Es frecuente encontrar en las novelas
de ciencia ficción y dentro del mismo género, toda una terminología
especializada
que a veces puede confundir o engañar si no se esta bien enterado del tema. A continuación se hace un muestrario de varias de las palabras que pertenecen a esta terminolgía, su origen y su significado. |
Dicen que la ciencia ficción es una literatura
de elite.
En cierta forma me inclinaría a pensar que si. Los lectores
ocasionales parecen creerlo también de esta manera. Uno de
sus problemas principales es la terminología, la jerga fanta-científica,
palabras comunes para los lectores asiduos del género, pero no para
los nuevos lectores y para aquellos que asoman sus narices para tentar
el terreno.
Esta jerga esta conformada por muchos y diferentes conceptos basados
ya sea en la ciencia “dura” (llamémosle así a la ciencia
realmente utilizada por científicos), o en Ciencia Imaginaria.
Estos conceptos de ciencia imaginaria no son conceptos de seudociencia,
como se pueda creer a primera vista, sino elementos especulativos
de la ciencia que no han podido ser comprobados, o que han sido imaginados
para poder hacer viable una historia.
La Seudociencia por su lado, adolece del error de pretender ser real. La seudociencia es frecuentemente utilizada por gurús e “investigadores de lo oculto” que gustan de obtener términos de ciencia imaginaria para aplicarlos a sus hipótesis descabelladas y baratas, denigrándolas así a ser solo definiciones de pacotilla. El termino Dimensión, por ejemplo es usado frecuentemente como un sinónimo de mundo paralelo, cuando en realidad es una referencia de dirección.
Por su lado, la ciencia imaginaria no pretende ser real, sino
que es un experimento imaginativo enfocado a lo que ya decíamos
antes, hacer viable una historia. Un ejemplo de esta ciencia imaginaria
son los viajes a mayor velocidad que la de la luz. Con las teorías
físicas actuales es un hecho que es imposible viajar más
rápido que ella. Para lograr eso, los tripulantes de una nave deberían
al igual que esta, transformarse en fotones, cosa que no logra la aceleración.
Al contrario, la nave y los tripulantes se volverían seres ultramasivos
hasta acabar convertidos en algo difícil de imaginar.
¡Ah! Pero la imaginación tiene respuestas para todo. La
imaginación puede crear nuevos estados de la materia, nuevas sustancias,
maquinas capaces de acelerar a velocidades hiperluminicas…
Los tripulantes de esta literatura de imaginación , al igual
que los marineros de antaño, tienen sus propias palabras. Saben
lo que es velocidad Warp y son capaces de identificar
a un ser multidimensional de uno paradimensional.
Súbase a nuestra nave y aprenda de nuestra tripulación.
Le ayudara en sus futuros viajes hacia “las estrellas y más allá”.
1. TERMINOS SOBRE EL GENERO.
No todos los términos tienen que ver con los relatos en si. Muchos términos son usados para identificar tendencias, épocas del género o temáticas del mismo. A continuación varias de ellas:
Ciencia Ficción.
Por
desgracia no hay una definición exacta del termino. ¿Ciencia
ficción es ficción basada en ciencia?. No. Una novela 100%
basada en la ciencia no sería ciencia ficción sino novela
científica. ¿Entonces? Hay miles de opiniones en torno a
esto. Alguien dijo por ahí que la ciencia ficción es aquello
que los editores de ciencia ficción dicen que es. Otros dicen que
son relatos o historias basados en la especulación científica
La definición que a mi más me ha gustado es que la ciencia
ficción es la fantasía de la ciencia. Escoja usted o cree
su propia definición, se va a tardar, pero se va a divertir…
La etiqueta de Ciencia – Ficción fue acuñada en 1929
por Hugo Gernsback para usarla en su nueva revista
Science Wonder Stories pues había perdido ya la dirección
de Amazing Stories. La etiqueta, sin embargo, ya había sido
usada antes por el escritor William Wilson en 1851 en un
tratado sobre la poesía de la ciencia.
Durante algún tiempo, varias revistas del género se resistieron
a utilizar la etiqueta Ciencia - Ficción como definitiva,
por lo que en el mercado de las revistas se podían encontrar diferentes
términos para designar a las historias del estilo: ficción
científica (Scientific fiction), historias imposibles
(Impossible Stories), Scientifiction, Seudo-cientific
Stories, etc.
Sin embargo, la etiqueta Ciencia – Ficción acabó dominando
el terreno. Sus iniciales, SF, son bien conocidas en ingles y son
muy bien aceptadas pues sirven no solo de iniciales para la etiqueta original,
sino para otras sugeridas, como Speculative Fiction (sugerida por
Robert
A. Heinlein), Science Fantasy, Speculative Fantasy,
Scientific Fantasy, Science Fable (sugerida por la escritora
Judith Merrill) y Structural Fabulation (sugerida
por Robert Scholes, investigador y estudioso del género).
Sin embargo no son SF las únicas siglas usadas para el
género.
Sci-Fi son otra de ellas, sin embargo son más usadas
para definir al generó dentro de otros medios como la televisión
y el cine. Esto ha hecho que algunas veces, los fans defínan como
Sci-Fi aquella ciencia ficción facilóna y barata.
Hugo Gernsback tenía en un elevado concepto sobre
la ciencia ficción, un concepto que aún hoy en día
continua siendo válido y que se traduce más o menos así:
“No solo es la ciencia ficción una idea de tremenda importancia, podría ser también un importante factor en hacer del mundo un mejor lugar para vivir, atraves de educar al público sobre las posibilidades de la ciencia y de la influencia de ella en la vida…Si cada hombre, mujer, niño y niña pudieran ser inducidos a leer ciencia ficción, daría como resultado un gran beneficio para la comunidad… La ciencia ficción puede hacer a la gente más feliz, dándole un mayor entendimiento del mundo, haciéndola más tolerante”. |
Se
le llama Ciencia Ficción dura a
las historias del género cuyo hilo argumental o elemento especulativo
principal se desprende de postulados científicos hasta cierto punto
rigurosos. Por lo general, esta ciencia ficción tiene raíces
en las llamadas “ciencias exactas”, como la física, la química
o las matemáticas. Por otra parte, se define como ciencia ficción
blanda a aquellas novelas cuyo hilo argumental o soporte especulativo no
esta basado en postulados científicos rigurosos.
Veamos algunos ejemplos para despejar dudas.
La novela TAU CERO, de Poul Anderson basa su hilo
argumental en el problema de una nave estratorecolectora de motor Bussard
que poco a poco va acelerando y que amenaza con llegar a la barrera
de la velocidad de la luz. Toda la cantidad de fenómenos causada
por esta aceleración afectan a la tripulación a todos los
niveles, desde el físico hasta el social. Una novela como
esta se circunscribe claramente dentro de la ciencia ficción dura.
En contraparte tenemos como ejemplo la serie de LAS CRONICAS MARCIANAS de Ray Bradbury, donde se nos describe un Marte claramente improbable, más un reflejo de las tierras del sudeste de los Estados Unidos que un Marte verdadero. A esto se le define como ciencia ficción blanda.
Pero mucho ojo…el que la ciencia ficción sea dura o blanda no
afecta en nada su valor como ciencia ficción. Una novela de ciencia
ficción “Dura” no es mejor que una novela de ciencia ficción
“blanda”, ni al revés. Tal vez es un poco más meritoria la
ciencia ficción dura en el rubro de lo que cuesta investigar
todos los datos necesarios para hacer creíble una novela con estos
elementos, pero eso no será nunca pretexto suficiente para afirmar,
por ejemplo, que Tau Cero merece ser más ciencia ficción
que las Crónicas Marcianas.
Además la ciencia es muy caprichosa y algo de su mérito
se da en que diariamente tiene cosas nuevas que mostrarnos y errores de
si misma que hay que enmendar.
Veamos un ejemplo. La serie de LUCKY STAR, EL RANGER DEL ESPACIO
de Issac Asimov, se escribió como una serie de ciencia
ficción dura para jóvenes. El protagonista principal y su
compañero pasaban emocionantes aventuras en todos los planetas del
sistema solar. Los datos para los escenarios habían sido obtenidos
de fuentes rigurosamente científicas. De esa forma teníamos
un planeta Venus cubierto de mares y un Mercurio que no rotaba con una
parte de si misma convertida en un infierno y otra sumida en la noche eterna.
Actualmente TODA la serie se encuentra plagada de datos científicos
erróneos y falsos. ¿Eso la hace menos meritoria como ciencia
ficción? En lo absoluto. ¿Eso la convierte en ciencia ficción
blanda? Tampoco, pues fue escrita en base a los datos con los que se contaba
en ese momento. Podríamos decir que la serie de Lucky Star es una
serie de ciencia ficción dura, pero errónea.
Hay otro importante punto que tocar en torno a esto y ese es el de
calificar una obra por el escritor. Hay algunos autores ya identificados
como amantes de la ciencia ficción dura y se cree que toda obra
que hagan se convierte inmediatamente en eso. Nada más falso.
Las dos historias a las que por más tiempo se les ha achacado
esta clasificación son a FUNDACIONES de Asimov y
a 2001 ODISEA DEL ESPACIO de Arthur C. Clarke.
Ninguna de las dos es ciencia ficción dura pues sus postulados no
están basados en ciencia rigurosa. Incluso para muchos resultará
una sorpresa enterarse de que en especial el primer autor mencionado pocas
veces manejo ciencia ficción realmente dura.
En
español, fantasía científica era otra forma de llamar
a la ciencia ficción, pero en la lengua anglosajona determina otra
definición diferente. Son relatos o historias donde hay un elemento
científico o de ciencia ficción, pero donde predomina la
fantasía como base central. Las novelas de Michel Moorcock
como EL BASTÓN RUNICO son un ejemplo de esta fantasía
científica. La historia se desarrolla en un mundo del futuro, donde
una Gran Bretaña gótica y maligna extiende su imperio por
toda Europa. El plato fuerte de elementos es el género que llamamos
“Espada
y Brujería”, pero hay algunos agregados que son elementos directos
de la ciencia ficción.
Jack Vance en sus series de relatos sobre LA TIERRA
MORIBUNDA también maneja lo que podríamos llamar fantasía
científica. El escenario también es una tierra del futuro,
un planeta Tierra agonizante con un sol agonizante, donde la ciencia se
ha llegado a convertir en mera magia, incluso para el lector. Uno nunca
estará seguro de si los magos contactan con verdaderos demonios
o con inteligencias artificiales olvidadas.
Espada
y Brujería es el nombre que recibe un subgénero
fantástico emparentado con la ciencia ficción, pero hermano
directo de las sagas y leyendas. La mayor parte de sus historias se basan
en mundos prehistóricos – que el nombre de prehistóricos
no los confunda, tiene que ver con “antes de nuestra historia” y no con
ninguna alusión a los dinosaurios – seudomedievalizados o barbáricos…
o en mundos indefinidos pero con las dos características anteriores.
Claro que esto no es una condicionante, pero es la generalidad. Como
ejemplo tenemos la serie de relatos de CONAN EL BARBARO, un héroe
creación del escritor Robert E Howard. Conan vive
en la llamada “era hiboriana”, una extraña mezcla de todas las culturas
antiguas que han existido en nuestro planeta (incluso tan disipares en
la historia como la edad media, el imperio maya o las culturas mesopotamicas)
y que se supone pertenece a nuestro pasado. Conan es también una
mezcla de guerrero, ladrón, gladiador y toda una suerte de aptitudes
violentas que lo hacen un enemigo mortífero para magos, hechiceros
y monstruos de magia negra.
Otro ejemplo perfecto de lo que es este generó lo encontramos
en las aventuras de dos pícaros inventados por Fritz Leiber:
Fhafd y el Ratonero Gris. Ambos son espadachines cuyas aventuras transcurren
en el mundo de Newon, plagado de dioses, semidioses y magia multicolor
en la serie de libros cuyos titulos siempre comienzan con "Espadas...".
Ya mencionado antes, tenemos a Michel Moorcock, cuya creación,
“el campeón eterno” resulta ser un guerrero multidimensional
capaz de aparecer de formas variadas en mundos y épocas diferentes,
en lo que el ha llamado el multiverso.
Por su parte, la Fantasía heroica prefiere moverse en entornos seudomedievalizados y épicos. Se diferencia de la Espada y Brujería en que este primero suele enfocarse más a la acción y a la aventura, mientras que este segundo se desenvuelve en líneas arguméntales algo más complejas que enfrentamientos entre acero y magia. La serie de novelas de INDIGO de Louis Copper sobre una chica inmortal que deja escapar una serie de demonios de los cuales debe ser su némesis y la excelente serie del mundo de Terramar de Ursula K. LeGuin, donde se sigue las huellas de Ged , futuro archimago, son dos perfectos ejemplos de esta fantasía Heroica.
El
ciberpunk
es una corriente estilística – ya una temática- de
la ciencia ficción, basada en la interelación del hombre
con un mundo dominado por la tecnología cibernética y los
medios de comunicación masivos. El termino ciberpunk fue inventado
por Garder Dozois (editor de Isaac Asimov Science Fiction
Magazine) para definir este movimiento que se dió en los
ochentas con la aparición de la novela NEUROMANTE
escrita
por William Gibson (Creador del término
“ciberespacio”)
y cuyo promotor principal fue Bruce Sterling. El movimiento,
enfocado por su tendencia punk, suele tomar como escenarios centros urbanos
decadentes y ultraviolentos en una especie de novela negra ultratecnologizada.
Como nota, es importante señalar que la estilística del
subgénero comenzó a gestarse mucho tiempo antes de la novela
de Gibson. Como ejemplo podemos señalar los trabajos de Alfred
Bester, en especial EL HOMBRE DEMOLIDO una novela negra
de policías y criminales telepáticos y las obras de
Samuel
Delany (Las Torres de Toron),
Normand
Spinrad (Icordie a Jack Barron) y Johon
Brunner (Todos sobre Zanzibar y
El
Jinete de la Onda de Choque).
La palabra ciber se ha convertido a estas alturas en una suerte de
prefijo definitorio, como lo es el “Bati” para Batman. Si decimos Bati-cueva,
se refiere a un lugar cavernoso perteneciente a la parafernalia de Batman.
Si decimos “ciber-cueva” lo mas seguro es que se refiera a otro lugar cavernoso
plagado de computadoras y hackers.
Ciberpink
Terminó inventado en México por
el Círculo Puebla que define a las obras ciberpunk basadas
en la vieja y gastada formula de la ultraviolecia, el paisaje urbano, los
implantes cibernéticos y el poder de las megacorporativos, aunados
al solitario y decadente detective que resolverá una trama plagada
de falta de imaginación y lenguaje ciber-poetico.
Las
ucronias
son historias de ciencia ficción basadas en mundos posibles
o líneas probabilísticas existentes y dependientes de nuestra
línea histórica reconocida.
Pondré un ejemplo para ser mas explícito. La novela de
Philip
K. Dick, EL HOMBRE EL EN CASTILLO basa su trama en un escenario
post-segunda guerra mundial donde los nazis resultan victoriosos y los
Estados Unidos han sido divididos en tres partes: una para los alemanes,
otra para los japoneses y otra para los italianos.
Este es un mundo ucrónico.
Cierto factor en la historia como la conocemos no se dió, por
lo cual el resultado ha sido una línea alternativa diferente a la
de nuestro mundo. Esto ha sido muy bien reflejado en películas como
VOLVER
AL FUTURO, o en la serie televisiva SLIDERS (Deslizadores)
donde un grupo de viajeros salta a planetas Tierra diferentes, en la misma
época, pero con diferentes resultados históricos.
Es importante no confundir un Mundo Alternativo con un Mundo Paralelo.
Los mundos paralelos son mundos o universoso que coexisten con el nuestro, en nuestro mismo espació y tiempo, pero en otra “dimensión” u plano. Su desarrollo es independiente de nuestro desarrollo biológico e histórico. Podriamos mostrar como ejemplo de mundo paralelo al “Mundo de las Hadas” y a la “Zona Fantasma” de los comics de Superman.
Término usado para definir las historias del escritor Raphael Aloysius Lafferty (Los Saltamundos) ya que no caen en ninguno de los moldes establecidos para la literatura fantástica convencional. No son ciencia ficción , pero tampoco son mera fantasía ni fantasía científica. Son Lafferteadas.
La
Space
Opera es un subgénero de la ciencia ficción cuyas
historias tienen como escenario el espacio profundo. El nombre de Space
Opera lo obtienen de los melodramas trasmitidos por radio, (ahora por televisión)
llamados Soap Operas como resultado de ser patrocinados generalmente
por marcas de jabones. La Space Opera, muy socorrida en los 30´s,
40´s y 50´s, son una especie de relatos espaciales, muy inocentes
al principio, claramente derivadas de las novelas de acción y aventuras.
El termino fue acuñado por Wilson Tucker (El
Año del Sol Tranquilo) en 1941. La serie de los Hombres
lente de
E.E. “Doc” Smith es un ejemplo de las historia
de Space Opera, donde el héroe debe enfrentarse a las amenazas más
peligrosas del espacio interestelar.
La más famosa de las Space Operas tal vez sea LA GUERRA DE
LAS GALAXIAS de George Lucas.
Es importante notar como la formula de la aventura es solo sustituida
por elementos característicos del género donde se escribe
el relato. El Barco, el caballo o el carro son sustituidos aquí
por las naves espaciales. El revolver o la espada por el arma de rayos.
Sin embargo, la Space Opera no debe ser tomada como mera aventura.
La Space Opera define una especie de ambiente donde se pueden manejar historias
de ciencia ficción “dura”, como en MUNDO ANILLO de Larry
Niven, o ciencia ficción a secas como la serie de FUNDACION
de Issac Asimov.
Imperios Galácticos
Una especie de subdivisión de la Space
Opera, basada en la premisa de extensos imperios que abarcan sistemas enteros
o incluso galaxias. Es una clara transposición de las novelas de
aventuras ambientadas en reinados al estilo de “Los tres Mosqueteros”
de Alejandro Dumas o “El Prisionero de Zenda” de Anthony
Hope. El tema parece ser extrañamente más utilizado
por los escritores anglosajones que por los ingleses, los cuales viven
una verdadera monarquía (dentro de lo que cabe, pues). Como ejemplo
de historias de Imperios Galácticos tenemos LOS REYES ESTELARES
de Edmond Hamilton y GUJARRO EN EL CIELO de Issac
Asimov. Muy recomendada también la excelente antología
temática de Brian Aldiss, IMPERIOS GALACTICOS.
El
término no lo encontrarán en muchos lados. Digamos que corresponde
a una disertación de autor de este artículo sobre una pregunta
recurrente en el género: ¿Se puede considerar a historias
como ARMAGEDON 2419 D.C. de Philip Nowlan (mejor conocida
como BUCK ROGERS EN EL SIGLO XXV) o PRINCESA DE MARTE
de Edgar Rice Burroughs como Space Operas?
Mi opinion es que no.
La space opera cuenta con un elemento muy importante que la define
y que ya explicamos: gran parte de su acción transcurre en el espacio
o este resulta ser un elemento primordial para la historia.
Con la aventura de ciencia ficción no se presisa este elemento.
En PRINCESA DE MARTE, el capitán John Carter vive aventuras
increibles en los paisajes ocres del planeta Marte (o Barssom, para los
marcianos) enfrentándose a criaturas árbol, extraños
monos blancos y a las razas de Barsomianos, seres gigantes y verdes con
dos pares de brazos y un rostro que no deja lugar a dudas de su origen
no humano. En toda la historia el elemento espacio brilla por su ausencia.
Incluso John Carter llega al planeta rojo no en una nave espacial, sino
por medio de una extraña transmigración: su cuerpo
“astral” se desprende de su cuerpo físico en la Tierra para despues
volver a tomar corporeidad en Marte.
A este tipo de aventuras de ciencia ficción
se desarrolla principalmente en planetas exóticos o paisajes de
maravillosos futuros lejanos, lo que a veces parece emparentarlos más
con la fantasía que con la ciencia ficción.
Como un ejemplo perfecto de aventuras de ciencia ficción , podemos
mencionar muchas de las novelas de Jack Vance, entre las
cuales es impresindible señalar la serie de EL PLANETA DE LA
AVENTURA. Planeta de la aventura es un verdadero malstrom de
lo que su titulo promete. Dividido en 4 tomos (Los Chasch,
Los Whank, Los Dirdir y Los Pnume) acompañamos a Adam
Reith, explorador y naufrago espacial, a una carrera contra el tiempo en
el planeta Tschai para recuperar su vehiculo interestelar. Por supuesto
que la misión será poco menós que mortal y Adam
Reith deberá sobrevivir a las bestiales guerreros Chasch, seres
peciformes dividios en tres razas principales que no se tientan el corazón
para matar; a las intrigas de los insidiosos Wanhk, seres parecidos a los
batracios; a los Dirdir, cazadores y asesinos implacables y finalmente
a los Dirdir, seres misteriosos de gran intelecto y conocimientos que ocultan
más de lo que parecen.
Durante toda la aventura conoceremos la geografía, costumbres
y seres que pueblan el mundo de Tshai. Lo mismo ocurre en otras de sus
obras como PLANETA GIGANTE, la serie del CUMULO ESTELAR ALASTOR
y la serie de EL ANOMO.
De hecho esta ciencia ficción se diferenció por ser una ciencia ficción experimental, tanto en lo temático como en lo literario. Se rompía con los convencionalismos del género y se expandía aún más sus horizontes con historias que ya no se limitaban solo al espacio o al extraterrestre, sino que se sumían en el análisis y la interiorización de la naturaleza humana bajo especulaciones sociales, psicológicas, filosóficas e incluso místicas. El escritor Michel Moorcock en ese entonces editor de la revista NUEVOS MUNDOS dio espacio al movimiento en su publicación.
El movimiento llegó a los estados unidos influenciando a una nueva generación de escritores como Tomas M. Dish (Campo de Concentración) o Harlan Ellison. En realidad la Nueva Ola, como tal, no fue tan rompedora en los Estados Unidos, pero permitió que obras de autores como Philip K Dick o Michel Bishop tomaran su lugar y su publico dentro de los lectores de la ciencia ficción que encontraron un nuevo y renovador aire dentro de esta corriente.
El de Kurt Vonnegut es un caso interesante. Con dos oportunidades
de alcanzar el Novel de literatura, el pobre de Kurt no lo ha logrado.
Le achaca la culpa a sus novelas de ciencia ficción. Durante algún
tiempo Kurt Vonnegut lucho contra viento y marea para abandonar su imagen
de escritor de ciencia ficción, cosa que ofendió a bastantes.
De cualquier forma Kurt Vonnegut tenia razón. El no pertenece al
mundo de la ciencia ficción, solo lo bordea por fuera. En su obra
GUMPETEROS,
FOMAS Y GRANFULONES, da su opinión sobre el mundo de la ciencia
ficción y tiene razón en lo que dice. Cuenta además
que en una convención del género los escritores se la pasaron
hablando de relatos viejos de ciencia ficción que él en su
vida había leido. Toda la noche la pasaron hablando de ciencia ficción.
Para Vonnegut la ciencia ficción es solo un pretexto para contar
una historia. No escribe ciencia ficción por amor al género.
Hay otros escritores dentro del generó que casi a patadas quieren dejar de pertenecer a este pero cuyas historias delatan la familia a la que pertenecen. George Alec Effinger (Cuando Falla la Gravedad) era uno de esos. En la versión en español de su novela HERMANOS, Robert Silverberg da una presentación sobre Effinger que más parece un reproche. Tal parece que Effinger nunca quiso ser conocido como escritor de ciencia ficción…pero acudía a las convenciones y publicaba en publicaciones del género. Lastima.
Otros autores lucharon por dar a conocer su obra de Mainstream y no lo lograron. Uno de ellos fue Philip K. Dick al que nunca le publicaron otra cosa que no fuera ciencia ficción. Hasta hoy aparecen sus obras “serias” - Ir tirando, Humpity Dumpity en Oackland, Mary y el Gigante, y Confesiones de un artista de mierda, por citar solo algunas - las cuales merecían haber corrido con más suerte.
Otros autores nunca lucharon por llegar al mainstream y ahí están. Una de ellas es Ursula K. LeGuin que merecidamente ha logrado trascender de los meros géneros para ser reconocida a todos los niveles. Lo mismo ocurrió con Ray Bradbury.
Un ejemplo de esto lo tenemos en la novela EL MUNDO SUMERGIDO
de J.G. Ballard. El mundo vive una crisis ambiental tremenda.
El sobrecalentamiento de la atmósfera terrestre ha derretido buena
parte de los polos y las aguas se han tragado a buena parte de las ciudades
convirtiendo a gran parte del mundo en un cenegál tropical. Sin
embargo, esta trama no es la más importante dentro de la historia,
sino el cambio en la personalidad y en la concepción del mundo de
los sobrevivientes. La novela parece adolecer de una especie de soledad
y hastió tremendo, lo cual no es más que el reflejo del mundo
en que viven sus protagonistas. En otro ejemplo, el planeta Marte
descrito por Philip K. Dick en su novela TIEMPO DE MARTE
resulta ser un espejo simbólico de la vida de sus colonos humanos.
Una vida vacía, erosionada, dedicada solo a sobrevivir en un ambiente
hostil y desértico. Marte es la perfecta representación de
si mismos e incluso del autor.
El término de Espacio interior (Inner
space) parece haber sido usado por primera vez por el escritor
Robert
Bloch (Psicosis) y acuñado ya
con sus características por el mismo J. G. Ballard
en
1962 en uno de sus ensayos.
Por desgracia, muchos de estos autores vivían en una real distopía. Las distopías son anti- utopías basadas por lo general en sociedades con aparatos gubernamentales opresivos, como ocurre en la novela 1984 de George Orwell, o en un análisis más profundo de las aparentes útopias, que bajo otra óptica resultan no serlo tanto. MUNDO FELIZ de Aldous Huxley y el film de ciencia ficción GATTACA son un ejemplo de este segundo rubro de distopía.
Mundos Compartidos.
Los mundos compartidos
son un invento de la mercadotecnia editorial que deja un buen dinero a
los que participan en estos proyectos. Bueno, en realidad no fue así
al principio. El mundo compartido se basa en el establecimiento de ciertas
reglas, geografías y elementos básicos que un autor
determinado crea para un mundo o idea que otros escritores retomarán.
H.P. Lovecraft y su circulo de escritores amigos hicieron
una especie de mundo compartido en el que todos los implicados agregaban
no solo ideas y personajes nuevos, sino concepciones diferentes de mitos
y leyendas. A este tipo de mundo compartido (llamado por lo general MITOS
DE CHTULHU) se puede acceder sin necesidad de permiso, pues cada quien
puede escribir lo que guste e incluir lo que quiera que este relacionado
a ellos (el que se ajusten bien o no ya es otro asunto). Esta misma idea
la aprovechan otros oportunistas como Byron Preiss para crear
dinero. Como ejemplo tenemos el bodrio de siete títulos llamado
LA
MAZMORRA, serie de historias inconexas e ilógicas que se suponen
continuaciones, inspiradas y basadas según dicta la contraportada
en ideas de Philip José Farmer, autor de ciencia
ficción cuya única participación consiste en
prestar su nombre para la portada de la serie y en hacer insulsas introducciones
para cada una de las novelas, escritas estas por diferentes autores.