Algunos piensan que nunca hubo epoca mejor que la epoca de la niñez, donde todas las cosas eran "simples", donde no habia ninguna clase de preocupaciones. ¿Ninguna? Yo les podria dar toda una horrenda lista de ellas. Ser niño implica muchas presiones como para salir totalmente cuerdo de esa etapa de nuestra vida. Y ahora, ni siquera el mundo de los adultos puede liberarnos totalmente de ese tiempo de horror... |
Qué haré contigo. No, no sé que hacer. Pues si, ya te digo.
Ser adulto no es fácil, pero ¿quien dijo que ser niño
si lo era?
Uno, bueno no uno, todos los niños crecemos con traumas e ideas
de nuestros padres para que nos portemos bien, ya sea por el Coco, el irnos
sin cenar o con unas buenas nalgadas.
Ah, pero lo que nunca se me va a olvidar es cuando mi mamá me
decía "Pórtate bien o te llevará el viejo del costal"
y ahí estaba el pobre de mi sentado sin salir a jugar. O que come
todo, y yo comiendo todo. O que no brinques, o que no corras, o que , o
que... y yo sin moverme; creo que por eso el único juego que me
gustaba es el de las estatuas de marfil.
Pero mi sacrosanta madre no era la única que sabía de
ese señor del costal, también Sor Ramona nos amenazaba con
el famoso Viejo del Costal. Pero ella era más práctica, primero
nos golpeaba con el borrador en el dorso de las manos y después
la amenaza -Te va a llevar el Viejo del Costal- No, ella nunca se andaba
con rodeos.
En cierta ocasión dejó el salón por cierto
espacio de tiempo, suficiente para iniciar una batahola de desorden,
desde luego yo era el único que no hacia nada mas que estar en mi
pupitre, en silencio y sin moverme. Los gritos, saltos y corretizas eran
escandalosos siendo lidereados por Juancho. Sor saltos y corretizas
eran escandalosos siendo lidereados por Juancho. Sor Ramona lo sacó
del salón, y después nos dijo que como era un niño
muy malo lo llevó a la dirección y ahí fue a recogerlo
el Viejo del Costal. Desde entonces todos fuimos muy serios en clases y
yo más; a Juancho ya nunca lo volvimos a ver.
Así pasé mi infancia y mi adolescencia incluso pero,
suerte la mía, apenas hace un mes llegando a la oficina me enteré
que: El Viejo del Costal no existía.
Pedro, quien se dice mi mejor amigo lo contó en el banco, donde
todos hicieron burla de mí.
Cuando Toña, mi novia, se enteró, ya pensando en hacerla
mi esposa, sus burlas casi me hacen golpearla, pero no pude porque
podría llegar el Viejo del Costal.
Fui a un bar y sólo el hombre tras la barra me hizo caso, aunque
con cara de lástima me decía "síguele, síguele".
Finalmente voy con mamá y me dice "el Viejo del costal está
adentro de cada uno de nosotros y es para que nos portemos bien".
No, no lo podía creer, ¿cómo que dentro? pregunté.
¿Y todos esos señores que viven en la calle, mugrosos y pidiendo
limosna?
- Pues ellos - respondió - son eso, personas que no tienen casa
y necesitan ayuda.
Salí de casa sintiéndome desconcertado. Negándose
mi mente a aceptar que no existiese.
Y meditando llegué a la conclusión de que no dejaría
que mamá mintiera, no señor.
Y así es como conseguí un costal. Y fue ti al
primer niño que ví, por la ventana de tú casa, gritándole
a tu mama y sin comer tu sopa, niño berrinchudo, y por eso te llevo,
por que yo soy el Viejo del Costal, bueno ni tan viejo, soy nuevo en esto.
Así que ponte en paz.
Bueno, lo que nunca dijo mi mamá es que les hacia luego el
Viejo del costal a los niños malos.
Así que no sé que haré contigo, no sé
que haré...
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