Dentro de este libro de niños está todo lo que deberias conocer, porque todo ello esta muy cerca de ti. ¡Y no sabes que tan cerca!...

La ruta
por: Laura Michel y Gabriel Benítez

Encontré el libro en uno de los asientos traseros del autobus, al  mediodía, cuando comenzó mi turno. A primera vista parecia un libro de cuentos para niños, ya saben, formato casi cuadrado, viñetas del tamaño de una hoja y letras grandes y negras.Lo raro era que la portada fuera totalmente negra.  Al principio lo ignoré pero a lo largo de la tarde, más por curiosidad que por otra cosa, me puse a leerlo entre alto y alto. Bueno, no a leerlo, exactamente; digamos que más bien le echaba rápidos vistazos, y entre cada ojeada alcanzaba a captar dos o tres cosas antes de que se pusiera el verde de los semaforos y de que los autos de atrás comenzarán a interrumpirme con su sinfonia de claxons.
La primera vez solo pude leer esto:
 

El lobo feroz

Había un lobo feroz jadeando junto a un árbol, escupiendo y mordiendo la corteza con dientes de fuego. Jamás había aprendido a preparar cochinitos. Seres humanos, con mucha menos razón.

El texto me dejo algo anonadado y por un instante permanecí como ido.
El auto de atrás  me despertó con el sonido de su claxon y mis pasajeros lanzaron murmullos de desaprobación. Cuando se es chofer de autobus resulta bastante malo y peligroso estar distraido, así  que tendría que andarme con más cuidado.
Además, ya estábamos llegando al centro de la ciudad.
Frente a mí, otro de los semáforos  cambio a rojo. Y leí.
 

Nocturno

 Es una noche invernal, muy oscura y callada. Sopla una airecillo helado. En la rama de un árbol hay un buho inmóvil que no se atreve a romper el tremendo siencio. Los insectos trasnochadores no han salido en esta ocasión con sus luces y susurros. Y en el cielo, una siniestra media luna esboza una sonrisa burlona y sus débiles reflejos van a posarse en los ojos del hechicero...

Verde.
Arranqué con dirección a la terminal.

Ya ahí, me informaron que ese día debía doblar turno.
- ¿Pero por que? Digo, si este fulano no viene, no es culpa mia...
- Y nadie te obliga, eso tenlo seguro, pero para ti esto es un dinero extra. Puedes tomarlo o dejarlo. ¿Tienes mucho que hacer acaso?
Lo pensé.
- Ok. pues... doblaré turno.
- Muy bien. Ve al autobus. Ahora te mando la boleta.

Volví al autobus y llegando recorde el libro. Lo obtuve de abajo de mi asiento, donde lo habia guardado y lo abrí al azar:
 

Incrédulo

No creía en los dragones hasta que llegó uno y se lo comió.  Esto fue porque el monstruo lo dejó contar con unos cuantos instantes de credibilidad. Qué afortunado.

De pronto, sonó el celular. Mi madre, para variar, que quería saber cómo me estaba yendo, si había comido y no se que tanto más.
- Si mamá... si estoy bien...ajá...no, hoy voy a doblar turno...ajá...si, hasta en la noche entonces...si...ajá...me van a salir caras las llamadas, mamá, nos vemos ¿eh?.
Colgué
Alguien tocó en  la ventana de mi lado.
- Tu boleta. - dijo


Eran casi las doce de la noche, y mis vueltas ya habrian terminado, de no ser porque aún quedaba un pasajero en el camión.
Hubiera preferido saltarme la ruta y tomar un atajo a la terminal, pero todavía faltaban algunas calles principales por recorrer y el señor no daba señales de querer bajarse. Se me ocurrió preguntarle: ¿Para dónde va, señor?, un par de veces, pero no me sirvió de nada; o los ruidos del motor no dejaban oír o el hombre se estaba haciendo el sordo. Finalmente, perdí la paciencia, paré el vehículo.
- Oiga, -le dije. - Este autobus ya va para la terminal y de ahí ya no sale nada ¿por que no baja?
 

...El hombre, que se veía demacrado y exausto, tenia unas ojeras tremendas y se encontraba recargado sobre el cristal. Se encerró más en su gabardina color baige y me señaló algo ahi afuera. Hasta entonces me fijé en la gran sombra que revoloteaba sobre nosotros.
  - Es el vampiro.- dijo y clavó sus ojos negros y cansados en el exterior del autobus.- ¡Si te bajas, te da unas pinches mordidas, el cabrón!
 Inmediatamente regresé al volante.
Ahí en el asiento,encontre el libro para niños. Lo dejé a un lado.
Estuve bien seguro de que la ruta iba a prolongarse toda, toda la noche.



Unas palabras sobre los autores:
Laura Michel es Licenciada en lingüistica, traductora profesional y escritora de fantasía y poesía. Tiene algunos premios nacionales en su haber, entre los que se cuenta Unicornios, una obra de teatro de tema también fantástico. Ella misma diseña y mantiene su site sobre Tyander, un mundo de su invención, sumamente detallado e interesante: www.come.to/tyander
¿Gabriel Benítez? No se, a ese no lo conosco...
 
 



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