Comenzó a caminar hacia el otro lado de la calle. Le seguia a un lado. Como pude ver que tenia problemas en caminar correctamente, extendí mi mano tratando de ofrecerle ayuda. Negó completamente el que le ayudara por medio de un gesto brusco. Movió su brazo hacia un lado en forma de dejarme saber que no le tocara. Luego de caminar un poco, llegamos hasta una pequeña casa. Abriendo él la puerta, entré luego que me dió indicación de que entrara.

 - “Espere aquí.”  Mencionó haciendo señal para que tomara asiento.

 Mientras esparaba, vi como entró a uno de dos cuartos que poseia la pequeña casa. Luego de varios segundos regresó con algo en su mano. Lo extendió hacia mi. Era una pequeña joya.

 - “Hagame un favor. Vaya a donde la Sra. Burgess y entrégele esto.”

 - “¿A que se refiere? ¿Que tiene que ver esto con el Dr. Burgess?”

- “¡No haga mas preguntas!”  Mencionó con voz molesta. “Si es usted realmente una persona de confianza para Raquel, sabrá de que esto se trata. Por ahora no tengo mas que decirle a usted. Lárgese de mi casa.”

 Tomé la joya que estaba en su mano. Era ovalada y de color azul claro. Salí de la casa y me dirigí hasta mi auto. Cada segundo me preguntaba que significaba esto. Habia una sola manera de averiguarlo. Estaba por darle otra visita a la Sra. Burgess.