La ciencia ficción es la literatura de la nueva frontera: el espacio. El oceano de estrellas fue el caldo de cultivo primordial  para este género de imaginación; ¿Que nuevos mundos nos esperan haya arriba? ¿Que nuevas amenazas enfrentaran los marineros del infinito?  Dejen que la imaginación extienda sus velas al  los vientos estelares y navegue primero por estas misteriosas aguas, hacia las costas lejanas de nuevos planetas y de nuevas formas de vivir.

ÉPICA ESPACIAL
Capitulo 1: Novela Planetaria y Space Opera
por: Gabriel Benítez


Nada más viejo que el género de aventuras.
Ha estado con nosotros casi desde que el hombre aprendió a escribir y aún antes, en las figuras toscamente pintadas en las paredes de las cavernas. Aún no se sabe con certeza él porque de esos dibujos de hombres cazando. ¿Acaso son una especie de ritual pictórico para atraer la buena suerte? ¿O estan destinadas tal vez a ser una especie de dibujos didácticos?
Nadie lo sabe. Pero lo que si sabemos es que, aúnque hayan sido expresamente diseñados para cualquier fin, en esos pictogramas se puede ver la aventura. La cazeria, los viajes nomadas hacia nuevas tierras, lugares desconocidos, el enfrentamiento con las fuerzas de la naturaleza aún no comprendidas eran en resumen, aventura. El miedo, la maravilla, la sorpresa, el peligro…todo este cúmulo de emociones conforman la aventura. Pero el más importante es aquel que conocemos como curiosidad.
La curiosidad es la fuerza más poderosa del ser humano. Es ella la que nos impulsa más allá de nuestros miedos, de nuestras capacidades. Nuestra vida como especie se basa en gran parte en la búsqueda de  respuestas a preguntas ancestrales ¿Quien soy? ¿De donde vengo? ¿Para que estoy aqui?. La curiosidad por saber del mundo que nos rodea, ha logrado también que conoscamos más de  nosotros mismos como especie y como personas.
En la literatura es frecuente encontrar como un viaje de aventuras acaba transformando a su personaje. La mayoria regresa con una visión diferente de la vida, regresan maduros. Su búsqueda de respuestas, de nuevos horizontes, de nuevas espectativas, ha abierto también el camino para el conocimiento de sí mismos.
Y todo esto lo ha hecho la curiosidad.
¿No fue acaso la curiosidad lo que llevó a Jim  a meterse en el embrollo de La Isla del Tesoro?¿ No es acaso la curiosidad lo que impulsa a la tripulación de la nave estelar Enterpraise a “Llegar a donde el hombre no a ido jamas”? ¿Quien más que ella misma fue la musa infernal que llevó al Dr. Frankenstain a crear a su monstruo? ¿Que es lo que nos impulsa a mandar sondas a los lugares a donde probablemente no llegaremos en bastante tiempo?
Curiosidad y aventura son, pues, el motor de nuestra vida.


La Aventura en la Ciencia Ficción

- Guarda tu espada, oh poderoso guerrero, porque tal vez la necesites después, cuando te haya de servir para algún propósito. No la rompas estrellándola contra el metal insensible que cede mejor a la más débil fuerza del dedo, si interviene alguien que conozca su secreto.
- Entonces ¿Conoces tu el secreto?.
- Si. Ponme en libertad y yo te daré entrada a la próxima cámara de horrores…
Los Dioses de Marte de Edgar Rice Burroughs

No hay mejor literatura para la curiosidad que la literatura de ciencia ficción. Acostumbrada a cuestionar todo, a ver “más allá de lo evidente”, a especular con las posibilidades, la ciencia ficción se convirtió desde su nacimiento en la literatura del “¿Que pasaria si…?: Mary Shelley se preguntó que pasaría si un hombre tuviera la capacidad de crear vida artificial en Frankenstein; Julio Verne se preguntó que pasaría si un cometa rozara a la Tierra en Hector Servadac; H. G. Wells se hizo la misma pregunta pero enfocado a una invasión extraterrestre en La guerra de los mundos. Los custionamientos de estos autores llevaron a sus lectores a la curiosidad de saber las respuestas. Pero obtenerlas no erá solo cuestión de mostrarselas. Los lectores tenian que descubrilas, tenian que vivirlas para comprenderlas.
Y es así que junto con el custionamiento llegó tambien la aventura.
Una muy buena época para la aventura como fuerza predominante en el campo de la ciencia ficción se dió  entre los años de 1926 y 1938  ( Según el sistema de división de la ciencia ficción moderna que sugiere Isaac Asimov)  cuando el género apenas se desarrollaba como tal en los Estados Unidos. Las historias de esta generación eran por lo regular muy inocentes, más centradas en la “sensación de maravilla” y en la acción que en cualquier otra cosa. Por eso no es muy dificil encontrar  en ellas premisas que rayan en lo pseudocientífico.
Un ejemplo de ello lo tenemos en las historias que sobre el planeta Marte – llamado Barsoom por sus habitantes – escribió Edgar Rice Burroughs (1875 – 1950).
E.R. Burroughs, escritor estadounidence, le debe gran parte de su fama a un personaje que conocemos todos: Tarzán de los monos.
Tarzán, el bebe de una pareja de nobles ingleses naufragados en las costas africanas, es adoptado por los “grandes monos” despues de que sus padres naturales mueran de enfermedad y desesperación en la selva. De ahí en adelante, la vida de Tarzán se verá marcada por su relación con el mundo de los animales y por su condición de “miembro raro” de la tribu de simios. Es hasta que una expedición encuentra los restos de la cabaña que fue de sus padres, cuando Tarzán conosca su verdadero origen como heredero del nombre Greystock y como perteneciente a otra especie que no es la de sus amigos de toda la vida.
Tarzán hizo su debut en Tarzán de los Monos (Tarzan of the Apes) en 1914 , publicado en capítulos por la revista All-Story. El personaje se hizo tan famoso que Burroughs continuó con una producción de relatos y novelas sobre sus aventuras en la selva y en lugares mucho más peligrosas y fantásticos, como la ciudad perdida de Ophar, el mundo perdido de Pal- ul- Don, donde aún existen dinosaurios o el reino de Pellucidar, en el mismo centro de la Tierra, estas dos ultimas, por cierto, muy emparentadas con la ciencia ficción.

Sin embargo, en el mundo de la ciencia ficción su personaje más conocido - y ya clásico – es el capitán John Carter, aparecido en Una Princesa de Marte (1917) y publicado primero como serie en la revista All Story bajo el nombre de Under the Moons of Mars (Bajo las Lunas de Marte) (1912)
Carter, como oficial de la armada confederada de los estados unidos se encuentra sin dinero al acabar la guerra, lo que lo impulsa a correr suerte como minero en el oeste. Sin embargo, un ataque indio lo obliga a huir. Herido y perseguido por toda una orda de pieles rojas, Carter encuentra refugio en una extraña caverna que se le antoja artificíal, pues sus paredes se encuentran repletos de extraños signos tallados. Descubrira con horror como su cuerpo no puede moverse y como sus perseguidores parecen conocer algo que el desconoce de la caverna, pues se niegan a entrar, dejandolo a él en el interior, tirado en el suelo e imposibilitado de hablar o moverse gracias a alguna extraña influencia que Carter no puede identificar.
Pero lo más extraño no vendra hasta poco despues, cuando sufra una especie de viaje transmigratorio  que lo llevará a un planeta Marte muy diferente al que conocemos nosotros.
Afortunadamente para él, este Marte sustenta admósfera, vida, y una fuerza de gravedad algo inferior a la de nuestro mundo, por lo que Carter puede dar espectaculares saltos en el aire y ser mucho más flexible y rápido que en la Tierra.

Sin embargo no todo es el paraíso en Marte. Sus habitantes civilizados, una especie de gigantes verdes con cuatro brazos, suelen ser poco amistosos y si bastante hostiles. La fauna de Barssom – que es como sus aborigenes llaman a Marte – tampoco es presisamente cariñosa y toda una variada muestra que se compone desde monos blancos de cuatro brazos, hasta  carnivoros hombres- arbol, hacen que Carter tenga que luchar por sobrevivir en más de una ocasión.
Extrañamente, tambien encontrará en Marte al amor de su vida – una joven princesa semi-humana y ovípara, de piel rojiza, llamada Dehja –Thoris – y para su desgracia, tambien lo perderá al final de esta historia.

Sin embargo, John Carter, Guerrero de Marte, al igual que Tarzán, tendría mucho éxito, lo que llevaría a su autor a continuar la serie de Barssom con titulos como Los Dioses de Marte (The Gods of Mars) (1913), y The Warlord of Mars (El Señor de la Guerra de Marte) (1913-14) que le darán la oportunidad a Carter de reencontrarse con su amada y vivir nuevas aventuras. Sin embargo no son estos libros los únicos de la serie. Continua con nuevos personajes, a veces protagonistas, en Thuvia, Maid of Mars (1916), The Chessmen of Mars (1922), The Master Mind of Mars (1928) A Fighting Man of Mars (1931), Swords of Mars (1936), Synthetic Men of Mars (1940), Llana of Gathol (1941) y Carter of Mars (1941-3) una colección de relatos.

Aunque muy exitosas en su época, estas  historias de ERB no estan consideradas actualmente como una “buena” ciencia ficción y a veces ni siquiera como eso. Veamos por que: En primer lugar, Carter accede al planeta rojo de una forma poco ortodoxa. No llega en un cohete o en una nave espacial, sino por una especie de viaje astral que no es explicado. Barssom tampoco es un Marte cientificamente plausible. Hay que aunarle a esto que actualmente, el estilo literario de Burroughs es algo pesado y engorroso. Acostumbrado a adornar las novelas con toda una gran gama de palabras y descripciones exahustivas, sus obras resultan a veces exesivamente cargadas y a veces hasta ridiculas.  De hecho, en su serie sobre el planeta Venus, hay una parte descriptiva que va desde la narración de la geografia lugar, hasta las armas que se usan en ciertas partes ¡Todo para solo para mencionar el territorio de origen de un personaje!
La serie de Venus va de la mano de otro personaje Carson Napier, que logra viajar al planeta mencionado en un cohete. El peligro, la aventura, el romance y los seres extraños tambien aparecen aquí, al igual que en la anterior serie, de la cual esta es una especie de copia o variación.
La serie de Venus esta formada por Piratas de Venus (Pirates of Venus) (1934), Perdidos en Venus (Lost on Venus) (1935) Carson de Venus (Carson of Venus) (1939) y  Escape on Venus (1946) y un libro de relatos, Wizard of Venus (1931-41), ademas de un libro que dejo inconcluso a su muerte: A Venus History.

Debatir las cualidades científicas de la obra de ERB estaría de más, porque nunca fue su intención escribir un relato de ciencia ficción tal cual. De hecho, hay que recordar que el termino no fue acuñado hasta 1929 y para entonces Burroughs ya habia recorrido bastante camino. Las historias de ERB son aventura pura, más emparentadas con las obras de Salgari o Rider Haggard que con cualquier otra cosa. Aquí predomina la sensación de maravilla, la acción de los enfrentamientos con espadas y con monstruos extraterrestres.
 ¿Por que la definimos entonces dentro de la ciencia ficción y no de la fantasía?
Porque la obra de Burroughs guarda dentro de sí, la semilla precursora del género. Hay  ideas y situaciones que caen de lleno en el campo de la especulación de ciencia ficción. Barssom, por ejemplo, necesita para su sobrevivencia de ciertos lugares que “crean” la atmósfera del planeta. Sin ellos, Marte moriría. Esta es una idea de ciencia ficción.
 El extraño viaje de Carter es tambien un buen pretexto para tachar la obra de acientifica, pero aún en esto, los juicios son endebles. En Princesa de Marte Burroughs nunca da una explicación de que era aquella caverna que Carter identificaba como artificial, de quienes la habian construido o como era que funcionaba. Por lógica uno va atando cabos y puede suponer que quien quiera que hubiese construido eso, era lo bastante superior para hacer que su tecnologia, a nosotros nos pareciera magia. ¿Fue el constructor de esa caverna el constructor de los “creadores de atmósfera” de Marte? Es  muy posible. Y es muy posible que el Marte al que haya viajado Carter, no sea el  Marte de nuestro presente, sino de un pasado remoto al cual habian logrado acceder antes de su destrucción algunos humanos que mutaron (ignoro a que época podrian pertenecer estos humanos) y de los cuales deciende Dejha – Thoris, su esposa.

Sea como fuera, con sus pros y sus contras, la obra de Burroughs marca toda una tendencia y un sub-género para la ciencia ficción: El Romance Planetario o Novela Planetaria.
 
 


El Romance Planetario cuenta  con características muy definidas. Sus argumentos suelen ocurrir en otros planetas, muchos de ellos semi-primitivos o medievalizados, lo que siempre lo ha  emparentado con los relatos de Espada y Brujeria. Es frecuente que sus personajes principales sean humanos y que su llegada al planeta en cuestión sea obligado por las circunstancias o por mero error, lo que los obliga, tarde o temprano, a luchar por su sobrevivencia o a convertirse en una especie de antiheroe aventurero. Sus objetivos se centran muchas veces en intentar escapar de los planetas donde se encuentran capturados. Algunos lo logran, otros, como John Carter, se adaptan y los convierten en su hogar.

 Por lo general, los paisajes en los romances planetarios son soberbios, cargados de una extraña y crepuscular grandeza que hacen que se graven como fuego en nuestras mentes.

 La linea argumental del Romance Planetario pude parecer monótona a muchos, sin embargo, detras de ella se encuentra un simbolismo arquetípico tremendo: El viaje y la aventura como camino iniciático. Esto, aunado a su capacidad para despertar la maravilla del lector lo convierten en un sub-género con mucha fuerza que nunca pasara de moda.

 Aunque este Subgénero ha atraido  a muchos escritores y escritoras por igual, son frecuentemente ellas las que logran tracender más en el género, convirtiendo las imagenes de su mundo en largas series de historias con mucho exito. Podemos mencionar a varias de ellas, como  la autor Irlandesa Anne McAffrey y su interminable saga del Mundo de Pern, donde un gran grupo de naufragos humanos quedaron varados, obligandolos a crear una nueva sociedad cuya más importante defensa son dragones telepáticos creados por genética y encargados de devorar a las peligrosas “hebras”, una especie de vida amenazante que comparte con los humanos el planeta.  Catherine Lucille Moore (1911- 1987) es otra autora que cuenta en su haber con magistrales Romances Planetarios. Esposa del tambien autor de ciencia ficción Henry Kuttner y la mayoria de las veces mancuerna de sus relatos, C.L. Moore destaca en el sub-género que nos ocupa por impregnar en este elementos sobrenaturales.

 Norwest Smith (1933 - 1940), personaje creado por Moore, es una especie de aventurero interplanetario, mezcla de mercenario y traficante ( Es casi un hecho que Han Solo, el personaje mercenario de La Guerra de las Galaxias,de George Lucas, le debe su paternidad como figura a Norwest Smith) que frecuentemente se enfrenta a criaturas sobrehumanas en sus multiples viajes a Marte, Venus, la Luna o Júpiter . Por supuesto que no se encara con ellas por propia voluntad. Generalmente es llevado al punto critico por una grácil damisela en apuros a la cual no puede negar su ayuda, ya sea por sus estricto codigo personal del honor, o porque estas suelen venir cubiertas con  ligeras ropas que dejan poco a la imaginación, llevandolo poco a poco al maelstrom de sucesos aterradores que lo esperan en el subsuelo de los planetas o en otras dimensiónes.

 Mucho del mundo de Smith proviene directamente de los relatos del oeste y de las historias del circulo Lovecraft.  No es de extrañar. Ambos escribian frecuentemente para la revista Weird Tales, donde tomó fuerza el grupo de escritores de los llamados Mitos de Cthulhu. Por tal razón, las criaturas de Moore suelen ser monstruos primordiales, muy al estilo de Clark Ashton Smith, seres aberrantes e inhumanos, más antiguos que la memoria, que reptan por planos de pesadilla, desenvolviendose en las oscuras sombras de mitos olvidados. Aún no me explico como Smith no se ha vuelto loco.

 A muchos tal vez les paresca raro que C.L. Moore, siendo mujer, escribiera lineas argumentales tan machistas, describiendo voluptuosas veldades y mortales bellezas. Sin embargo era algo que muchas veces exigia el género por aquella época. Las revistas de este tipo estaban por lo general enfocadas a un público masculino que gustaba de leer con avides ciertas descripciones de pechos y piernas. Sin embargo nada esto hace que Moore caiga en lo vulgar, como tampoco lo caian la mayoria de los otros escritores. A final de cuentas, las revistas eran de fantasía-heroica y de ciencia ficción. Los chicos las compraban para leer aventuras, no para leer pornografía.

 Por algún tiempo se creyó en el medio que C.L. Moore era varón. Henry Kuttner, que a la postre seria su esposo, la conoció de hecho bajo esta faceta, escribiendole en 1936 una carta a “Mr. C.L. Moore” para felicitarlo por su obra. A vuelta de correos se encontró con la sorpresa de que Mr. Moore no era Mr. sino Miss. Se casaron en 1940.

 Dentro de esta misma corriente, las dos reinas indiscutibles fueron Andre Norton (1912 -    ) (a la cual tambien se le confundia frecuentemente con un hombre) y Leigh Brackett (1915 – 1978).
 La primera es autora de una serie ya clásica en los anales de la ciencia ficción: Mundo de Brujas. La serie dió inicio en 1936 presisamente con Mundo de Brujas (Witch World) , la historia del ex- coronel Simón Tregarth, que para salvar su vida de un grupo mafioso que lo busca, decide aceptar la ayuda de una científico poco convencional que le ofrece la oportuinidad de huir “a otro lugar”, lugar del que, sin embargo, no hay regreso posible.
Por medio de la Piedra del Poder, Tregarth es enviado a otro mundo, el mundo del reino de Estcarp, donde dominan las brujas y sus extraños poderes. Sin embargo, en realidad estos poderes no son sino viejos resquicios de fuerzas psicoquineticas que ya han sido olvidadas.

 Es imposible negar la paternidad que la serie de Barssom tiene sobre la de Mundo de Brujas, el esquema es muy similar, e incluso el personaje principal recuerda mucho al John Carter, sin embargo, todo este grupo de novelas si ha logrado dar el salto al género de la fantasía. Aunque tiene matices de ciencia ficción, la espada y la brujería en el matriarcado de las brujas, es la que finalmente pesa más.

 La serie de Norton es larga, sin embargo no solo se ha dedicado a ella. Es una autora sumamente prolifica para hacerlo y en su haber se encuentran  variadas novelas de Space Opera, Romances Planetarios y una gran produción de libros de Fantasía Heroica y de Magia y Brujería.

 La serie de las Brujas la componen:
Mundo de Brujas (Witch World)(1936), Web of the Witch World (1964), Year of the Unicorn (1965), Three against the Witch World  (1965), Warlord of the Witch World (1967), Sorceress of Whitch World (1967) y antologias como Hechizo del Mundo de Brujas (Spell of the Witch World) (1972) y Lore of the Witch World (1980). Si pensabamos que con esto era suficiente, Norton y otras autoras tienen proyectado continuar con la serie de libros Crónicas del Mundo de Brujas.
 Andre Nortos Recibió el premio Grand Master Nebula  otorgado por la Asociacion Norteamericana de Ciencia Ficción en 1984, siendo la primera mujer en conseguirlo y pertenecer a este selecto grupo de escritores honrados con el título.

 Como parte de una misma moneda, pero opuesta a Norton en algunos aspectos tenemos a Leigh Brackett  (1915 – 1978). Sus novelas de Romance Planetario se encuentran mucho más inspiradas por Borrughs y por la ciencia ficción como punto de arranque que por los relatos de fantasía.  Brackett es una escritora formidable. Si a muchos les parecen que los romances planetarios son aburridos o que su estilo literario es soso y sobrecargado, en esta autora encontraran una fuente de agua fresca. Tiene tal maestria al escribir, que cualquiera de sus novelas se convierte en una emocionante aventura que no es posible dejar de leer. Tal vez a esto se deba a que tambien a trabajado como guionista para cine. Uno de sus guiones fue presisamente El Imperio Contraataca, la más impactante y profunda de las tres historias de La Guerra de las Galaxias.
 En lo que concierne a la novela planetaria, mucho de las obras de Brackett transcurren en el planeta Marte, tambien. Su novela más importante en este rubro lo conforma  La Espada de Rhiannon (Sword of Rhiannon) (1949) que combina admirablemente aventura al estilo de Conan el Barbaro, heroe intergalactico, razas sorprendentes y unos paisajes de belleza soberbia en un planeta marte del pasado remoto, cuandoaún existian oceanos y tierra cubierta de verde. Su segunda parte, Sorceres of Rhiannon parece no quedarse atrás.
 El personaje principal creado por Brackett es Eric John Stark, una especie de Tarzán intergalactico, nacido en una colonia minera del Cinturón Crepuscular de Mercurio. Muertos sus padres, Stark fue adoptado por un grupo de seres aborígenes sub-humanos de los valles ardientes de Mercurio que le otorgaron el nombre de N´Chaka.  Sus padres adoptivos, marcados por la fatalidad, fueron asesinados y N´Chaka llevado en calidad de prisionero hacia un lugar donde conocio a Simón Ashton, su futuro mentor y protector. Las aventuras de Stark se extienden tambien por una larga serie de libros, situados unos en el planeta marte y otros en el planeta Skaith, en el escudo de Orión.
 

 Llegan los años 60 en la ciencia ficción y un cambio comienza a producirse. Los escritores se preocupan más por otros aspectos que la ciencia ficción de años anterior tenía relegados, como la técnica literaria y la experimentación de nuevas narrativas. Las historias comienzan a navegar con más insistencia dentro de la psique de sus personajes y de ciencias como la sociologia. Tal parece que ya no hay espacio para un tema tan trillado como el de los romances planetarios.
Error.
Para la maravilla siempre habrá un lugar.

Varios autores continúan impulsando a este subgénero: L. Sprague de Camp, Lin Carter (tambien con una serie sobre marte, entre la que destaca El Valle más allá del Tiempo (The Valley Were Time Stood Still)(1974), y dedicado a Leigh Brackett, presisamente);  Robert Silverberg y su serie de Majipoor que aún continua con nuevos títulos, además de una novela muy interesante: La Faz de las Aguas (The Face of the Waters) (1991), sobre un mundo acuatico poblado de variadas formas de vida extraterrestre; Samuel  R. Delany y su serie de La Caida de las Torres: Cautivos de la Flama, Las Torres de Toron y La Ciudad de los Mil Soles (The Fall of the Towers) (1970) un mosaico multicolor de uno de los autores más interesantes; Picnic en el Paraiso (Picnic on Paradise)(1968) de Joanna Russ, donde esta famosa autora feminista presenta a su heroina principal: Alyx, una agente especial de la Transtemporalidad, reclutada para servir de guia de turistas a un grupo  de millonarios del futuro a traves del planeta Paraiso, un planeta hermoso que esconde una amenaza mortal a cada paso…lo malo es que los turistas lo ignoran y Alyx debe hacer hasta lo imposible para impedir que se enteren.
Harry Harrison, (autor de Hagan Sitio, Hagan Sitio Filmada como Cuando el destino nos Alcance (Soylent Green) ) se dejo llevar tambien por el encanto del tema en su Trilogía del Mundo Muerto, donde su héroe - Janson din Alt, - intenta encontrar el por que de lo inhóspito del planeta Pyrrus. La saga de Mundo de la Muerte (Dead World) (1968) continuó con dos secuelas mas, con el mismo nombre y su numero de serie respectivo, pero con aventuras en otros planetas peor de mortales.
Philip Jose Farmer, el controvertido autor norteamericano de escandalosas novelas de ciencia ficción cuyo continido sexual a veces resultaba muy explicito, hace con el tema de la aventuira planetaria su saga más importante: Mundo del Rio.
Mundo del Río esta conformada por cinco novelas y un libro de relatos. La linea argumental es, con más, una de las mas interesantes expuestas nunca en la ciencia ficción. Toda la humanidad – desde que el hombre puede llamarse humano – ha resucitado en  las riberas de un caudaloso río y en un desconocido planeta situado en algún lugar del espacio. Los seres de todas las épocas y todas las culturas están ahí. Por supuesto, las grandes mentes de la humanidad, los artístas más reconocidos, los hombres que han forjado la historia y todos los personajes existidos y por existir hasta cierta época del futuro (donde fue destruida la tierra, por un extraterrestre que tambien ha resucitado en el planeta) se encuentran vivos de nuevo.
Por supuesto, también esta la duda
¿Quien los resucitó? ¿Cual es el objetivo de todo aquello? Tal vez la respuesta se encuentre en el lejano Polo Norte del planeta, donde nace el caudaloso rió que le da la vuelta completa al mundo, y donde en medio de un oceano de brumas se alza la misteriosa “Torre de las Nieblas”, una construcción gigantesca que al principio solo es un rumor.
En la aventura de Mundo del Río acompañaremos a Richard Burton, el famoso explorador y aventurero ingles, y al escritor norteamericano Mark Twain en busca de las respuestas a estas preguntas, al igual que a toda la tripulación del barco “No se Alquila”.
Cyrano de Bergerac, el Rey Juan Plantagenett (así es, el enemigo de Robin Hood), Mozart, el actor Tom Mix, el ex dirigente nazi Herman Goering y Alice Lindell, la niña (ahora mujer) en que se inspiró Lewis Carroll para Alicia en el País de las Maravillas, son solo uno de los pocos personajes decididos a recorrer dieciséis millones de kilometros para develar el misterio.
Mundo del Río son: A Vuestros Cuerpos Dispersos ( To Your Scattered Bodies Go) (1965) , El Fabuloso Barco Fluvial (The Fabulous Riverboat) (1967-71), El Oscuro Designio (The Dark Design) (1977), El Laberinto Mágico (The Magic Labyrinth) (1980)  y  Dioses del Mundo del Rio (Goods of Riverworld) (1983), River of Eternity (1983), además de un libro de relatos, El Mundo del Río (Riverworld and Other Stories)
Farmer cuenta en su haber con algunas novelas planetarias más entre las que destacan The Green Odyssey  (1957), la aventura de un terrestre cautivo en un planeta alienigena y sus esfuerzos por escapar de él – una aventura muy en la linea de Jack Vance, de quien hablaremos más adelante-; The Gate of Time (1966), The Stone Good Awakens (1970) y Las Ballenas Voladoras de Ishmael (The Wind Whales of Ishmael) (1979) una especie de continuación fallida y risible de Moby Dick, de Herman Melville.

Como se puede constatar, el gran atractivo del Romance Planetario se extiende hasta nuestros años , pero no es  solo en los Estados Unidos. En España, Angel Torres Quesada, un escritor de ciencia-ficción que solia firmar sus obras bajo el seudónimo de A. Torhkent presenta en 1989 su serie de Las Islas: Las Islas del Infierno, Las Islas del Paraiso, Las Islas de la Guerra y ultimamente, Whyarga.
La serie de las Islas es digna de mención por lo intresante de su trama, lo bien escrita que esta y por su apego al sub-género del romance planetario:
De la noche a la mañana aparecen en varias partes del planeta extraños túmulos de arena y rocas grises, al cual los medios informativos bautizan inmediatamente como “islas del infierno”. Nadie sabe como llegaron ahí o de donde vienen. Sin embargo parece que no solo las “islas del infierno” llegaron, sino que partes de nuestro mundo “se fueron”… y en algunas habia gente en el momento del cambio: los desaparecidos. Dios tenga piedad de ellos porque nadie sabe a donde fueron a parar, si estan vivos o si estan muertos.
Dos años  más tarde Kenneth Rosenman, editor ingles acude a una extraña cita con un desconocido en una de esos túmulos infernales. El hombre se hace llamar Raymond Kanable y es uno de los “desaparecidos” en el fatidico día…
La serie de Las Islas tiene un ritmo narrativo endiablado, un sentido de la maravilla prodigioso y una facilidad de lectura envidiable. Torres Quesada escribia antes para novelas “de a duro”, grupos de novelitas baratas de texto, al estilo de las de vaqueros, solo que de ciencia ficción, por lo que en su forma narrativa aún puede sentirse ese espiritu popular que no demerita en nada a la historia, sino al reves, la enriquece.

Finalmente hemos dejado al autor que considero más importante para el paisaje historico de la Novela Planetaria: Jack Vance.

Jack Holbrook Vance (1916 - ) apareció en el entarimado de la ciencia ficción en 1945 con su relato The World Thinker, pero su primer trabajo de importancia fue una serie de relatos aparecidos en su libro  La Tierra Moribunda (The Dying Earth) en 1950. La Tierra moribunda, más tarde convertida en una serie en la que se agradece interesantes historias y tramas y no solo refritos de el mundo original, tiene su antecesor directo en los relatos de Clark Ashton Smith pertenecientes al ciclo de Zotihque, que retratan a una tierra del futuro lejano –pero muy lejano – donde el sol se haya en sus ultimas, donde la magia se confunde con la tecnología de pasadas eras olvidadas y la humanidad se encuentran cerca de su crepusculo, metaforica y literalmente. La Tierra Moribunda es exactamente lo mismo, pero Vance logra  brillar con luz propia, pues sus argumentos y el desarrollo de estos son menos oscuros que el de su antecesor. La serie completa del La Tierra Moribunda esta compuesta por Los Ojos del Sobremundo (The Eyes of the Overworld) (1966), La Saga de Cugel  (Cugel´s Saga) (1983) y  Rhialto el Prodigioso ( Rhialto the Marvelus) (1985). Las tres ultimas novelas son dominadas por un sentido del humor excelente y un coctel de ideas magistral  De cualquier forma, una especie de melancolia parece impregnar cada una de las novelas de esta serie.
Es importante señalar, que las historias mencionadas no caen totalemente en la categoría de Romances o Novelas planetarias sino en otro más: la Science-Fantasy, que amalgama relatos puramente fantásticos con ciertos elementos que sugieren ciencia. En esta caso, la tecnología olvidada hace las vecs de magía, de una forma tal que incluso el lector es incapaz de notar la diferencia. De hecho, no se sabe con certeza si varias criaturas presentadas son algun resquicio post - tecnologico del pasado.

El verdadero salto al romance planetario lo dio con Planeta Gigante (Big Planet) (1952), publicado por primera vez en Startling Stories.
Una nave espacial perteneciente a la “Junta Terrestre” y con destino a una ciudad importante de Planeta Gigante es saboteada, obligandola a hacer una aterrizaje forzoso lejos de su punto de destino. Y cuando hablamos de lejos en Planeta Gigante hablamos de “muy lejos”: En este caso, la tripulación sobreviviente del atentado tendrá que hacer un viaje de sesenta mil kilometros, lidereada por Claude Glystra, director de la misión desde sus inicios. De ahí en adelante, el grupo hará un recorrido fantástico por paisajes tan enormes que se pierden en el horizonte, se encontraran con grupos nomadas mortales y sistemas sociales exóticos cuyo colorido cultural puede dejar pasmado a más de uno, además de los siempre sorprendentes medios de transporte: el griamobot, la monolinea, etc.

Tal vez el gran valor de Vance es que revitaliza todo el sub-género de la novela planetaria, manteniendo su espiritu y su estructura, pero agregandoles interes especulativo e imaginativo de variadas formas. Abandona el eterno ambiente  barbaro – mágico - medievalizado de las novelas de Burroughs o de Norton para dar una visión más acorde a la ciencia ficción y al sentido de la maravilla especulativa que tanto gusta a los lectores.

Planeta gigante es muy importate como obra de referencia pues todos los elementos que aparecen en la historia serán los básicos de su bibliografía de ahí en adelante. Por lo general, las novelas de Vance transcurren en otros planetas cuyos nombres no nos remiten a ninguna cultura histórica conocida por el lector, lo que es de agradecer, pues evita el llegar con ideas preconcebidas antes de leer la historia. Los mismos nombres de sus personajes son interesantes tambien, pues aunque por lo general son reconocidos, sus apellidos dan la idea de pertenencia a otra cultura planetaria diferente a la de la Tierra. Aunque la mayoria del paisaje extraterrestre tiene similitud con el ecosistema terrestre, las descripciones siempre tienen un punto que hace sentirlas “alienizadas”, verdaderas imagenes de otro mundo. En cuanto a los habitantes de estos planetas por lo general resultan ser humanos semi urbanizados, nomadas u rurales que han desarrollado extrañas y coloridas costumbres, creado un sistema social y cultural rico en imaginarios matices antropologicos. Los sistemas de transporte - otro recurso muy usado por Vance para desarrollar la ambientacion de sus historias- por lo general resultan ser interesantes aparatos de una tecnología rústica basada en conocimientos técnicos algo más avanzados que la de estilo medieval. Como ejemplo de esto tenemos la linea teleférica aparecida en Planeta Gigante, (llamada monolinea) y el sistema de tráfico de dirigibles por cable descrita en la trilogía de Durdane.

Su novela planetaria más importante y entretenida, es a mi punto de vista, la contenida en su serie de El Planeta de la Aventura, formada por cuatro novelas: Los Chasch (City of the Chasch) (1968), Los Wankh  (Servants of the Wanksh) (1969) Los Dirdir (The Dirdir) (1969) y Los Pnume (The Pnume) (1970).
La trama de la aventura transcurre en el planeta Tschai, mundo a donde llega la nave parte de la tripulación de la nave terrestre “Explorador IV” despues de haber sido alcanzada por un misil proviniente del mismo planeta. Solo Adam Reith sobrevive al desastre del “Explorador”.
Atrapado en aquel misterioso lugar, Adam Reith deberá darse a la tarea de buscar un medio de escape. Y el medio existe.
Su nave orbitadora a sido secuestrada por un grupo de seres extraterrestres habitantes del planeta y pronto se convierte en su objetivo principal recuperarla. Por desgracia, lograrlo no será fácil.
En su peregrinar por el planeta, Adam Reith encontrara que este se haya poblado por cuatro clases de razas muy diferentes, además de una raza de origen humano que se ha desarrollado en cuatro variantes hibridas tambien, dependiendo de la raza a la sirve. Las cuatro razas son: Los Chasch  grises, seres humanoides ictiformes, tremendamente peligrosos y traicioneros. Los Wankh, batracios y amantes de la intriga, Los Dirdir, cazadores mortales cuyo código los obliga a no detenerse ante nada y finalmente la misteriosa raza de los Pnume, habitantes del submundo y tal vez la verdadera especie originaria del planeta Tscahi.
Planeta de la Aventura muestra también, gracias a la gran cantidad de razas, todo un gigantesco mosaico de sistemas sociales y culturas, entre las que destaca la desarrollada por los “hombre-emblema”, humanos libres cuya vida se haya regida totalmente por pequeños dijes que sirven de representación de diferentes cualidades. Por ejemplo, si un emblema significa “valor”, el hombre que lo lleve por fuerza deberá ser valeroso. Si el emblema es “cobarde” el hombre debera obedecer. Los “hombres –emblema” son pues, solo vehículos del significado del dije.

En las novelas de Vance hay montones de ejemplos de sistemas sociales tan interesantes como este y la descripcion de muchas de sus costumbres suelen aparecer al pie de página, siendo tambien esto un distintivo de su obra. En la serie de Los Principes Demonio, los pies de página y sus atractivas explicaciones, rivalizan muchas veces en espacio con la misma historia.

La obra de Vance es muy importante en la ciencia ficción, por lo que recientemente ha sido distinguido con el galardón de Grand Master Nebula, al igual que lo fue André Norton. Todas sus obras son recomendables pero en especial son de destacar las ya mencionadas incluyendo a la serie de:


Así como se definió toda una corriente para la aventura planetaria, la clase de relato que más se identifica con la ciencia ficción es la aventura espacial.
El gran escenario del espacio es por tradición el más representativo ambiente de la ciencia ficción, casi al grado de haberlo convertido en suyo propio. Los verdaderos primeros pasos del género se dieron ahí, en el vació. Poca literatura se habia atrevido a especular seriamente con este elemento, tan lejos de cualquier experiencia humana. El mar, el desierto, las montañas…todos esos ambientes habian sido explorados, estudiados y medidos por él. En cambio el espacio – en muchos aspectos-  era territorio solo para la imaginación.
La Proto ciencia ficción, tiene ejemplos de viajes en el espacio, pero nunca le dá la importancia tan marcada que le otorgarían los relatos de viajes espaciales del siglo XX. El vacio ya no es solo un “oceano” que atravezar para llegar a algún otro lado, como en los relatos de Cyrano de Bergerac: Historia Cómica de los Imperios del Sol y de la Luna  , sino un territorio por conquistar, un habitat que debe ser dominado y al que deberemos adaptarnos para sobrevivir como especie y extender nuestra estirpe.
En una época donde la industria y la tecnología daban los primeros pasos para acercar al humano a las playas del gran mar del universo, y donde los estudios científicos sobre la posibilidad de llegar un poco más allá eran cada vez más prometedores, el caldo de cultivo de la curiosidad y la exitación humana crecieron más que nunca, inflamando la imaginación de muchos escritores y sus lectores.  Por supuesto, la imaginación  no se conformó con vadear y chapotear entre las olas de la playa, asi que se aprestó a viajar más lejos. Encontró tierras nuevas y nuevos habitantes, construyó más “barcos” y ciudades para sus tripulaciónes, se enfrentó a los nuevos retos de un territorio inexplorado.
Hasta que en 1961 sucedió.  En el més de Abril,  el sovietico Yuri Gagarin se convierte en el primer hombre en el espacio.
Durante mucho tiempo, la ciencia ficción fue considerada por muchos solo mera fantasía, una forma de escapismo risible formado de sueños que nunca se harian realidad. El viaje de Gagarin dio el primer martillazo para derribar el muro de la incomprención. Si para la gente común, el viaje del sovietico era un hecho sorprendente, para los lectores de ciencia ficción era el preludio de una promesa siempre esperada. Significaba que las ciudades del espacio, los viajes a otros mundos,  la esperanza de encontrar nuevos habitantes, nuevos  vecinos de nuestro cosmos, podía ser más que solo fantasía. Habia entrado por la puerta grande la esperanza de lo real.

No tuvieron que esperar mucho para el siguiente bloque demolido en el muro.

En 1969, exactamente el 20 de Julio se vuelve realidad la fantasía más loca y antigua del ser humano: Poner un pie en otro mundo. La misión Apolo 11 logra alunizar llevando a la primera tripulación de hombres a nuestro satélite. Era increible, era soberbio, era sorprendente… era la imagen del futuro, un futuro que hacia solo 50 años era considerado mera especulación, un sueño irreal…¡y ahora estaba ahí, con dos hombres caminando sobre nosotros en un mundo al que nunca nadie habia llegado jamás!
 

 Muchos de aquellos relatos “escapistas” de aventuras intergalácticas habían sido producidos entre 1926 y 1938, y tomaron auge con algo más de seriedad entre esta ultima fecha y 1950. Todos ellos – o la gran mayoria de ellos – nacieron en la industria de la revista pulp, publicaciónes de bajo costo, impresas en papel de baja calidad.

 La aventura espacial contaba con ciertas características obvias que le permitieron definirse en el campo de la ciencia ficción tiempo despues. Y digo tiempo despues, porque al principio de todo este movimiento, no habia distinciones ni sub-géneros definitorios para estos relatos. Ciencia –Ficción, el termino con el que definimos el género actualmente , no se acuño hasta el año de 1929 y aún despues de aquello tardo algo de tiempo en popularisarse. Por tal motivo, toda esta clase de historias eran etiquetadas como mejor le parecia a los editores: eran “scientifiction” “science fantasy” “historias de super-ciencia”.

 De todas formas, las historias eran muy reconocibles pues se movian bajo una muy identificable formula. Hugo Gernsback, el creador de la primera revista dedicada, en Estados Unidos  a la ciencia ficción, y así mismo acuñador del termino que le daria nombre al género, habia definido muy bien la clase de historias que se encontrarian en su revista, Amazing Stories:

 “Relatos tipo Julio Verne, H. G. Wells y Edgar Allan Poe, con una encantadora historia llena de datos científicos y visiones proféticas”

Durante algún tiempo. Amazing se dedico a reeditar titulos de los autores mencionados, pero al cabo de unos meses comenzaron a producirse historias originales para la revista. Entre los grupos de jovenes talentos que escriben para Gernsback aparece brillando como supernova, uno que se convertiria en un autor clásico:  Edward Elmer Smith (1890 – 1965), Químico de alimentos y director de la General Mix. Division de J. W. Allen, mejor conocido por todos sus admiradores como E.E. “Doc” Smith…El padre de la  Aventura Espacial o Space Opera.

 Comenzaremos admitiendo que no fue Smith quien incursiono por primera vez  en las aventuras espaciales. Estas ya eran conocidas para cuando se publico su primera obra en Amazing, sin embargo lo representativo del sub-género se recuerda y se basa más que nada en su obra.

 La primera serie de Smith en ser publicada es  La Estrella Apagada (La Alondra del Espacio) (Skylark of Space) en 1928.

 Richard Seaton, un joven genio descubre una sustancia antigravitatoria que le permite construir su propia nave espacial. No tarda mucho tiempo en estrenarla y viajar al espacio. Sin embargo, otro genio, el maligno Blackie DuQuesne, le sigue la pista, provisto de destructivas armas y dispuesto a todo para conquistar nuevos mundos y usarlos para su provecho. Por supuesto que Seaton no esta de acuerdo con su totalitario punto de vista, por lo que se dedica a contruir armas y naves capaces de enfrentarlo en cada libro de la serie.

 Para nadie es un secreto que Alondra del Espacio y sus secuelas resultan ser muy simples, pero Smith tiene encanto para narrar y sabe impregnar emoción a las acciones. De cualquier forma, el estilo de narración a muchos les parecera arcaica, cosa que es comprensible no tanto por la época en que esta escrita (muchos relatos y novelas inglesas de ciencia ficción gozaban de un excelente estilo de narración para entocnes), sino porque la mayoria de los autores, entre los que se contaba Smith, noeran escritores profesionales.  La serie de Alondra del Espacio la componen ya en forma de libros: ¡Galaxia en Peligro! (Skylark Three) (1948),  Skylark of Valeron (1949) y Skylark DuQuesne (1966).

 La siguiente serie de Smith es la que se convertiria en todo un hito de la ciencia ficción: Los Hombres Lente.
 Para esta serie de historias, Smith creo todo un escenario temporal que va desde el pasado,  hará un par de mil millones de  años, hasta un futuro indefinido. En el pasado, una raza de “super evolucionados” extraterrestres bondadosos los Arisianos,  hacen contacto  con otra raza de iguales caracteristicas “evolutivas”, pero diferente objetivo ético: Los malignos Eddorianos. Durante eones, los Arasianos intentan crear civilizaciónes que puedan enfrentarse a la amenaza creada por Eddore: las hordas Boskone. Uno de los resultados son los homo sapiens, los cuales durante seis entregas se enfrentaran a seres malígnos de las galaxias, sin saber nunca cual es el verdadero objetivo tras la guerra que libran. El heroé de las tres  historias centrales  Kim Kinnison, nunca llega a averiguar que detras de la guerra contra los Boskones se encuentra una lucha mucho más antigua de lo que el imagina. Serán sus hijos quienes descubran la verdad de la lucha y den el enfrentamiento final a Eddore, el planeta maligno.

 La serie se conoce como Los Hombres Lente o Lensmen, porque los héroes cuentan con una especie de aparato lenticular creado por los arasianos que amplifican su cuerpo y mente. Sin embargo no son solo los humanos los unicos capaces de usar la lente. Hay en la galaxia grupos extraterrestres creados para el mismo fin que el hombre. Tambien ellos cuentan con esta ventaja en una guerra que abarca la galaxia entera.

 La serie de los Hombres Lente la conforman: Triplanetario (Triplanetary) (1948), First Lensman (1950), Patrulla Galactica (Galactic Patrol) (1950), Grey Lensman (1951), El Espía Interplanetario (Second Stage Lensmen) (1953) y Children of the Lens (1954)

 El trabajo de Smith marcó a una gran generación de lectores e influyó en muchos escritores, además de en el propio género, fomentando y cimentando el campo de la aventura espacial.

 En Estados Unidos se le ha denominado Space Opera a las historias de este corte, -término acuñado por  Wilson Tucker (El Año del Sol Tranquilo) en 1941 destinado a identificar aquellos relatos que tienen como escenario de su acción el espacio  profundo. El nombre de Space Opera lo obtienen de los melodramas trasmitidos por radio, (ahora por televisión) llamados Soap Operas como resultado de ser patrocinados generalmente por marca jabones. La Space Opera, muy socorrida en los 30´s, 40´s y 50´s, son un especie de relatos espaciales, muy inocentes al principio, claramente derivadas de las novelas de acción y aventuras. Es importante notar como la formula de la aventura es solo sustituida por elementos característicos del género donde se escribe el relato. El Barco,  caballo o el carro son sustituidos aquí por las naves espaciales. El revolver o la espada por el arma de rayos o el sable laser.
Sin embargo, la space opera no debe ser tomada solo como mera aventura, ya que más que una temática, se define como un “ambiente” donde se pueden manejar historias de ciencia ficción “dura”, como en Mundo Anillo (Ringworld) de Larry Niven, o ciencia ficción a secas como la serie de Fundación  de Isaac Asimov, de los cuales hablaremos más adelante.

En la misma epoca de Smith, otros autores manejaban también lineas argumentales de aventuras en el espacio, los dos más importantes fueron Edmond Hamilton (marido de Leigh Brackett) y John W. Campbell Jr., que a la postre se convertiria en editor de Astounding Science Fiction, influyendo con sus ideas toda una epoca de la ciencia ficción. Ambos presentaban sus relatos en Amazing Stories Quaterly, revista hermana de Amazing Stories, convirtiendose esta en  la principal promotora de la space opera.

Edmond Moore Hamilton (1904 – 1977) se movia en la space opera como pez en el agua. El fue uno de los promotores más asiduos de la ciencia ficción , aunque hizo su debut en la revista de fantasía sobrenatural Weird Tales en 1926, donde publicó varios relatos. Dos años mas tarde aparece en la misma revista Crashing Suns (1928) la historia con la que entra de lleno a la aventura espacial. Por lo general, muchas de sus lineas argumentales son estructuralmente identicas, variando solo en los detalles técnicos. A Hamilton le facinaba la acción interestelar, los enfrentamientos entre armadas espaciales y seres alienigenas, ambos con armamento armagedonico de bestiales proporciones. De hecho, la estrella de la muerte, la base espacial armada aparecida en La Guerra de las Galaxias y su mortal rayo desintegrador, eran cosa común en los relatos de Hamilton, lo que le ganó el sobrenombre de Edmond “destruye mundos” Hamilton. Fue tambien formó parte de las series sobre un héroe del espacio, Capitan Futuro, del cual escribió varios argumentos junto con otro grupo de escritores.
 Entre sus trabajos destaca Wapons from Beyond (1967) la primera novela de su serie Starwolf. No hay mucho que decir sobre ella en custion argumental: Heroes interestelares al viejo estilo de la space opera. Que esto no desanime a nadie. Hamilton no es reconocido por ser un mal escritor sino por todo lo contrario. Sus novelas y relatos estan excelentemente bien escritos lo que los hace facilmente disfrutables en cualquier época.

 El segundo gran promotor de este tipo de series es John W. Campbell Jr. (1910 – 1971), quien como ya vimos, demostraria en el futuro ser ademas de un buen escritor, un muy buen editor.  Su primera historia Invaders from de Infinite fue presentada en Amazing cuando el apenas era un adolecente. Al principio Campbell escribió espectaculares aventuras espaciales, ganandose una reputacion como rival de Smith. La más popular de ellas, la serie de  Arcot, More y Wade, contaba con unos héroes enfrantandose en batallas que crecian cada vez más en aparatosidad. The Mightiest Machine su primera novela, (1947) muestra a un grupo espacial arrojado a un universo alternativo donde se libra una guerra interplanetaria con descendientes de antiguos terrestres.

 Se podrian mencionar cantidad de obras más pertenecientes a la Space Opera  publicadas entre 1926 y 1938.  La gran mayoria de ellas enmarcadas en la definición que  Aldiss señaló para las series de Imperios Galacticos, y que en realidad describen mejor a la aventura espacial de esa epoca: “Una relación promiscua entre la ciencia y el encanto, con un predominio general del encanto”.
 En realidad, el adjetivo de promiscuo deberia haber sido borrado de esta definición, pues por lo general la ciencia suele nadar en los oceanos de la maravilla. Aldiss en realidad se refiere a que muchas veces el lector debe permitirse aceptar el mundo descrito tal como se presenta para poder disfrutar la trama, sin cuestionarse a cada momento sobre situaciones que en la mera realidad no ocuririan.

Daré un ejemplo:

Es frecuente ver en las películas de ciencia ficción como las naves espaciales, en plena batalla, logran hacer impactantes rizos y movimientos en el espacio. Eso no es posible, pues en el espacio no hay fricción. En la tierra, los aviones pueden volar y hacer mil y un piruetas ya que son sostenidos por el aire, el cual pueden usar a su favor haciendo uso de sus alerones para cambiar de dirección.
Para disfrutar una historia de ciencia ficción donde las hordas del espacio se desplazan como mosquitos sobre destructores interestelares es necesario apelar a la “suspención de nuestra credibilidad”.  Si a cada momento el lector se mantiene riendo por lo poco científicos que son estos detalles, se esta perdiendo de disfrutar la trama. Si quiere rigor cientifico, mejor que se compre un manual de capsulas de la NASA… o que continue leyendo space opera.

En adelante de 1938 la space opera opta por acercarse mucho más al rigor científico que en anteriores años. Esto fue especialmente promocionado por John W. Campbell, que no queria mera fantasía en los relatos de la revista que dirigía, Amazing, sino verdadera especulación científica. De 1938 a 1960 predominaria bastante la especulación con bases científicas. No se entienda por esto que a cada capitulo el lector se encontraria con una explicación sobre física, química o biólogía, sin embargo la ciencia eran tomada ahora mucho más en serio.
Dejó de ser un elemento de ambiente secundario para tomar preponderancia, convirtiendose en muchas ocasiones en la base del relato mismo.

Alguien que aprobechó esta oportunidad para hacer space opera con elementos de ciencia “dura” fue Isaac Asimov, uno de los escritores habituales de Campbell.
Gradudo de ciencias bióquimicas, Issac Asimov  siempre fue un enamorado de la ciencia ficción y las ciencias. Comenzó leyendo revistas del género en la tienda de dulces de su padre, lo que lo llevaria a escribirlas tiempo más tarde.
Isaac Asimov se destaca entre muchos de los escritores de Campbell por su envidable capacidad para sintetizar en pocas palabras y de forma por demás clara y entendible, cualquier concepto o idea  resbalosamente confusa u abstracta.  En la cuestión literaria a Isaac Asimov se le a acusado de mucho: De ser un escritor deficiente, inepto en el campo de describir las respuestas humanas al entorno o a los desafíos; de escribir con un simplismo objetivo, enfocado a la historia y nunca o pocas veces a los personajes; de convertir sus historias en suceciones de dialogó salpicados de discuciónes científicas. Extrañamente, despues de Heinlein, Issac Asimov resulta ser uno de los escritores más amenos. Esto es claramente comprobado por el elevado nivel de ventas de su obra, aunado a  sus constantes reimpresiones. En si, la obra de Asimov, como la de Heinlein resúme toda las virtudes y objetivos de la ciencia ficción como género. Ambos pueden ser considerados padres de la ciencia ficción moderna por derecho propio.

 Bajo el seudonuimo de Paul French, Issac Asimov realizó una de las mejores series de aventura espacial: La serie de Lucky Star, Ranger del Espacio (Lucky Star, Space Ranger)(1952).
 La serie toma lugar en varios de los planetas o lunas del sistema solar, destacandose por el uso de datos e información científica rigurosa.
 Rigurosa para entonces, por supuesto. Los nuevos descubrimientos trajeron a colación muchisimos datos nuevos que dieron al traste con la intención científica de la obra. Por ejemplo, Lucky Star y Los Oceanos de Venus (Oceans of Venus) (1954) tiene lugar presisamente en el planeta al que hace alusión su titulo. Para entonces, la imagen de un mundo cubierto de blancas nubes, sugeria que debia estar cubierto por vastos mares y bajo una especie de perpetuo diluvio, pero potencialmente apto para la vida extraterrestre o para la colonización humana. Lastima. Venus no es ni por asomo un buen lugar para navegar. En realidad, resultó que las nubes de venus no son vapor de agua, sino de acido sulfúrico, sustancia que acabó en unos cuantos minutos a la sonda humana que decendió a recabar datos de la superficie. La temperatura standard es de unos 480 grados centígrados. La presión  atmosférica es de 90 A, el equivalente a al peso del agua sobre nuestros hombros a una  profundidad de un kilometro y  la velocidad de los vientos es de unos 360 kilómetros por  hora.
 Lo mismo que ocurrió con Los Oceanos de Venus ocurrió con las demas obras de Lucky Star, Ranger del Espacio: Los Piratas de los Asteroides (Pirates of the Asteroids) (1953), El Gran Sol de Mercurio (Big Son of Mercury) (1956) , Las Lunas de Jupiter   (Moons of Jupiter) (1957) y Los Anillos de Saturno (Rings of Saturn) (1958). Todas ellas resultaron incurrir en serios errores cientificos, causados por la deficiente información con que entonces se contaba.
 Por supuesto que estos errores no le restan merito a la obra en su sentido literario, pues sigue siendo muy emocionante. La dureza de su ciencia puede ser cuestionada actualmente, pero hay que tomar en cuena que se especuló bajo las premisas científicas entonces en boga, por lo que puede seguir considerandosele ciencia ficción dura.

La aventura espacial, casi como un icono definitorio del género nunca perdera influencia y siempre estara de moda. Es raro el autor de ciencia ficción que no haya escrito algo de su obra dentro de la vertiente de la space opera:
 

Finalmente es importante mencionar a un autor cuya obra maestra esta destinada a convertirse en un clasico dentro del género, ya que lleva la Space Opera un  paso más allá del tratamiento dado habitualmente al subgenero

Dan  Simmons (1948) era un autor secundario en el género, mucho más conocido por sus novelas de Terror que por su trabajo en ciencia ficción. En 1989 publica Los Vampiros de la Mente, una mediocre y gruesa novela basada en un excelente cuento suyo que se vende con relativo exito. Pero no es hasta 1990 cuando aparece como  un nuevo sol en el horizonte una novela bella y perturbadora: Hyperion
El universo de Hyperion es una gigantesca red de planetas interconectados por medio de portales teletransportadores permanentemente abiertos y gobernado por un sistema politico interplanetario denominado la Hegemonía. Por lo general, la vida en la red de mundos es tranquila hasta que la inminente amenaza de los enjambre exter – humanos renegados y mutados, inconformes y desligados de la hegemonía – se hace patente con una nueva intentona de guerra. En medio de un ambiente de opresivo temor pre-guerra, un extraño grupo de peregrinos se dirige hacia el planeta Hyperion y hacia un lugar conocido como las “Tumbas del Tiempo”, donde se encuentran una serie de edificios extraños cuyo origen es desconocido. Sobre ese lugar hay muchos mitos y uno de ellos lo señala como el lugar  donde comenzara Armagedón y del cual surgira  el “Alcaudón”, una temible criatura, especie de juez del día final para la raza humana.
Por mucho tiempo, los mitos fueron considerados solo cuentos, pero ahora, algo a comenzado a ocurrir en “las tumbas del tiempo”. En el lugar donde se encuentran emplazadas, el tiempo a comenzado a fluir hacia átras, trayendo con su marea algo que viene del futuro. Y lo que viene bien puede ser el jucio final para todo un imperio extendido por las estrellas.
La situación se torna cada vez más negra cuando la Hegemonía se entera de que los enjambres Exter tienen como punto objetivo el planeta Hyperion, conjugandose todo en un verdadero ambiente de pre-apocalipsis  que incluye a las extrañas mentes del Tecnonucleo, un grupo de inteligencias artíficiales que han logrado desprenderse del control humano para formar una especie de propio universo.
La primera novela tiene una estructura que recuerda en mucho a la de los Cuentos de Canterbury, donde un grupo de peregrinos cuentan sus historias. El grupo de peregrinos que se dirige a Hyperion hace tambien lo mismo y en los relatos de cada uno de sus personajes se conjuntaran las piezas para comprender la razón de todo aquello. Un diplomático, un sacerdote, un poeta, un profesor, un militar, una detective y un navegante perteneciente a una orden Templaria tienen la clave que devela el misterio.
De todos los relatos presentados en Hyperion, el del sacerdote resulta especialmente estremecedor, una historia de terror mistico capaz  de helar la sangre.
Hyperion no termina aqui y continua con La Caida de Hyperion (The Fall of Hyperion) (1990), EndimiónThe  Rise of Endimión,  formando una serie verdaderamente epectacular y cautivadora.



 Epica Espacial continuará con IMPERIOS GALACTICOS E HISTORIAS DEL FUTURO