Muchas veces resulta que las cosas  si son lo que parecen, solamente que no queremos darnos cuenta de ello. O tal vez no podiamos...

Recuerda que recuerdo
por: KunDernKa.
ilustración por Gabriel Benítez
A mi Mujer, compañera y amiga Piluca,
porque te quiero, y siempre eres capaz
de dar “Algo más”.
La tarde se convertía en una melancólica ventana al mundo. El puente entre las islas mayores hacía ya cinco años que se había inaugurado. No era un puente como los del siglo pasado: las fuentes hidromagnéticas mantenían los vehículos a 80 cm. del suelo y hacía que se trasladaran de un lugar a otro por medio de las vías de polos. Tardaría apenas 25 minutos en llegar al nuevo edificio, cuando el ordenador de abordo pasa por la señal de vídeo-turismo.

"Está usted pasando por el control de aduanas del gobierno europeo" – dijo una voz monorítmica y hueca – "su identificación ha sido aceptada. Bienvenido, Sr. Oramas, al enlace Nueva Canarias, construido por Corporación Word-Europa con los fondos para ayudas de las zonas periféricas de la Comunidad en el 2.120. Tiempo estimado hasta destino de 18 minutos."

Oramas sentía un estremecimiento en su cuerpo, no sabía cómo saldría todo. Llevaban seis meses en el proyecto. A pesar de no saber cuál era su papel en el mismo, sabía de la importancia que tenía para la Comunidad. Era la investigación que podría permitir al hombre realizar viajes interestelares donde la duración fuera superior a la vida humana (eso le habían comentado). Otros intentos realizados con naves generacionales habían terminado en revueltas y pérdida de control y contactos de la población colonial enviada.

 Los vuelos con hipervelocidad de las naves estercoespaciales, en sus primeros éxitos en vuelos cortos hicieron correr ríos de tinta. La experiencia de comienzo de siglo había hecho parar todas las esperanzas de poder colonizar otros mundos limpios que se conocían.

La Nave Vespucio, con una tripulación de más de doscientas mil personas, entró en colisión con el planeta Ka21, ya que estimaron,  falló en la desaceleración una vez conseguida la velocidad de la luz. Era el primer vuelo tripulado basado en la relatividad temporal; todo un fracaso, que produjo la revolución de los desamparados. La mayor crisis en el nuevo orden mundial. Ni las guerras Hacker en la red habían producido tantos cambios en tan poco tiempo.

Este experimento podría ser la clave de todo, eso le habían vendido, por eso llevaba seis meses de intensa preparación física y de ejercicios  mentales hasta la extenuación: ejercicios de memoria. Habían analizado todas las sinapsis implicadas en los procesos de aprendizaje, seguían una de las teorías más antiguas : los principios de Hebb, recuperada tras muchos siglos guardada. Estaba basada en la potenciación a largo plazo (PLP). El estudio de la PLP en la formación hipocampal había sugerido un  mecanismo responsable de algunos cambios sinápticos que ocurren durante el aprendizaje, estos cambios se producen en un circuito de neuronas que recorre la formación hipocampal, va desde la corteza entorrinal a la circunvolución dentada, a los campos CA3 y CA1, al subiculum. La estimulación de alta frecuencia de los axones de este circuito fortalece la sinapsis implicada en el aprendizaje. El principio de Hebb dice que si una sinapsis se activa repetidamente al mismo tiempo que la neurona postsináptica emite potenciales de acción, tendrán lugar una serie de cambios en la estructura de la sinapsis, responsables de que esa sinapsis se vea reforzada.
Otros circuitos y con otros neurotransmisores se habían estudiado con resultados muy parecidos con PLP, como la noradrenalina y la acetilcolina en el campo CA3 facilitando la PLP.
Por lo que el análisis y almacenamiento de todas la sinapsis y agrupando mediante el estudio y clasificación de los PLP se podrían obtener unos mapas individuales de memorias, donde los recuerdos de una persona pueden ser almacenados.
Desde el comienzo del milenio, se conoce el genoma humano. Se había tardado el doble en poder crear un decodificador y almacenamiento digital de las sinapsis y, con ella, un almacén externo de la memoria. Las investigaciones habían ayudado en la erradicación del Alzehimer en todo el planeta.

Llegaba al edificio del Campus Central de Investigación, parecían esperarles con gran animación. Se sentía como aquellos pioneros de los vuelos espaciales. Todo el personal había salido a recibirle: el presidente de la compañía y el delegado comunitario de investigación y desarrollo lo esperaban en la puerta. Unos flashes y fotos de recuerdo del acto, unos saludos y, junto la comitiva, se dirigieron a la sala donde se efectuaría el ensayo: una habitación totalmente blanca, con una camilla metálica en el centro, cámaras en las esquinas de la habitación, dos grandes espejos unidireccionales en los laterales del cuarto. En uno se suponía que estarían los doctores que dirigen la investigación, en la otra sólo se podía entrever una sombra, la de un anciano.
Tenía la luz encendida y el espejo dejaba ver la silueta de un hombre mayor, bastante mayor. Estaba sentado en una silla similar a la provista en su habitación, entreveía los cables que salían del casco que tenía igual que él en la cabeza.
Llegaron los doctores, le sonreían. Los nervios no le dejaban concentrarse en nada. Estaba empezando a sudar, odiaba sudar; por ello había sufrido el accidente escalando, suerte que sólo le dejó la cicatriz de la quemadura de la cuerda en el pecho.
No podía entender las indicaciones de Méndez, el auxiliar técnico, el que va a manejar la cámara, pero asentía con una sonrisa. Poco a poco conectaban cada uno de los electrodos en el casco de registro PLP. Miraba el comportamiento del equipo de experimentación: entraban y salían de la sala.

Me colocaban los catéter para dormirme. No es que fuera un proceso doloroso, eso lo había ya comprobado en los ensayos de la semana pasada. Cortos ensayos en lo que lograron grabar una serie de sinapsis, pero ahora era diferente, ahora iban a guardar toda mi vida, todos mis recuerdos. Decían que hibernarían mi cuerpo y mi recuerdo, para luego volver a activarme cuando llegáramos a K21. Era todo un reto científico, pero necesario para crear una nueva civilización.
Empezaba la cuenta atrás...

Los recuerdos de su infancia no empezaban hasta los 15 años. Antes no sabía nada. Le había dicho que era un hijo de los elementos, es decir, que era un ser clonado... no le había importado nada; de hecho, era la solución empleada desde hace tiempo para el control de natalidad. Lo habían formado en diferentes disciplinas, siempre en orden y de forma estricta. Dominaba en pocos años conocimientos científicos amplios. Seguía recordando: la universidad... no recuerda haber estado en la universidad nunca, pero veía sus recuerdos llenos de anécdotas, juergas y horas de estudio. Era lejana, pertenecía al siglo pasado... era imposible que él hubiera estado ahí, no podía por su edad, pero eran recuerdos frescos: ... un niño jugando, con Papá, pero si yo soy hijo de los elementos, no tengo padre... algo estaba pasando,... se estaban mezclando nuevos recuerdos pero no eran los míos.... ¿qué coño pasa?. Soy Yo, Oramas, HE215... estudié en la Corporación, no he tenido relaciones de compañero con nadie... Una chica, Rosario... la quiero... he estado con ella... no sé quién es... pero si es ella... Doctor, Doctor, ¿qué me pasa?, no sé quién es Oramas... Oramas soy yo, o ¿no soy yo?... estoy entrando en el edificio, esto fue hoy. Pero, ¿qué hice ayer?, se me ha olvidado... saludo... estoy recordando, me conectan los electrodos, cuenta atrás ¿qué pasa...?, ¿quién es ese viejo...?


Es una habitación cómoda, llena de flores... y aromas seminaturales...
- Ya empieza a despertar... está abriendo los ojos.... - Comenta Méndez.
- ¿Cómo se siente, profesor Oramas?. Interroga el jefe del equipo, Dr. Sig Almeida.
- Bien, este cuerpo es estupendo... casi había olvidado la sensación de la juventud... Vale la pena haber realizado el contrato con la compañía hace 40 años. Esto de renovar el cuerpo, cada 20 con un clon de uno, es la mejor oferta que me llegó.
-¿Qué quiere que hagamos con su cuerpo viejo?. Comenta Méndez.
-Quémelo. Dijo secamente.


Se estaba vistiendo. Observaba su cuerpo, desnudo ante el gran espejo de la habitación. De repente ve una cicatriz en su hombro y un dolor le sobreviene, cuando recuerda cómo se lo había hecho... grita de angustia... ¡Yo nunca he escalado!.

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