¿Que tanto puede influir un género  literario en el desarrollo de una generacion? A continuación se expone una visión personal sobre la ciencia ficción y su influencia en nuestra época a fin de milenio.

La ciencia ficción a fin de milenio
por Gabriel Benítez
 

        El mundo ha cambiado y bastante de la culpa recae en la ciencia ficción.

        Si lo duda solo tiene que dar un vistazo a su alrededor. Usted y yo estamos “viviendo” en un autentico mundo de ciencia ficción, solo que estamos tan acostumbrados a verlo todos los días que ya ni siquiera lo notamos.

        Déjeme mostrarle unos cuantos ejemplos:

        Dentro de la literatura y el cine de ciencia ficción son frecuentes las historias sobre hombres del medioevo o de la eras cavernarias que son “transportados” a nuestro presente. Cuando llegan, se les presenta un mundo mágico e incomprensible, donde los carros no son jalados por caballos y hay dragones de metal que vuelan llevando en sus vientres a docenas de personas.  Muchas de estas historias convidan a la risa por las situaciones y confusiones de la pobre víctima del traslado. En realidad, el choque temporal seria tan extremo que el tipo no entendería nada a su alrededor. Nuestro planeta esta lleno de tantos conceptos “nuevos” que el enviado del medioevo parecería un verdadero extraterrestre perdido en nuestro planeta.
Una cuestión similar ocurre con la novela Regreso de las Estrellas de Stanislav Lem, donde un astronauta, por cuestiones de su viaje y su trabajo espacial, aunado a los efectos relativistas de la teoría de Enstein. arriba a un planeta Tierra del futuro que es totalmente incomprensible para él.

        Algo similar ocurrió en nuestro siglo y a finales del pasado.

        Nuestro mundo dio un salto bestial (cuántico diría Maussan) de las antiguas concepciones a las nuevas.

        No nos vayamos tan lejos como el medioevo y traigamos a nuestro presente a una persona “media” de 1910. En esa época la revolución mexicana estaba en pleno arranque. Los medios de comunicación mas conocidos eran solo el telégrafo, un poco el teléfono y por supuesto, la prensa. No había más. Un automóvil corría “demasiado rápido” si alcanzaba los 60 Km/H. Las cuestiones morales y sociales eran muy diferentes a las actuales. Se pensaría lo peor de nuestras hermanas si estas llegaran después de las 10:00 de la noche a sus hogares. La religión aun dominaba muchos campos de las creencias y la formación.

        O.k. Ya tenemos una idea de nuestro marco teórico del pasado.

        Ahora traigamos a nuestro personaje y dejémoslo caer en la casa o departamento de cualquiera de nosotros.

        Si lo dejamos en la sala de seguro reconocerá los sillones y alguno de los adornos. Pero cuando vea la televisión no va a tener ni idea de que es eso cuadrado y negro que esta frente a él. Menos sabrá lo que es nuestra videocassetera y de nuestra biblioteca podrá identificar a los libros, pero no le pasara por la mente lo que son nuestros videocassetes o los compact disck arreglados en nuestras gavetas. Vera nuestro estéreo Sony y para el será un extraño amasijo negro con botones...para algo debe servir pero no sabrá para que.

        Llevémoslo ahora a la cocina. Cuando llegue vera la estufa de gas y no tendrá ni idea de como prenderla. Pensara que el refrigerador es la mejor alacena fría que haya conocido nunca y el horno de microondas y la tostadora le serán totalmente inclusive.

        Y esperen a que le  mostremos la película de Parque Jurásico. No necesitaremos adivinar quien gritará más en la función.

        Para una persona como esta, el concepto de “centro comercial”, “telenovelas”, “juego de computadora”, “mutante”, “bomba de neutrones” y otras muchas cosas mas no existe.

        Y de eso son solo 89 años. No es nada a nivel de tiempo histórico.

        Ahora, si el hombre leyó algunas novelas de Julio Verne, a lo mejor tendrá idea de lo que esta ocurriendo a su alrededor.

        El mundo a cambiado tanto en tan poco tiempo, que una revolucionara obra de ciencia ficción de Julio Verne nos parece caduca.

        Pero no nos detengamos aquí y vayámonos más cerca...1969 por ejemplo.

        El 16 de julio de ese año los astronautas del Apolo 11 despegaban hacia la luna e inauguraban una nueva época en la tecnología. Lograron uno de los sueños más preciados de toda la humanidad. Más de 12,000 años se desplegaban tras ellos, civilizaciones enteras se derrumbaron, Mesías y filósofos cambiaron la faz del planeta y ellos, no nadie más sino ellos, llegaron y pusieron un pie en la luna.

        El imperio de Atila el Huno se ve raquítico desde allá.

        Eso fue un quiebre conceptual tremendo. Ya no era un mito el viaje a las estrellas. Ellos abrieron la primera puerta hacia un futuro totalmente inexplorado...o casi.

        La ciencia ficción hacia mucho tiempo que ya había estado ahí.



 
        Es extraño, pero la ciencia ficción ya impone respeto.

        Los que antes veían como una fantasía el rayo de la muerte en las novelas de E.E. “Doc” Smith ahora lo usan en sus casas para tocar música. Los que antes se reían hasta el cansancio ante la idea de vida extraterrestre, ahora defienden a capa y espada y casi rayando en el fanatismo al fenómeno ovni como un fenómeno real y externo a nuestro planeta.

        Ya nadie se carcajea del monstruo de la película ALIEN. Han pasado tantas cosas que muchos prefieren mantener la duda de si algo así podría ser real.

        En nuestro escaso tiempo de vida hemos sido testigos de un avance increíble, de un cambio tremendo causado por la tecnología. Muchos de estos avances actuales eran aun hace 20 años, cuestión de ciencia ficción. El internet por ejemplo. Las mismas computadoras personales caían en el mismo rango.

        Mucho de esto da a pensar que la funcionalidad de la ciencia ficción se manifiesta en su carácter “profético” o “anticipativo”.

        Se toma como obligación de la literatura de ciencia ficción el ser un instrumento profetizador o concientizador.

        Nada más lejos de la realidad.

        Aunque algunos de los elementos o hipótesis tomadas por la ciencia ficción han resultado volverse reales con el transcurso del tiempo (como ocurrió con los satélites de comunicación de Clarke, el viaje a la luna de Verne) el género no se limita a convertirse en una exposición de probabilidades científicas. Tampoco es un heraldo de las catástrofes futuras, como pueden ser a veces tomadas novelas como Todos sobre Zanzíbar de John Brunner, o El mundo sumergido de J. Ballard.

        La importancia de la ciencia ficción se da por dos puntos básicos:
       La especulación científicay su capacidad para romper conceptos.

        En un mundo donde todo parece preestablecido y cotidiano, la capacidad de la ciencia ficción de mirar los hechos desde ángulos diferentes o de crear nuevas situaciones en base a la idea del “Que pasaría si...? permite al lector y al escritor sumergirse en un ejercicio mental que pone en juego todas las variables sociales, éticas, religiosas y científicas con las que convivimos comúnmente.

        La ciencia ficción se convierte pues, en una bofetada hacia nuestras percepciones, ideologías y creencias preconcebidas para obligarnos a ver las partes de la realidad que nunca vemos o nos negamos a ver.

        La ciencia ficción se convierte entonces, en una herramienta reflexiva que muchas veces tiene la cualidad de llevarnos hacia la concientización de un hecho que antes no tomábamos en cuenta pero que puede resultar vital.

        Permitanme presentarles un ejemplo que puede clarificar todo lo anterior:

        En 1951 sale a la venta una novela de John Wyndham, escritor ingles, cuyo tema central es una trama de desastre.

        Un fenómeno celeste se hace visible sobre nuestro planeta creando un espectáculo majestuoso. El problema se desata cuando las consecuencias de esa visión se hacen patentes: Al día siguiente la mayoría de la humanidad se vuelto ciega.
Solo aquellos que no fueron testigos visuales del hecho conservan su preciada vista. Pronto se convertirán en presa preciada para los grupos de ciegos que atemorizados e histéricos comenzaran a secuestrar a los que pueden ver, para usarlos de lazarillos. El problema se torna mayor con la inminente libertad de los Trífidos, los seres mitad planta, mitad animal que al no tener depredador que las detenga se vuelven una amenaza para todos los humanos.

        El cóctel de ideas de El Día de los Trífidos es impactante....”pero detengámonos un momento y olvidémonos de los trífidos. Piense en el hecho de amanecer y encontrarse con que usted, su familia y sus vecinos están totalmente ciegos. Ese día no habría desayuno, ni tendría que acudir a trabajar. Si alguna vez creyó que su vida era monótona y aburrida, en este momento desearía con fervor que se hubiese mantenido así. Pero ya no hay vuelta atras y los días pasaran y usted permanecerá ciego...y su familia...y sus amigos. De seguro usted ya debió haber sentido hambre en el transcurso de estos días.

        Que fácil era servirnos en el pasado un plato de cereal, ¿verdad? Ahora eso se ha convertido en casi una hazaña. ¿Que hará cuando se terminen en su casa el pan, la leche, el jamón, el agua...? De seguro tendrá que ir al supermercado. Pero ¿como llegar estando ciego? ¿y como volver?.

        El Día de los Trífidos es una historia de aventuras, no una novela de reflexión en el sentido de la palabra, pero nadie podrá evitar reflexionar sobre el tema cuando la lea. El lector saldrá de la aventura con una nueva visión de su entorno, de la personas invidentes e incluso de si mismo. Si el lector nunca valoró sus ojos porque se le hacia muy natural levantarse y ver, ahora SI valorara este hecho.

        John Wyndham se planteo en esta novela el “¿Que pasaría si todos los hombres encegesieran” y puso en tela de juicio todas las variables sociales, éticas, religiosas y científicas con las que convive el hombre medio en base a ese hecho. Hizo una revalorización total de nuestra sociedad en esa situación y nosotros con la misma base hicimos una reflexión y valorización de nosotros mismo (al menos en parte) pensando el ineludible: “¿Que haríamos nosotros...?”

        He ahí el valor de una historia de ciencia ficción.

        Bajo el trama de la ficción rompió nuestro concepto de seguridad por unos momentos bajo una premisa especulativa con un valor científico sociológico.

        Es este quiebre del concepto lo que da valor e importancia a la ciencia ficción, como ya mencionamos. Solo que este quiebre se da a todos los niveles en las historias de ciencia ficción. Pone en tela de juicio nuestras creencias, nuestras religiones, nuestro ego como humanos, nuestras reacciones sociales. Nos habla en “metáforas modernas” de un presente que no exploramos.

        Es por eso que es tan frecuente en la ciencia ficción la extrapolación de elementos.

        ¿A que nos referimos? La ciencia ficción no juega con la realidad establecida. Analiza las situaciones desde otros ángulos poco frecuentes. Ángulos que ocultan a veces realidades poco agradables.

        Pondré otro ejemplo, ahora con un famoso programa de t.v. norteamericano.

        En Alien Nation, un film de 1988 convertido después en serie televisiva, los Estados Unidos sirven de refugio a una sociedad de extraterrestres esclavizados que “encallan” en nuestro planeta. Se les da refugio y la oportunidad de formar una nueva vida. Sin embargo no tarda en aparecer la xenofobia de algunos grupos, émulos del Ku-Klux-Klan que buscan fastidiar a los extraterrestres bajo la premisa de “la tierra para los humanos”. Esos grupos están formados por gentes de diferentes razas...ahí hay negros, orientales, hispanos y caucásicos unidos bajo la consigna anti extraterrestre. Los extraterrestres, por su lado, buscan adaptarse a su nuevo mundo. Sus costumbres son extrañas, su reproducción es rara, pero su convivencia con los seres humanos es normal.

        La serie es, obviamente, una extrapolación de la situación de las minorías en los Estados Unidos de Norteamérica. Pero si se fijan bien, el dardo de la critica NO va dirigido a solo un sector de la población norteamericana. En esa nueva situación el racismo étnico desaparece para dejar paso a un racismo entre especies. El ejemplo y la reflexión se dirigen hacia otro punto, donde todas las etnias ya comparten un parámetro común...y se enteran de que todas ocultan en si la misma semilla de racismo, intolerancia y estupidez que se critican actualmente entre ellos.

        Muy subliminalmente, el programa de T.V. pego en un punto critico de la sociedad que sintió asco al verse reflejada a si misma, con todos sus vicios y canalladas en una serie de ciencia ficción. No era extraño que la cancelaran. Sin embargo, si había un grupo que estaba dispuesto a aceptar la premisa y que veían en esta historia algo muy importante, no solo para divertirse en las noches, sino para reflexionar.
        La serie volvió convertida en películas para la T.V.
 
 

        Indudablemente es la tecnología la que ha acelerado el cambio en nuestras sociedades. A aumentado tanto nuestro rendimiento como nuestra productividad, sin embargo, el impacto de ella no debe medirse en el ámbito económico sino en sus repercusiones en la sociedad.
        No se si venga al caso, pero en este instante me viene algo a la mente. Hace 15 años no contábamos con la facilidad que nos otorgan las computadoras personales y  el horario de trabajo era de 8 horas. Ahora, las computadoras han acelerado y elevado nuestro rendimiento y calidad a más del doble... y sin embargo se siguen trabajando las mismas 8 horas.
        Al contrario de lo que se podría creer, la tecnología no aparece ajustarse a nosotros, sino al revés: Nosotros tenemos que ajustarnos a ella.
        Indudablemente esta  nos ayuda, pero nosotros no hemos aprendido a utilizarla en su totalidad. Al contrario, muchas veces se presenta ante nosotros con el cariz de una amenaza.
        La ciencia ficción, por su cualidad de especular bajo premisas hasta cierto punto científicas no ha sido inmune a la controversia del tema. De hecho, mucha de la tecnología actual ya fue puesta en tela de juicio por la ciencia ficción mucho antes de que esta existiera.
        Los diferentes escritores la han visto desde todos los ángulos: como una salvación, como una amenaza, como un Apocalipsis, como una herramienta más...

        Es extraño ver incluso como un mismo autor no toma una posición 100% definida frente a este fenómeno.
        Isaac Asimov es uno de estos. Aunque su tendencia es siempre optimista hacia el avance de la ciencia y la tecnología, no ha podido sustraerse a explorar el lado oscuro de esta. Aunque Asimov es doctor en Bioquímica, se le reconoce más por ser un divulgador científico así como por el impulso promocional que le ha dado a la robotica y la cibernética en sus relatos de ciencia ficción. Su obra Yo Robot, una recopilación de relatos sobre el tema en 1950, es un clásico indiscutible no solo del género, sino del mismo mundo de la robotica.
        Por lo general, Asimov presenta a sus robots bajo una perspectiva benigna. Las tres leyes de la robotica que inventó (aunque bastante discutibles) impide que estos  hagan daño a los seres humanos o los desobedezcan. Sin embargo en el relato ¿Que es el hombre?, el dialogo entre dos de estas maquinas, aparentemente desactivadas, hace que lleguen a la conclusión de que ellos también son hombres, por lo que no necesitan para nada nuestro ayuda. Tampoco necesitan servirnos.
        A una conclusión similar llega Cutie, el robot del relato Razón. Una revelación lógica crea una idea mística en la mente de un robot. Los hombres no son los creadores, pues algo debió haberlos creado a ellos antes. Quien los creo es el verdadero creador. Los humanos solo son intermediarios de sus deseos y por lo tanto su autoridad no es aceptable sin razón. En El Robot Perdido, uno de los robots “parece” agredir a Susan Calvin, la famosa robot psicóloga. La duda queda en el aire.

        Sin embargo, ha sido también la misma ciencia ficción la que más a promocionado los nuevos campos de la tecnología, ofreciéndonos interesantes perspectivas que a la postre se convirtieron en temas importantes dentro del mismo género: Automatización, Computadoras, Cyborgs, Ingenieria Genética, Energía Nuclear, Robots, Cohetes, Naves espaciales, Teletransportación, Armas...

        Esta actitud ambivalente se hace tan patente ya que un fenómeno como el avance tecnológico no puede ser definido desde un solo punto de vista. El generó disecciona el fenómeno y expone sus diferentes componentes desde distintos ángulos, donde el mismo hecho se transforma y toma tonalidades diferentes.

        En el siglo 18 y 19, la idea de que la tecnología y el progreso caminaban siempre de la mano es ahora severamente cuestionada. En muchas obras, tales como 1984 de George Orwell o Un mundo Feliz de Aldous Huxley, esta tecnología toma un enfoque deshumanizaste. En la recientemente estrenada película Gattaca también se sugiere este hecho.
En mucha de la ciencia ficción de los 30 y 40 el científico loco y ávido de poder representa este miedo hacia la tecnología

        Esta anidmaversion llega a su tope con el surgimiento de un subgénero dentro de la ciencia ficción denominado Ciberpunk. Es frecuente encontrarse en este subgénero a  las sociedades totalitarias, donde el avance tecnológico en las comunicaciones se a convertido en un verdadero manipulador de masas y donde el avance de la tecnología cibernética a creado una extraña simbiosis con el hombre, transformandolo en una especie de híbrido biologico-cibernetico.
        Por lo general este género se decanta en un pesimismo declarado, mezcla de novela negra y ciencia ficción, donde el hombre se ha convertido en lobo del hombre y la filosofía del más fuerte se hace patente a muchos niveles. El verdadero poder ya no es el dinero, es la información...Quien la pose y la manipula es dueño de hombres y mentes.
        Durante los años 80, este subgénero tomó fuerza a raíz de la publicación de la novela Neuromante (1984) de William Gibson. Ahora esta tan erosionado el tema que casi se ha convertido en un cliché risible y estéril.
        Sin embargo, la fuerza de este nuevo movimiento puede encontrarse aún en su evidente plausibilidad. Hoy por hoy y a mi particular opinión, el futuro que nos espera será muy similar al descrito en Neuromante.

        No es sino hasta hace poco tiempo que la tecnología vuelve a tener un papel más digno dentro del género, esta vez de la mano de escritores con formación científica, tal como Gregory Benford, Robert L. Forward y otros más. Sin embargo sus escritos no son meras presentaciones de las maravillas de la tecnología, sino novelas en toda la extensión de la palabra, con una excelente calidad literaria y una trama interesante.
        Su visión sobre este desarrollo es muy importante puesto que ellos mismos son cientificos... no solo saben de lo que hablan sino saben acerca del ambiente en el que se desenvuelven.
        De ello viven.
        Sus puntos de vista son objetivos dentro de lo que cabe y son bastante más optimistas ante nuestro futuro que las generaciones de escritores pasados. Sin embargo no son ciegos y han expuesto también tramas con catástrofes plausibles, como ocurre en Cronopaisaje del ya citado Gregory Benford donde un alga mutante cubre buena parte de los océanos de la tierra, gracias a los componentes químicos de los pesticidas
(Gregory Benford es graduado en física de la universidad de Oklahoma;   Robert L. Forward  es fisico y trabaja en los Laboratorios de Investigación Huges en California)
 
 

        Los nuevos descubrimientos científicos abrieron el acceso a un mundo completamente diferente al que estabamos acostumbrados. Lo lógica de las partículas subatomicas apunta a que tal vez la realidad es lo que creemos que nosotros que es, mientras que las antiguas fantasías científicas de mundos alternativos y viajes a una velocidad mayor a la de la luz, tal vez no lo son tanto.
        Con esta nueva visión del mundo, la invasión de una tecnología que parece superarnos  y el colapso ideológico de muchas de las  antiguas creencias religiosas, no es extraño que el hombre medio se encuentre confundido.
        Aunémosle a esto el conocido síndrome de fin de milenio y tendremos un cóctel sociológico bastante explosivo.
        Por desgracia, los medios, haciendo uso de la ciencia ficción han contribuido a aumentar este clima de inseguridad en una sociedad que no conoce en realidad el género. Con sus frecuentes aproximaciones a mundos del futuro totalitarios, a desastres causados la contaminación, el aumento poblacional, la energía atómica y el mal usó de la tecnología, nuestra visión de futuro se reduce a dos alternativas: un mundo postapocaliptico al estilo Mad Max o una supresión de nuestro valor como humanos frente a las maquinas (como en Terminator).

        Ya cubiertas nuestras necesidades básicas de supervivencia, las únicas que quedan entonces por cubrir son entonces las espirituales.
        En un mundo donde las creencias espirituales son cada vez más derrumbables, el hombre se haya paulatinamente más expuesto a una realidad que no le agrada. Supone pues que todo tiempo pasado fue mejor y decide retroceder para aferrarse a creencias aun más caducas, argumentando que la ciencia nunca será capaz de alcanzar el mundo espiritual que le prometen las “antiguas sabidurías”.
        Sin embargo, de toda esa parafernalia de antigüedad hay cuestiones que son inevitablemente puntos de vista que ya no pertenecen a esta época y que han sido dejados atrás por consenso general. El canibalismo, es un ejemplo de ellos. El sacrificio humano es otro (no es un secreto que grupos extremistas aún hacen uso de estos ritos, pero eso ya es una cuestión más extrema).
        ¿Que ocurre entonces? ¿Como dar credibilidad actual a ritos pasados para que se ajusten a nuestro mundo actual? Fácil: Salpicándolos de un vocabulario seudocientifico que intenta avalar por medio de conceptos científicos las creencias ancestrales: Los ángeles ya no viven en el cielo, sino en la quinta dimensión o en la “luz”. Los duendes ya no pertenecen al reino de Magonia sino a mundos “paradimensionales”, en su vida pasada usted pudo ser un venusino si no es que de un lugar aun más lejano.

        El nuevo movimiento espiritual denominado New Age y la famosa metafísica emplean muchos de estos conceptos seudocientificos. Las sectas peligrosas como la Dianetica nadan permanentemente en ellas y los grupos de creyentes del fenómeno OVNI que no se toman la molestia de cuestionar nada, gustan de utilizar también estas palabras para impregnar de  credibilidad y efecto científico a sus tonterías. Es frecuente oírlos mencionar que la humanidad ha dando “saltos cuánticos” en esta época, refiriéndose a que los cambios han sucedido no de forma gradual, sino intempestiva y directa.

        Y es precisamente este mismo grupo dedicado a los OVNIS uno de los que mayor influencia han tenido de la ciencia ficción.

        Ya bien decía Hector Chavarría - un escritor y escéptico mexicano, al cual tengo el agrado de conocer - en un programa de televisión: “¡Sorpréndanme!”. Lo decía con referencia a los argumentos esgrimidos a favor de la hipótesis extraterrestre en “ovnilogia”, puesto que ninguno de ellos iba más allá de todo lo imaginado por los escritores de ciencia ficción hasta los años de 1970.
 

        Y así es. Si analizamos el fenómeno del contactismo ovni, veremos que lleva un gran rezago con respecto a la ciencia misma y a las hipótesis de la ciencia ficción. Muchas veces estas mismas hipótesis han sido utilizadas para explicar este fenómeno en alguna de sus variantes y resulta chocante ver como sus plagiadores enarbolan la bandera de la veracidad con una convicción que resulta patética y lastimera.

        Haciendo un análisis un poco más profundo, vemos entonces como también mucho de este fenómeno tiene raíces en los mitos mas antiguos, resultando ser una versión corregida, aumentada y modernizada de aquellos.
    (Para más información sobre este tema los remitimos al articulo Ufología y Ciencia Ficción)

        Varias de las novelas del genero representaron todo un hito en la nueva espiritualidad naciente. Como ejemplo podemos mencionar Extraño en Tierra Extraña (1961) de Robert. Anson Heinlein, donde Valentine Michael Smith, un humano nacido en Marte, regresa a la Tierra armado con su inocencia y poderes psíquicos para transformarse gradualmente en una especie de Mesías que lleva el “evangelio” de la “discorporacidad” una forma de muerte indolora y que pude ser libremente impuesta sobre otros.
        Para Sharon Tate, la actriz asesinada por el Helter Skelter del asesino psicópata Charles Manson, la discorporacidad no resultó tan suave e indolora.
        Así es. Uno nunca sabe lo que una novela puede llegar a influir en la mente de una persona desquiciada como lo fue Charles Manson. Lo mismo ocurrió con “Cazador en el centeno” una novela no de ciencia ficción , pero lo suficientemente poderosa para influir en la mente del asesino de John Lennon
        Esta novela- Extraño en Tierra Extraña - creo todo un culto en los estudiantes de la época, por las referencias directas al amor libre y el misticismo, tan en boga por el culto a las drogas de esa época.
        Dunas (1965) de Frank Patrick Herbert, la novela más exitosa de la ciencia ficción según la revista Locus, también marcó una especie de culto literario al ver en ella referencias al uso de la droga y sus “facultades” para expandir la conciencia.
Como nota aparte, es extraño que un escritor como Philip K. Dick, cuya obra tiene referencias directas al uso de las drogas no haya sido tomado tan en cuenta...será porque en sus novelas los viajes con las sustancias alucinógenas se convierten en verdaderos infiernos además de ser esclavistas de la conciencia.

        El concepto del extraterrestre que tanto se ha tratado en la ciencia ficción también a concretizado en cuanto a la aceptación y la plausibilidad de vida fuera de nuestro planeta. Al principio, el extraterrestre se limito muchas veces al sencillo monstruo BEM de gigantes ojos y cuerpo insectil, que secuestraba a la mujer, o al humanoide invasor que atacaba la Tierra.     Conforme la literatura del género fue evolucionando, el extraterrestre llego a tomar las más variadas formas y modos de vida.    Sin embargo la gran mayoría de ellas era solo las exageraciones de las cualidades, virtudes y defectos humanos.
        Esto debió haber influido sin lugar a dudas en la actual parafernalia extraterrestre, donde los ocupantes de los ovnis tienen forma humanoide, tan repetida por los cánones y esquemas de la ciencia ficción.

        El escritor polaco de ciencia ficción Stanislav Lem rompe el concepto enfrentándonos a su idea de “esencia extraterrestre”. En su obra Solaris (1961) un grupo de humanos intenta comunicarse con lo que se supone es una inteligencia extraterrestre. Sus esfuerzos resultan infructuosos y frustrantes al final de la novela.
        Parte de la idea dentro de Solaris es que un extraterrestre seria tan diferente a nosotros en todos los aspectos que la comunicación no seria posible.

        El astrónomo, Carl Sagan tiene una opinión muy distinta y sugiere en su novela Contacto (1985) que otro tipo de comunicación podía establecerse por medio de conceptos matemáticos.

La ciencia ficción del Futuro.

        ¿De que hablará la ciencia ficción del futuro? ¿De que trataran las historias contadas en el 2010? ¿Que nuevos campos de acción se abren para la ciencia ficción y que otros ella abrirá? ¿Cuantas historias e hipótesis de las nuevas tramas se harán realidad en este tiempo? No lo sabemos.

        La ciencia ficción es como el futuro...incierta, impredecible hasta cierto punto en el horizonte. Y es así porque forma parte de la fantasía y forma parte del dominio de la ciencia y ambas no tienen limites.

        Con una literatura así, formando un eslabón entre lo que se creía incompatible - la fantasía y la visión científica actual- cualquier cosa puede suceder, cualquier criatura puede ser creada y cualquier mundo puede ser plausible.