Capítulo 8
La búsqueda

 Abrió la puerta de su casa antes de que pudiera salir de mi auto. La Sra. Burgess me miraba con un sentido de urgencia. Mientras me aproximaba, me hacia señas de que me apresurara. Corrí hasta la entrada de su casa y antes de que me acercara lo suficiente comenzó hablandome…

 - “¡Estuvieron aquí y se llevaron todo!”

 - “¿Quienes?”

- “Los mismos hombres que estuvieron a cargo del cepelio de mi esposo. Los mismos para los que mi esposo trabajaba. Estuvieron aquí en la mañana con una orden de la corte para investigar todo en mi casa.”

 - “¿Que fué lo que se llevaron?”

- “Estuvieron investigando toda la casa hasta que se toparon con el cuarto de mi esposo. Donde ayer le indiqué a usted que mi esposo tenia todas sus cosas. Se llevaron todo lo que habia en el cuarto. No dejaron nada.”

 - “¿Les mencionó usted que me llevé alguna de las cosas?”

- “No. Creo que se dieron de cuenta de que nunca examinaron esta casa. Parece que le siguieron a usted por un tiempo sin que se diera de cuenta.”

- “No creo. No pude ver a nadie. En esto estoy bastante seguro.”

 Por un momento pensé que era posible que estuviera equivocado. Lo que sabia era que parte de lo que esperaban encontrar, yo lo tenia en mi poder. Mi mente rápido pensó acerca de los agentes que estuvieron al mismo tiempo en mi oficina. Me estaban manteniendo alejado mientras examinaban la casa de la Sra. Burgess y me imaginaba que tambien debieron de haber entrado a la mia. Pensé de inmediato en el Dr. Walter Stevens y las cintas que tenia en mi poder. Era mejor en ese momento que corriera hasta mi casa y me asegurara.

- “Sra. Burgess, debo de irme rápidamente. Pero antes quiero preguntarle, ¿Significa esto algo para usted?”

 Saqué la joya desde mi bolsillo y se la mostré. Le tomó un momento examinarla.

 - “¿Donde consigio esto?”

- “Su amigo el jardinero, el que encontró a su esposo muerto. El mencionó que le diera esto. Debe de ser algo importante.”

- “No entiendo, yo no conosco ese jardinero. Yo solo se de él por la policia quien me lo mencionó. Pero, esta joya, mi esposo me la mostró antes de él irse de esta casa. Me habia dicho que tal vez, el dia que pensara regresar, me enviaria esto. No puedo comprender a que se refiera este hombre al enviarme esto. Me imagino que la debe de haber encontrado en la casa ó en los alrededores cuando limpiaba.”

 - “¿A que se refiere con que su esposo le enviaria esto?”

- “El dia que me anunció que se iria de la casa, como en forma de consolarme, me habia dicho que tal vez regresaria. Fue entonces cuando me mencionó que si esto llegara a pasar, que cuando fuera a comunicarse conmigo, me enviaria esta joya como señal. ¿Que quiere decir entonces esto?”

- “No se realmente. Debo primero de atender algo. Creo que sabré acerca de esta joya y como este jardinero llegó a obtener la misma. ¿Esta segura que usted nunca conoció a esta persona?”

- “No. Yo solo habia oido de él.”

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 Me estaba acercando a mi casa a la mayor brevedad posible. Todo el tiempo durante la trajectoria mi mente daba vueltas. El alguacil, la Sra. Burgess, la agencia del gobierno, los documentos y cintas escondidas en mi casa, el Dr. Walter Stevens, el jardinero y mas que ninguno, esos Seres. Me preguntaba si iba a poder llegar al fondo de todo esto. Pero mi primera preocupación en ese momento era el Dr. Walter Stevens y el material que esperaba que aún debia tener en mi poder.

Eran las horas de la noche en ese momento que llegué a mi casa. Una vez que abrí la puerta me pude dar de cuenta que habian estado buscando en mi hogar. Todo estaba revuelto. Libros, mesas, muebles y todo mi cuarto. La cama habia sido destrozada. Busqué por señas del Dr. Walter Stevens. No habia rastro de él. Me preguntaba si la agencia tambien se lo habia llevado ó si de alguna manera pudo escapar. Me imaginaba que ya en esos momentos deberia de estar en alguna oficina en manos de alguna de estas personas de la agencia para la cual trabajaba en el projecto. Caminé hasta la cocina luego de buscar alrededor de toda la casa. Sin duda sabia lo que estaban buscando. Miré en donde habia escondido todo el material anteriormente. ¡Perfecto! No lograron conseguirlo. Estaba todo allí, intacto. En ese momento ellos deberian de estar pensando que lo habia escondido en algún otro lugar. Tal vez interroganban al Dr. Stevens en ese momento acerca de esto. Pero de ninguna manera les podria ayudar. El no pudo ver en donde habia escondido estas cosas.

 Me sentia tan molesto. No podia esperar en poner mis manos en alguno de los responsables. Pero lo que sea que estuvieron buscando yo lo tenia en mis manos. No deberia permitir que pusieran las manos en las cintas y documentos. Sentia que era el momento apropiado para darle una visita al otro dia a Mark Irwin, quien me visitó a la oficina temprano en ese dia y quien creia en ese momento era el responsible del destrozo causado en mi casa. Busqué su tarjeta en mi bolsillo. Creo que al otro dia se llevaria una sorpresa cuando le pueda mencionar todo lo que en ese momento sabia de su delicado projecto.

 Miré entre las cosas que tenia en mis manos. Las cintas de video. Aún no habia visto su contenido. Como no era prudente el estar en mi propia casa por mucho tiempo con esta evidencia en mis manos, puse todas las cosas en el baul del auto. Tomando el auto salí de allí. Varias millas despues, en un lugar solitario, entré en un teléfono público al lado de la calle y llamé al alguacil Morgan. Queria saber si me podia suplir con un lugar en donde pudieramos ver las cintas.

Eran las 9:00 de la noche. Esperaba que estuviera a esas horas en su oficina. Lamentablemente, no se encontraba. La persona que contestó el teléfono mencionó que le daria una llamada a su patrulla o a su casa, ya que le mencioné que era importante. No sabia en ese momento que habia sido seguido desde lejos en medio de la noche. Mientras me hallaba en la cabina telefónica esperando por una contestación pude ver un reflejo en el vidrio. Miré a un lado y pude ver a un hombre de gran constitución muscular con una pistola en su mano, apuntándome. Cuando comenzó a hablar con un acento pesado, era fácil deducir que era extranjero.

 - “¡Deje el teléfono y salga de ahí, ahora!”

 Coloqué el teléfono de un lado sin colgar la llamada y puse mis manos en alto. Con mucho cuidado salí de la caseta. Pude ver que habia otra persona no lejos de allí cerca de un auto negro el cual tambien tenia un arma. Habia una tercera persona dentro del automobil en el guia. El hombre grande que estaba cerca hacia señas de que me acercara al auto. Comenzé a caminar y al acercarme el otro individuo buscó en mi chaqueta. Tomó mi arma y las llaves de mi auto.

- “Entre al auto, Señor Rubin.” Mencionó el otro hombre.

Su acento parecia Aleman o Ruso. No estaba seguro. Me forsaron al asiento de atras. Aseguraron la puerta. Uno tomó asiento a mi lado y el otro al frente mientras uno me apuntaba con su armas y el otro apuntaba al que estaba al volante. Una vez adentro pude ver al chofer. ¡Era el Dr. Walter Stevens! Me preguntaba si el Dr. Stevens me estuvo mintiendo hasta ese momento.

- “¿Y que hace usted aqui, Dr. Stevens? ¿Que tiene usted que ver con este grupo tan hospitalario?”

- “¡Nosotros hacemos las preguntas! Sabemos que tiene en mano algunas cosas de importancia para nosotros, pero lamentablemente no pudimos encontrarlas en su casa. Su amigo nos pudo dar buenas nuevas en cuanto a los documentos del Dr. Burgess, claro que ayudamos a su lengua con unos cuantos golpes. Me parece que usted tambien necesita que le demos una ayuda en el habla.”

- “No se de que habla. Este cobarde es capaz de decir lo que ustedes quieren oir con tal que no le toquen. ¿Y quienes son ustedes, si se puede saber?”

- “Eso no es importante.” Dirigiendose a su companero, menciono, “Toma las llaves. Busca en el vehiculo. Puede ser que tenga las cosas en su auto. Yo me encargo de ellos si se mueven.”

 Antes de que terminara de decir estas palabras, se oyo una exclamación de horror que nos hizo sobresaltar a todos. Era el Dr. Stevens mientras miraba al frente del auto.

 - “¡OH NO! ¡SON ELLOS OTRA VEZ! ¡NO!”

 Pude ver a uno de esos hombres palidos que crei haber visto antes a unos metros de distancia del auto. Caminaba en direccion nuestra. En menos de un segundo de estar mirando, pude ver como otros dos se materializaban de la nada a cada lado de el primero.

Como parte de un instinto, el Dr. Stevens encendio el auto y se dirigio a gran velocidad tratando de atropellar a uno de ellos. El primero que habiamos visto recivio el impacto y entro por el vidrio de frente al auto. La mitad de su cuerpo ahora se encontraba dentro del auto. Varios vidrios calleron sobre mi mientras me protegia con mis brazos. El Dr. Stevens dio una vuelta con el auto tratando de alcanzar a los otros dos. Para mi asombro, pude ver esta criatura dentro del auto moviendose y alcansando al Dr. Stevens por el hombro. El  hombre que estaba al frente parecia estar inconciente por el impacto. En medio de la confucion, por un instante, me parecio que se habia dado en la cabeza, pues pude ver sangre en un lado de su rostro. Empuje a un lado el arma de que me apuntaba. Le di varios golpes fuertes hasta que me asegurara que lo tenia bajo control. El auto aun estaba en movimiento a alta velocidad dando vueltas mientras podia oir al Dr. Stevens gritando a todo pulmon con esa criatura agarrandolo por un lado. Traté de abrir la puerta del lado contrario. Agarrado yo aun de aquel hombre, salimos disparados del auto. Pude sentir el dolor al caer al suelo, aunque use aquel hombre para que amortiguara mi caida.

Me tomó unos segundos sacudir el dolor. Una vez me pude poner en pie, vi a aquel hombre inmovil a un lado. Mire hacia donde estaba el auto. Habia impactado un arbol. Entre medio de las sombras de la noche note a aquellas dos figuras que se dirigian hacia mi. Desde el interior del auto ya no se podia oir al Dr. Stevens. Vi a la tercera figura salir por el frente del auto por donde habia entrado tan drasticamente, como si nada le hubiera pasado. Con su rostro pálido, aun en la oscuridad de la noche, fue fácil ver la sangre cubrir parte de su rostro. Pero me preguntaba si era su sangre propia o la del hombre que anteriormente estaba apuntando al Dr. Stevens. En ese momento supe que no estaba teniendo alucinaciones cuando les vi por primera vez. Traté de ver si encontraba el arma que aquel hombre tenia con el cuando caimos. Pero no podia ver nada a mi alrededor, sino aquellas criaturas a unos 20 metros de distancia. Traté de correr. Me di de cuenta que la caida me habia afectado un lado de mi cadera y en mi rodilla poseia un dolor punzante. Cai nuevamente al suelo de espaldas. No me habia recuperado del todo de aquella caida. Al caer de nuevo, me lastime un lado de la cabeza. Casi de inmediato esos tres seres me rodeaban. Sus ojos brillaban como si fueran gatos en la noche y su aspecto como cadaveres. Como un ser humano que no poseia sangre y con los dedos como si fueran garras. Desde el suelo acostado me encontraba mirando hacia arriba cuando los pude oir.

- “Rubin… Rubin… Destruya la evidencia. Aun hay tiempo. No deberiamos de seguir interviniendo por causa de ustedes. Encuentre al Dr. Burgess y hágalo desistir de sus planes antes de que sea tarde.”

 Terminando de decir estas palabras como un susurro, casi sin mover sus labios, los vi desaparecer. Y de la misma manera mi mente cedio a la pobre luz de la luna que alumbraba y quede inconciente a un lado del camino.