Parte 13
-Buenos días, embajador, disculpe esta intromisión,
por otra parte tan necesaria, ¿no lo cree así? Sabíamos
que tarde o temprano Ud. nos traería a Eila, y en el camino
nos hemos topado con este individuo de modales un tanto bruscos -dijo Madersk
señalando a Belano-. Oh... no se preocupe por él, se encuentra
bien, sólo está inconsciente, aunque desearía que
con Uds. no fuera necesario emplear el mismo tratamiento.
-¿Se ha vuelto loco? No puede retener por la fuerza a
un diplomático y a dos ciudadanos de la Confederación; significaría
una nueva crisis -argumentó Printer con toda la convicción
que en aquellos momentos pudo simular.
-Amigo mío, la crisis que Ud. parece temer tanto estalló
antes de su llegada como sin duda recordará. Ud. prometió
a nuestro Augusto algo que no ha cumplido: una investigación conjunta
sobre la desaparición de información reservada de nuestro
Ministerio de Defensa. Uds. han provocado este desagradable incidente y
Uds. lo solucionarán. Nos han puesto en una difícil situación.
-No será por la desaparición de un dossier inexistente,
tan inexistente como su Ministerio de Defensa.
-¿Qué quiere decir? Explíquese. Tal vez
su amiga que acaba de despertar pueda aclarar mejor que Ud. sus afirmaciones
-Eila calló, no podía creer lo que estaba viendo y, por primera
vez, no estuvo a la altura de las circunstancias. Printer buscó
sus ojos esperando una rápida respuesta para salir del apuro, pero
su mirada reflejó un vacío desalentador.
-¡Déjela en paz! -exclamó Printer mientras
se incorporaba; su creciente agresividad se diluyó cuando Madersk
apoyó su mano suavemente sobre el hombro del sueñonauta.
Por segunda vez, Printer experimentó una agradable sensación
de paz interior, similar al momento en que estrechó la mano del
ser fractal tras la entrevista con el Augusto.
-Le ruego que sea franco, sabremos estar a su altura. ¿Quién
es Ud. en realidad y por qué lo han enviado?
El ánimo que Madersk le infundió le situó
más allá del bien y del mal, al tiempo que inexplicablemente
sintió una repentina simpatía por aquel falso organismo del
que ahora conocía su verdadero aspecto. Sin embargo, decidió
guardarse algún as en la manga sin por ello faltar a la verdad.
De alguna manera estaba harto de tanta mentira, y muy especialmente de
los embustes de Belair y el Soñador.
-Lo que le puedo decir es que no soy un diplomático de
carrera como sin duda ya habrá supuesto. Fui enviado para contactar
con Eila y pasar su información a mi gobierno. En realidad soy una
especie de navegante estelar y poco más.
-Después hablaremos de ese poco más, de momento
no es mal comienzo. En cuanto a Ud. -dirigiéndose a Eila- ¿qué
puede decirnos?
-Dígame antes por qué expulsaron a nuestro agregado
comercial y dieron la orden de buscar con una falsa excusa a una insignificante
empleada de la embajada.
-¡Oh vamos!, no se subestime. Ud. secuestró a uno de los
nuestros en la Zona. Apareció al cabo de una semana sin que pudiera
recordar nada de lo que le había sucedido. Allí tenemos muchos
ojos. Preferimos expulsar a su agregado para crear una falsa pista y buscarla
para impedir que saliera de Tau. ¿Qué le hizo y cómo
pudo retenerlo contra su voluntad?
-¿Conque el sueño te llevó a ellos!- le
inquirió Printer como si aquella omisión de Eila fuera una
mentira más del gran engaño que se tejía a su alrededor-.
Fue el sueño quien corroboró lo que ya le habías arrancado
por la fuerza a ese tauriano. ¿Por qué me lo ocultastes?
-Lo estás estropeando todo, estúpido aprendiz.
-Pregunte Madersk, contestaré sin reservas a todas sus
preguntas.
Y la conversación tomó un rumbo amable y franco
sin que Eila pudiera impedirlo. Finalmente, Madersk con tono preocupado
dijo:
-Quiero que el Augusto oiga todo cuanto me ha dicho. Hablaremos
sin máscaras en un lugar que ya han visitado sin nuestro consentimiento.
Ahora Ud. y su compañera vendrán una vez más como
invitados. No se preocupe por su compañero, nada le ocurrirá,
tan sólo olvidará algunos recuerdos embarazosos, espero que
lo comprenda. Bajaremos a las profundidades y le mostraremos en realidad
nuestro mundo. Echense de nuevo en la cama y utilicen esa capacidad de
la que Ud. me ha hablado. Ponga debajo de su almohada este cristal, nos
ayudará a conectar con su sueño. Los esperamos. Estoy seguro
de que no nos defraudarán, especialmente Ud, dirigiéndose
a Printer-. Hasta pronto.
Madersk cerró tras sí la puerta de la lóbrega
estancia, acompañado de sus taurianos que conducían el cilindro
con Belano en su interior por los estrechos pasillos del destartalado
hotel; mientras, Printer intentaba conciliar el sueño programando
las claves del viaje a las profundidades de Tau. El sueñonauta se
había quedado sin ases en la manga. Ahora Madersk estaba al corriente
de todo cuanto él sabía. Ya no podía retroceder y
algo en su interior, que no acertaba a explicar, lo impulsaba a seguir
adelante por su propia causa que no era otra que la búsqueda de
la verdad. En esta ocasión, no activó ninguno de los blindajes;
sabía que no se toparía con ningún sueño transeúnte,
una vez que Eila, consciente de su impotencia, no opuso resistencia; tampoco
le preocupaba la casa de los espejos, ya había salido de ella indemne
y estaba seguro de que podría hacerlo de nuevo. Decidió,
así mismo, no hacerse preguntas acerca del cristal que Madersk le
dio y encarar un destino muy diferente al que le impusieron Belair y el
Soñador.
Parte 14
Era la segunda vez que su sueño pisaba el "hall" de
la Gran Ventana tal y como en realidad era, un viejo recinto cargado
de historia y abandonado desde una época lejana e imprecisa. Printer
ya conocía el camino y no tuvo que esperar esta vez a su lazarillo
habitual, ahora él conducía a su compañera. Las puertas
del ascensor se abrieron ante su presencia. Se limitaron a entrar en él
y permanecer inmóviles. El cristal se ocuparía de llevarlo
a su destino. En cuanto a sus fidelidades, le pareció en aquellos
momentos divertido cambiar a Eila por un trozo de cristal y la incertidumbre
de no saber cuál de ambos se mostraría a la postre más
engañoso.
-¡Allá vamos! -dijo para darse ánimos cuando
el ascensor inició por su cuenta el descenso.
Antes de lo esperado, Printer y Eila se encontraron frente a
aquella imponente montaña biselada de carbono viviente, en aquella
corte de diamantes que se desplazaban frenéticamente por la espaciosa
gruta lanzando una lluvia de esferas iridiscentes al Augusto. De pronto,
toda actividad cesó a excepción de la montaña regia,
la cual generó una alucinación de talla humana, no para sorprender
a los sueñonautas, sino para hacer llegar mejor su mensaje.
-Espero que los jóvenes espectros hayan tenido un feliz
viaje - dijo la reencarnación del Augusto-. Es una curiosa experiencia
hablar con un sueño viajero. En ninguno de los mundos inteligentes
que visitamos encontramos a criaturas con semejante cualidad. En algún
momento lo sospechamos, pero no tuvimos la certeza hasta que Ud. y su compañera
nos visitaron. Mi fiel Madersk detectó su presencia y les dejó
marchar. Temíamos que si los capturábamos, sus cuerpos dormidos
podrían sufrir algún daño irreparable. Por eso decidimos
esperar a que despertaran en aquel hotel de la Zona. No deseamos causarles
ningún mal, somos un pueblo pacífico tan antiguo como el
universo. Surgimos de entre el caos de la protomateria para constituirnos
en la primera generación inteligente tras las gran explosión.
Tuvimos que ocultarnos de las innumerables especies que posteriormente
surgieron al comprobar su febril deseo de poseernos. Ahora sólo
somos un puñado. Muchos de los nuestros cayeron en manos de torpes
e insensatos orfebres. Nos convertimos en la especie más codiciada,
y eso fue lo que nos impulsó a generar tan elaborados camuflajes.
Pero Ud. y su amiga nos han puesto al descubierto, como ya sucedió
en otras ocasiones, sólo que esta vez no tenemos tiempo, a juzgar
por lo que le contó a Madersk, para generar otra ilusión
maestra, sólo queda abandonar Tau.
-No entiendo por qué nos han bajado para contarnos esto
-dijo Printer pausadamente-. ¿Por qué no nos han hecho lo
mismo que a Belano?
-Porque de alguna manera estamos en sus manos. Ud. y su compañera
son los únicos que pueden darnos la cobertura necesaria para abandonar
este mundo.
-¿Y cómo?
-Como le dijo a Madersk, Ud. es el único autorizado para transmitir,
y el mensaje podría servirnos de cortina de humo, en cuanto a Eila
puede ayudarle a reforzar su versión ante quienes la enviaron.
-Pero descubrirían inmediatamente el engaño. Mi
receptor ejecuta mejor que nadie el sueño de la verdad. No podría
ocultársela al Soñador.
-Podría hacerse si tan sólo la retocamos convenientemente.
-Seguro que en eso son Uds. unos maestros- le reprochó
veladamente el sueñonauta.
-¡Vamos, vamos!, nunca mentimos si no es en defensa propia,
y en este caso está más que justificado. Nosotros también
entendemos de sueños, pero nos servimos de frecuencias muy distintas
a las suyas, por eso no habíamos podido descubrirlos hasta ahora.
Cuando transmita, estaremos con Ud. y nadie, ni siquiera ese soñador,
podrá percatarse de nuestra presencia. Ud. sólo tiene que
dormir y lanzar la verdadera información. Nosotros nos encargaremos
de hacerla llegar a su destino convenientemente alterada. Es nuestra única
esperanza.
-¿Y qué me sucederá si me niego a colaborar?
-Tan sólo lamentaría algunos olvidos, pero aunque
no lo recuerde, habría colaborado en la destrucción de una
forma de vida irrepetible en el universo. Sus ejércitos de sueñonautas
pronto se darían cuenta de que las criaturas de la corteza tan sólo
eran realidades virtuales y registrarían todo el planeta hasta dar
con sus autores. Ni siquiera podríamos escondernos a cientos de
kilómetros del subsuelo.
-¿Y cómo piensan abandonar Tau?
-Nuestras naves están enterradas en las simas del océano
serático. Cuando llegamos a este mundo las ocultamos convenientemente
deseando no necesitarlas nunca más. Creímos que éste
era el rincón más deshabitado del universo, y así
era hace unos millones de años cuando la vida no existía
en su mundo. Hemos disfrutado de una existencia tranquila hasta que en
su planeta surgieron los primeros coacerbados. A partir de entonces, hemos
vigilado discretamente la Tierra sabiendo que tarde o temprano nos las
tendríamos que ver con una especie inteligente.
-Pero en Tau también existe vida, incluso humanos. ¿Si
deseaban tranquilidad, por qué se instalaron aquí?
-En efecto, ese fue nuestro primer camuflaje. También
nosotros nos equivocamos entonces. Generamos un proceso evolutivo similar
al suyo cuando Uds. iniciaron su primera revolución tecnológica.
Sabíamos que muy pronto estarían en condiciones de viajar
a otros mundos como así ha sido. Creíamos que el disfraz
más perfecto sería presentarles un mundo gemelo, pero esos
estúpidos humanos que viven en la Zona son los descendientes de
toda una sociedad que se aniquiló a sí misma, y a punto estuvo
de hacer saltar por los aires el planeta en el que todos vivimos. Toda
la arquitectura de Serun, incluida la Gran Ventana, son los restos de aquella
"floreciente civilización" que nosotros maquillamos en su día
convenientemente antes de su llegada. Pero de todos los errores cometidos,
el más grave fue el de proyectarnos mediante fractales a su imagen
y semejanza.
-¿Y por qué lo hicieron?, no tenían ninguna
necesidad de hacerlo.
-Curiosidad, una curiosidad reprimida desde la noche de los tiempos.
No supimos contenerla y ahora podemos pagarlo muy caro. Uds. también
se han expuesto innecesariamente cuando hace unos siglos, en los inicios
de su revolución tecnológica, lanzaron al espacio mensajes
a otros seres, ¿acaso no está al corriente de las emisiones
del radiotelescopio de Arecibo, las sondas viajero, el programa Seti y
de tantos otros intentos para contactar con inteligencias extraterrestres?
Dieron toda clase de detalles acerca de su mundo. Por suerte para Uds.
parece que hemos sido los únicos hasta ahora en recibirlas, imagínese
lo que hubiera ocurrido si los receptores de sus imprudentes mensajes fueran
unos seres de una belicosidad semejante a la suya y de una tecnología
superior. De nada servirían sus legiones de sueñonautas.
Hemos conocido tecnologías militares incomparablemente más
eficaces que las suyas. Espero que aún tarden unos milenios en descubrirlos
criaturas tan peligrosas como los artrópodos de Flortan o las biomáquinas
de Toll, con quienes ya nos hemos visto la cara. Necesitarán más
de un milenio de continuos avances científicos y tecnológicos
para hacerles frente, porque le aseguro que no tendrían ninguna
opción ahora si fueran descubiertos. Si me permite una reflexión
de 15.000 millones de años, muchas especies inteligentes han sucumbido
en unos casos por autodestrucción y en otros, los más, por
ingenuidad al pregonar su existencia con la esperanza de que otra civilización
superior los libere de sus males y miserias propios de su naturaleza. Ese,
creo, y no otro es el peligro que correrán durante los próximos
milenios, ¡ojalá estén preparados para cuando llegue
el momento!, porque es altamente probable que tarde o temprano sean visitados.
Vigilen sus cielos, pero sin descuidar sus sueños; alguien los visitará
de una forma u otra. Han hecho demasiado ruido en poco tiempo, y hay viajeros
en todas las dimensiones con oídos muy finos, raudos como la luz
y demoledores como la más terrible de las pesadillas hecha realidad.
No hay redentores en el cosmos. En el mejor de los casos, encontrarán
especies tan inofensivas como la nuestra que no tengan otra defensa que
el camuflaje o la huida.
-Mi gobierno ya es consciente del riesgo contraído por sus antecesores,
hace tiempo que dejamos de ser tan confiados. Las sondas viajero fueron
capturadas dos siglos después, y desde entonces no se ha autorizado
ningún proyecto de este tipo.
-Es indiferente, ya puede ser tarde. Ya han contaminado el espacio
con sus emisiones, y por lo que ahora sé, otros mundos pueden detectar
sus ondas oníricas, veo que no han considerado los riesgos que entraña
abrir una ventana a esta nueva dimensión. ¿No creen que criaturas
peligrosas pueden navegar también por las procelosas aguas de los
sueños? Imagine el eco onírico de un ejército de sueñonautas
surcando largas distancias siderales, ¿acaso no es esto más
peligroso que las inocentes señales de radio y televisión
de las que alegremente abusaron sus antepasados y de las que aún
continúan sirviéndose. Hoy nos toca a nosotros abandonar
sigilosamente este mundo, mañana quizá tengan que hacer otro
tanto Uds. con el suyo.
-Quizá -y tras una breve pausa, Printer sumido en la perplejidad
preguntó-. ¿Qué he de hacer?
-Inicie un nuevo sueño viajero y transmita la verdad de
nuestro mundo omitiendo nuestra intención de huir.
-Sí, pero me temo que no podré silenciarlo.
-Nosotros nos ocuparemos de todo, lo único que tiene que
hacer es dormir sin separarse del cristal que Madersk le dio.
-Es curioso, ¿no es una ironía que los maestros
del engaño me pidan que los ayude contando la verdad, y aquellos
que consideraba honestos me hayan manipulado con tal sarta de mentiras?
-Celebro su sentido del humor. Estaremos eternamente en deuda
con Ud. . Si hay algo que podamos hacer...
-Sí, hay algo que quisiera pedirles.
-Le escucho.
-Me gustaría que Eila viera las cosas del mismo modo que
yo. No les estoy pidiendo que la manipulen, sino que la liberen de sus
anteriores compromisos para que pueda libremente tomar sus decisiones conforme
a sus deseos.
-Está bien, bastará con que Madersk toque su piel
y perciba nuestra verdadera e íntima naturaleza.
Printer miró a Eila y observó cómo desaparecía
cualquier gesto defensivo. La versión del Augusto la había
sumido en un mar de dudas y el contacto con Madersk terminó por
ahogar cualquier intento de rebelión.
-Una cosa más, si es posible -añadió Printer.
-Diga.
-No me importa cómo lo hagan, pero no susciten las
sospechas del Soñador sobre nosotros. No tenemos otro mundo que
el que ya conocemos y me gustaría que ambos lleváramos una
vida normal cuando todo esto acabe.
-De acuerdo, cuente con ello, los protegeremos. Para cuando descubran
el engaño, nosotros estaremos ya lejos, y será urdido de
manera que Uds. dos parezcan haber sido los primeros burlados. No puedo
decirle nada más, ¡hasta siempre!