La diferencia entre la vida y la muerte por lo general se esconde en los pequeños detalles, aquellos puntos imperceptibles que nadie toma en consideración, los nidos perfectos para la trampa. Solo aquellos que son profesionales de verdad conocen el valor de esta maxima, tanto si son oficinistas como asesinos ultratecnificados.

El Profesional
Por: Israel Laureano Lazcano

I.


El cuello se delineó perfectamente a través de la mira infrarroja. El fiero abrazo del sol del exterior me obliga a usar lentes antiUV; aunque no me dejan usar la mira telescópica normal, tengo disponibles más trucos; como que me dan más estilo.

Si uno va a retirar a un alto ejecutivo, es porque uno ya lo debe tener bien planeado; aunque sea una gran compañía trasnacional la que te esté empleando para esta clase de trabajitos, es mejor cuidar bien hasta los más ínfimos detalles: las leyes actuales no permiten que un ejecutivo de altos vuelos sufra un atentado ya planeado: no debe existir prueba alguna de premeditación; si se planea asesinarlo debe ser rápidamente y sin errores. Altamente eficiente y sin espectacularidad. Un trabajo para profesionales, como yo.

Es irónico pensar que para hacer este trabajo uno necesite estar en la superficie, en estos parajes tan citadinos, llenos de edificios y basura, tan inhóspitos y peligrosos como áridos y tristes; y aun así tener que usar la tecnología más reciente en cuanto a armas y aparatos para matar gente; alta tecnología en medio de este paraje tan primitivo y abandonado, más que
ironía, parece sarcasmo.

Cuido mucho mi rifle de repulsión magnética para que la erosión del exterior no lo descomponga: usa balas cerámicas aerodinámicas: pequeñas, fáciles de manejar, ligeras y mortales. No produce los tronidos coheteros de las armas de fuego del siglo pasado, ni humo ni cosas así. Tan sólo un breve reculeo cuando sale la bala. Yo no sé física del movimiento ni
nada de eso, no podría explicar el porqué de éste efecto. Yo solamente sé que ocurre.

Algunos de mis jefes me han platicado que en las antiguas armas de pólvora (sucias y ruidosas) el golpe que producía el reculeo llegaba a ser tan fuerte que le podía fracturar un hueso a uno; ¡ah!, y se calentaban hasta quemar la piel, y lo peor: uno debía saber cómo componerlas porque siempre fallaban cuando más se les necesitaba.

Mi computadora tiene almacenados todos los diagramas, procedimientos y técnicas para aprovechar mejor el rifle y todas mis otras armas. Todas las partes de mi rifle tienen repuesto: mucho del material del que está hecho se usa para fabricar computadoras, trenes magnéticos, robots y hasta para transportes y bases espaciales, por eso el mantenimiento de mi rifle es sencillo. Hasta las miras (ópticas, infrarrojas, ultravioleta y de mejoramiento lumínico) pueden comprarse por la red.

Así que mi dedo acaricia el gatillo y presiono levemente. El tiro impacta exactamente en la base del cráneo; el disparo ni siquiera produce una herida visible; solamente cuando el ejecutivo cae ya sin vida, sus guardaespaldas se dan cuenta del asesinato.

Para cuando esto pasa, es porque ya tengo guardadas todas las cosas en mi morral; como dije, soy profesional y sé lo que debe hacerse. Cuando la policía llega al lugar del asesinato, los guardaespaldas ya saben que asesinaron a su jefe y - casi seguro - han localizado el sitio exacto de donde se produjo el disparo. A pesar del estado de los edificios y todos los desechos amontonados, generalmente éste se produce de la azotea de uno de ellos - yo conozco muy bien las técnicas para rastrear disparos porque también me ha tocado hacerla de guardaespaldas un par de veces.

Si para ese momento no me he movido de mi lugar es seguro que me convierto en cadáver. Los guardaespaldas rodearán bien el lugar del disparo y me cercarán. Según las leyes, es legal matar al asesino de un ejecutivo si los guardaespaldas o la policía lo atrapan a uno. La policía generalmente no lo mata a uno, por lo de los derechos humanos y todo eso, pero los
guardaespaldas harán hasta lo imposible para asesinarte porque la gerencia de todas las grandes compañías da una jugosa recompensa si los guardaespaldas contratados entregan el cuerpo del asesino de uno de sus ejecutivos; pero si uno consigue escaparse sin hacerle daño a terceras personas, el asesinato se vuelve legal, y al ejecutivo no se le llama "asesinado", sino "retirado por competencia empresarial".Una vez me tocó matar al asesino de un ejecutivo gordo y barbón al que protegía en ese entonces, Jorge creo se llamaba. En realidad no maté realmente al asesino, solamente le disparé el tiro de gracia -cuando uno anda de guardaespaldas lo normal es que se usen pistolas de impulso eléctrico, más ruidosas y sin las líneas tan estéticas de mi rifle de limpieza. Lo entregamos y nos dieron una recompensa, dos millones de pesos más o menos. Casi todo lo gasté en aditamentos para mi rifle.

Como ya habrán supuesto, yo sigo vivo porque como asesino o "personal de limpieza" siempre me he podido escapar del lugar del homicidio (podrán llamarlo "limpieza de competencia empresarial" pero sigue siendo un homicidio). El secreto radica en la perfecta sincronización entre el piloto del helicóptero de escape y el que realiza el asesinato: el asesino ya debe estar huyendo y debe haberse asegurado que nadie lo esté siguiendo; de otra forma puede desatarse un tiroteo. En realidad todo depende más de la forma en cómo actúe el asesino debido a que, según las leyes, si el piloto no ayuda al asesino a escapar queda fuera de todo el asunto del asesinato, aunque la compañía lo haya incluido en sus planes para atentar contra la vida de un ejecutivo de terceras compañías; así que si él quisiera podría, dejarme abandonado y librarse de toda culpa.

La que no perdona es la compañía, el piloto simplemente desaparecería del mapa; a nadie le interesa un insignificante piloto de helicópteros. Por cierto, las leyes son muy contradictorias al respecto (bueno, supongo que siempre lo han sido): dejan sin culpa a la compañía y a todos sus ejecutivos se haya llevado a cabo el asesinato o no, aunque ellos sean los directamente responsables de la planeación; incluso la planeación de un "retiro" es ilegal –teóricamente-, de cualquier manera se hace la planificación, se contratan asesinos y se llevan a cabo homicidios. Supongo que para que no sientan remordimientos, casi toda la planeación y ejecución de la "limpieza" se la encargan al departamento de -claro- limpieza empresarial.

Así que para cuando los guardaespaldas ya están cercando el lugar del disparo y cuando la policía se está empezando a organizar, yo estoy saltando a la azotea de otro edificio para llegar al punto donde me va a recoger el helicóptero. Esta ocasión los guardaespaldas han sido eficientes y organizados, pero no lo suficientemente rápidos: aún corriendo por esta
azotea tan grande no veo que asomen la cabeza en la azotea del otro edificio. A veces llegan a localizarlo a uno, y entonces se suelta la balacera (generalmente con rifles de impulso eléctrico de repetición electrónica) y puede salir muerto el que sea; las leyes no dicen nada en estos casos. Cuando esto pasa, lo normal es que lo abandone a uno el helicóptero de escape: en esos casos hay que matar a los guardaespaldas y rezar por que lo atrape a uno la policía. Con suerte te atraparán y te mandarán a la cárcel durante algunos años; si uno es bueno en su trabajo, la compañía no te abandonará y te dará un abogado que te dejará libre en dos o tres años, es buena imagen pública el hecho que una compañía muestre preocupación por sus empleados en desgracia, además, las compañías aprecian a quienes ya tienen algo de experiencia.

Pero si la compañía se olvida de ti, bueno, por decirlo de alguna manera, hay que prepararse para una vida de miseria.
 

II.



Quién pudiera haber pensado que las reformas comerciales a principios del siglo 21 desembocarían en una competencia empresarial tan furiosamente salvaje y abierta que a principios de la década de los 20's fue necesario legalizar el asesinato de ejecutivos como una forma de mantener la ventaja entre empresas.

Mi abuelo empezó todo esto; a finales del siglo pasado empezó a darse a conocer como gatillero. En esos tiempos el cliente principal eran los narcotraficantes, porque en ese entonces el narcotráfico era muy violento; no como ahora que venden cualquier droga en cualquier farmacia. Esta profesión siempre ha sido peligrosa; pero más en aquellos tiempos, no sabías en quién confiar. Lo importante es que mi abuelo sobrevivió el tiempo suficiente para adquirir mucha pericia y conocimiento en el manejo de las armas; se contactó con algunos capos del narcotráfico (entonces se les llamaba así, y aún lo siguen siendo aunque ahora se les llame "ejecutivos"). Creo que entonces se le conocía como "cartel huasteco"; ahora se llaman "Empresas de Entretenimiento Farmacológico de la Huasteca S.A. de C.V.". Lo realmente importante es que mi abuelo, junto con esta "empresa", iniciaron el negocio del asesinato de altos directivos de otras "empresas" competidoras.

Es una lástima que el asesinato de mi abuelo haya ocurrido exactamente 3 días antes de que decretaran como legal la venta de estupefacientes, en febrero de 2001; sin embargo tuvo tiempo aún de enseñarle el negocio a mi papá: el manejo de las armas y a apuntar sin fallar y todo eso, mi papá tenía 11 años cuando quedó huérfano (debido a que mi abuela también
murió en el atentado). Si alguien me preguntara, le diría que pienso que mi padre se hizo asesino (los llamados "personal de servicios de limpieza de competencia empresarial") por puro deseo de venganza. Tenía un carácter tan endurecido, era tan falto de sentimientos, que la verdad no sé cómo mi mamá se fijó en él.

Yo tuve suerte, tenía 19 años cuando mataron a mi padre, en octubre de 2035. Murió durante un tiroteo en unos edificios; "en acción" -por llamarlo según la terminología legal, aunque la muerte es invariablemente muerte como quiera que se le llame-. Mi madre no estaba en el tiroteo, aún vive asustada por la profesión que ha elegido nuestro linaje.

Como es de suponerse, yo también pertenezco al equipo de "limpieza empresarial"; obviamente con Fármacos Huastecos. Ya estaba muy relacionado con gente de esa empresa: era casi imposible negar mi destino. Además, siempre he estado en el ambiente del asesinato por negocio y desde que era pequeño he sido bastante hábil con las manos, es decir, para armar y desarmar cosas y especialmente con las armas eléctricas y electrónicas. Aunque no me quejo, soy bueno en lo que hago y me va bien, sobre todo económicamente: apenas tengo 26 años y tengo más dinero del que puedo gastar.

Aunque no vale mucho la pena seguir viviendo en este mundo.

Con todo el dinero que tengo, podría irme a vivir a las colonias orbitales, incluso a la Luna o hasta a las nuevas colonias marcianas (no muy deseable, créanme). La Tierra se ha convertido en el infierno por el que todos nuestros antepasados lucharon tanto: uno puede estar al aire libre solo por ratos, por lo de la lluvia ácida, la radiación ultravioleta y todo eso. La superficie es peligrosa también por razones sociales; es bastante paradójico: como es dañino exponerse mucho tiempo, nadie se transporta por ahí, y generalmente está muy abandonado, sin tránsito ni patrullas de vigilancia; ustedes me entienden, es la situación perfecta para cualquier tipo de asalto. Especialmente para la limpieza empresarial, perfecto para el asesinato.

Los profesionales como yo tenemos que ser jóvenes y resistentes para poder aguantar toda la mierda en la superficie, además, tenemos que soportar los regaderazos descontaminantes que tenemos que darnos al llegar a la aduana del interior, a los edificios; los regaderazos son para que no andemos soltando partículas radioactivas por todos los lugares en los que
estemos porque, como ya habrán supuesto, hay una omnipresente radioactividad en la superficie. Desechos radioactivos, supongo; algunos dicen que fue debido a la explosión del generador nuclear hindú que ocurrió a principios de siglo, otros dicen que fueron las filtraciones de los depósitos que se usaron durante más de cincuenta años; la verdad nadie lo sabe de cierto. Pero ocurrió y es real y es lo que te puede matar si te expones más de tres días seguidos.

Como la superficie está abandonada y solitaria, los altos ejecutivos circulan a veces por ahí para evitar el tráfico aéreo en las ciudades que están bajo tierra y sus alrededores (tráfico aéreo en el interior de la Tierra, a mi abuelo le hubiera gustado ver esto). Cuando los ejecutivos hacen esto, es cuando se presenta la oportunidad para los que trabajamos de "limpiadores". Cierto que tanto tiradores como pilotos tenemos que aguantar a todas las cosas de la superficie, pero vale la pena; sobre todo para uno que es profesional, la compañía paga mucho para que gente de mi capacidad les sea fiel.
 

III.



A veces recuerdo a mi padre, recuerdo cuando podíamos vivir en la superficie, recuerdo cuando uno podía estar bajo la luz del Sol, sin todas estas protecciones estúpidas, recuerdo cuando platicábamos; me hacía sentir protegido, me hacía sentir con ganas de vivir el futuro. Recuerdo cuando todo eso era real, y uno no tenía que depender tanto de estas pendejadas de realidad virtual.

A lo largo del siglo XXI se desvanecieron muchos sueños e ilusiones de la humanidad de fines del siglo XX. La capa de ozono es técnicamente inexistente; durante la década de los 30's, todos los periódicos y revistas en la red hablaban y explicaban los esfuerzos para tratar de frenar su destrucción; incluso presentaban noticias muy optimistas acerca de los billonarios experimentos para recuperar este vital recurso. De nada sirvieron, todos los intentos fueron en vano: la contaminación y los químicos destructores del ozono se acumularon durante todo el periodo industrial del siglo pasado y su disminución ya no pudo detenerse, seguiría disminuyendo durante al menos otros 30 años; la capa de ozono se escapó como agua en las manos. Dicen que ya está en proceso de recuperación, que a través de ingeniería genética se han producido plantas que respiran dióxido de carbono y exhalan ozono, que son resistentes a la luz ultravioleta. Dicen que han diseñado nuevos químicos restituyentes del ozono, que las nuevas plataformas de lanzamiento superconductoras y la más reciente generación de motores espaciales son seguros; que cuando lancen otro carguero a la alta atmósfera ya no ocurrirá otro accidente como el de Japón, que casi eliminó a su población… Dicen muchas cosas, pero lo cierto es que todo lo
que vivía en la superficie se extinguió; hasta los seres marinos empezaron a desaparecer: parece increíble, puesto que con el calentamiento de la Tierra, el nivel del mar aumentó. Todos los pescados deberían estar contentos; en vez de eso, se están muriendo, la luz ultravioleta mata al indispensable plancton, base de toda la cadena alimenticia terrestre y verdadero pulmón planetario. La falta de plancton en el mar, aunado a la omnipresente contaminación, han sido factor decisivo en la extinción de muchas especies, y en el declive de otras tantas.

Quizás la mayor crueldad en estos tiempos se refiere al agua: los polos se están derritiendo y provocan que la Tierra sufra las peores inundaciones de su historia, pero el agua potable se vende tan cara como un diamante. La humanidad sobrevive en ciudades subterráneas, submarinas o en órbita, la población vive pobre y hacinada, solamente los ricos pueden darse el lujo de vivir en lugares espaciosos, con las comodidades de este siglo, y con agua disponible, hasta para bañarse.

Desde el siglo pasado hubo muchos grupos e individuos que nos advertían acerca de los peligros de la contaminación, la destrucción de la capa de ozono y el desperdicio de agua. Supongo que nos merecemos el lugar que construimos.

Aún así, algo bueno salió de todo esto: como los imperios de comercio y entretenimiento farmacéutico son tan poderosos en estos días, ya nadie puede decir que Latinoamérica es tercermundista. Fármacos Huastecos, Entretenimiento Farmacéutico Anáhuac o la poderosa empresa Mayab son mucho más poderosas que la actual Pepsi o lo que fue la Coca-Cola del siglo XX. No sólo tienen poder económico, sino político y social: el crecimiento de la industria del narco durante fines del siglo XX también impulsó la industria del armamento, la industria de la transformación, la industria química, del transporte, etc.

A veces me da risa pensar que uno de los problemas más graves de Latinoamérica a lo largo del siglo pasado era lo que se conocía como "fuga de cerebros", los mejores estudiosos, científicos e investigadores se iban a los países industrializados, ahí ganaban mejor, eran respetados, trabajaban en lo que les gustaba. Hasta que el negocio de los narcóticos creció
en serio; entonces empezaron a emplear a todos los ingenieros químicos disponibles; el transporte de narcóticos se volvió seguro y eficiente, el armamento que usaban lentamente se volvió más poderoso y avanzado que lo que se podía conseguir en el mercado negro del hemisferio norte. La legalización del tráfico de droga fue el acabose; como todo lo que se hacía era legal y sujeto a la competencia entre empresas rivales, todos los que estaban empleados como químicos o bioquímicos empezaron a investigar y a desarrollar nuevas cosas sin yener que hacer todo a escondidas; toda la industria que dependía de los asuntos del tráfico de drogas empezaron a crecer sin algún límite visible.

De repente, todas las industrias necesitaban personal altamente calificado: ingenieros, médicos, biólogos, especialistas en informática, publicistas, incluso hasta abogados de alta capacidad. Obviamente, no pasó mucho tiempo antes que surgieran todas las nuevas profesiones: customizadores de entretenimiento químico, armadores de información, transportistas virtuales… y nosotros, los de limpieza empresarial (aunque, en realidad, siempre hemos sido asesinos y siempre hemos existido).

No sé, creo que es chistoso pensar que el gobierno tuvo la oportunidad de hacer algo con todo ese potencial científico, pudo haber aprovechado todo ese trabajo, todo ese ánimo, todas esas oportunidades. Ahora ya es tarde; otros aprovecharon la oportunidad.
 

IV.



Ahora ya estoy a bordo del helicóptero, sano y salvo. Los guardaespaldas parecen hormigas confundidas en la azotea ya abandonada: saben que disparar contra el helicóptero es inútil e ilegal; solamente les queda resignarse y esperar que los ejecutivos de la compañía para la que trabajan se contenten con despedirlos solamente.

De reojo me fijo en los otros dos pasajeros del helicóptero, reconozco a Jaime Gómez, el capitán del vuelo; anteriormente ya he trabajado con el, en dos o tres retiros y nunca me ha fallado. A pesar de que maneja el helicóptero como maníaco (a veces me convenzo de que está realmente loco), sé que es uno de los mejores, y que se sabe casi de memoria todas las rutas, túneles, grietas y cavernas que conectan la cuidad con el exterior. Prácticamente puede volar sin ser detectado.

Así que recargo mi cabeza en una de las paredes y, aunque trato de evitarlo, mi mente empieza a volar. Vuela más rápido y mucho más lejos que el helicóptero donde estoy. Me transporto al pasado, recuerdo mi infancia, cuando no sabía en qué trabajaba mi papá y yo soñaba con convertirme en cuidador de animales, veterinario o algo así. Claro que desde entonces ya sabía que muchas especies se habían extinguido, que otras  se estaban extinguiendo, y que aún eran más las que estaban en peligro de extinción.

Pero, a fin de cuentas, todavía era yo niño, quería ser el héroe que salvara la vida en la Tierra, quería ganarme el respeto y la admiración de todos. Niño, después de todo. ¿Cómo demonios iba yo a imaginarme que ya todo el desastre era inevitable? ¿Qué más de un siglo de industrialización había marcado el destino de la Tierra? ¿Qué yo nunca conocería todos esos seres maravillosos que tanto me hacían soñar?

     - Oye Hugo, ¿no sientes remordimientos al matar a esas personas?

La repentina pregunta del piloto interrumpió mis ensoñaciones. Pensé que así era mejor; tenía que guardar todas las armas en el helicóptero, quitarme toda esta ropa para salir a la superficie y ponerme ropas de civil. Soñar solamente me quitaba tiempo.

    - La mera verdad es que ya no siento ni madres, Jimmy. Tantos años en el negocio le ponen a uno una costra encima. Le dije mientras me quitaba los entallados vestidos "para hacer la limpieza" y sacaba de un cajón un traje de civil, después de todo –pensé- yo no era mas que un empleado.

     - Ja, ja, una "costra insensible". Suena chido ¿no pareja? Oyes Hugo, le contaba al Víctor (ya conoces a Víctor ¿verdad?) todas las que hemos pasado juntos. ¿Te acuerdas del balazo que te tronó la rodilla?, ¿y de cómo íbamos todos histéricos en el vuelo?, ja, ahora ya no'más me da risa, pero no creí que pudiéramos salir vivos; los polis nos corretearon durante un buen rato. ¿Y te acuerdas que el César te quería aventar para que él y yo huyéramos con el helicóptero? Estaba pendejo, pero que bueno que la compañía se lo sentó.

Si, claro que recordaba, la bala cerámica expansiva a la cual le debo mi implante de rodilla (creo que es de una aleación rara, titanio-nobio con juntas de cerámica carbónica. Lo importante es que me funciona y no me da lata); lo bueno es que la bala me atravesó la rodilla totalmente, si no, me faltaría la pierna izquierda. Pero soy un profesional, y me repuse totalmente... nuevo y mejorado.

Recordaba a los policías que se quedaron quietos al ver que yo ya estaba corriendo hacia el helicóptero, seguros de que escaparía; se echaron a correr hacia mi cuando oyeron el sonido de mi cuerpo contra el cemento de aquella azotea; desenfundaron sus armas cuando se dieron cuenta que estaba herido. Supongo que ya daban por hecho que me iban a capturar, y que el helicóptero iba a huir: no contaban con que Jimmy se iba a bajar del aparato y me iba a subir e ibamos a huir como si nada.

Fue muy curioso que los guardaespaldas hubieran huido, sobre todo teniendo en cuenta que me habían dado un balazo y estaba yo indefenso; a lo mejor la policía los asusto. Lo más seguro es que fueran principiantes: fuertes y ágiles, pero nerviosos y asustadizos.

También los policías debieron ser principiantes: ningún poli en su sano juicio se pone a perseguir al helicóptero guiado por el personal de limpieza de alguna compañía. En muy raras ocasiones tienen éxito (en toda mi carrera profesional, solamente me he enterado de un helicóptero capturado, con asesino y pilotos; obviamente, la compañía para la que trabajaba ese personal de limpieza se encargó de desaparecer a los polis) y casi siempre la osadía les cuesta la vida, como a los que nos persiguieron.

El copiloto del Jimmy era un tal César cuyo apellido no recuerdo porque el chavo me caía mal. Se puso tan nervioso cuando se dio cuenta que nos perseguía la policía que empezó a gritar que si me tiraban la policía dejaría de perseguir al helicóptero.A mi la pierna me dolía como el demonio, por eso mis aullidos de dolor; me asusté mucho cuando César se me acerco casi saltando sobre mi, creí que realmente me iba a arrojar del vehículo así que empecé a gritar que no lo hiciera, que yo no era una basura como para que me arrojaran así como si nada. César no se había abalanzado sobre mi, solamente era que había perdido el equilibrio debido a la acelaración del aparato y a las maniobras que había empezado Jaime, para
evitar la persecución policiaca.Por sobre el griterío que estabamos haciendo se oyó el bramido de Jaime gritando que nos callaramos; que si ibamos a morirnos, iba a ser dentro de ese helicóptero, pero que no nos iban a agarrar vivos. Aunque César gritaba que si me tiraban la polícia se distraería y ellos dos podrían huir con el helicóptero, yo había dejado mi
histeria atrás y tan sólo profería gritos de dolor.El helicóptero de la policía se acercaba peligrosamente; lo suficiente para que César notara que tenían algunas armas, y que eran capaces de derribarnos. Nosotros no teníamos algún modo de defendernos: el vehículo estaba diseñado para el transporte, para pasar como un artefacto civil a la vista de las aduanas citadinas; lo único especial que tenía eran los gabinetes con fondo falso y forro de distorsión magnético para guardar las armas y pasar la inspección. No teníamos armas para repeler el ataque. Dependíamos totalmente de la pericia de Jaime, el piloto. Nunca me habría imaginado la habilidad de Jaime si no la hubiese visto con mis propios ojos: de repente empezó a hacer piruetas y maniobras que yo no sabía que pudiera hacer un helicóptero. El morral con todas las armas cayó por la puerta que se había abierto violentamente debido a alguna turbulencia en la atmósfera, y yo me hubiera caido también de no haberme agarrado de un tubo que estaba cerca de la cabina de pilotaje. César había consegido deslizarse a uno de los asientos destinados a los pasajeros y estaba poniendose el cinturón de seguridad dados los brincos y movimientos bruscos que hacía el aparato; aún sentado, César estaba aterrorizado ante la idea de que nos fueran a derribar.

     - ¡Mejor olvidalo, hay que entregarnos!
     - ¡Olvido mis huevos! ¡Yo soy más chingón que esos güeyes!

Nos acercábamos a las montañas y sus grietas de acceso a la ciudad. Jaime subía y bajaba abruptamente, tratando de quitarse la persecución policiaca; pero cada vez estaban un poco más cerca, se empezaron a escuchar los disparos tras nosotros: ni siquiera nos rozaron; pero eventualmente darían en el blanco, sólo era cuestión de tiempo, y no mucho tiempo:
solamente necesitaban cuatro o cinco tiros más para afinar su puntería. Jaime se acercó peligrosamente a la montaña y sus traicioneros desfiladeros y cañadas; repentinamente empezamos a desplomarnos sobre un bosque muy tupido, creí que nos habían dado y nos estrellaríamos, pero Jaime recupero altitud volando hacia atrás (tan bruscamente que César se desmayó).El piloto de la policía no mostró tanta pericia; se desplomó tan repentinamente como nosotros, pero no pudo recuperar la altura como lo hizo Jaime. Ellos si se estrellaron en el bosque, causando una explosión como en las películas.

Por cierto, una compañía se "sienta" a alguien cuando lo ponen a trabajar sentado atrás de un escritorio. Yo nunca dije nada de lo que había dicho César, pero estoy seguro que el Jimmy si. Lo único seguro es que César nunca más va a ver acción.
 

V.



Se sentía un poco de frío en el edificio; quizá los ventiladores estaban mal regulados. Es lógico pensar que toda edificación bajo tierra necesita ventilación y extractores de aire, muchos árboles y plantas (todas genéticamente adaptadas a condiciones de sombra, por supuesto); eso hacía que el control del clima fuera muy sencillo, por lo que las variaciones y
situaciones extremas eran cosa del pasado. Lo más seguro es que el frío que sentía se debiera al nerviosismo que sentía al estar dentro de la ciudad. Estaba acostumbrado al exterior, al aire libre: peligroso y mortal, pero con todo el sentido que puede tener la palabra libertad. Pensandolo bien, creo que tiene cierta lógica: las estaciones espaciales son más
claustrofóbicas que las ciudades subterráneas o que las ciudades subacuáticas, así que quizá por eso no me he ido.

El nerviosismo que sentía estaba totalmente justificado ahora que veía a David López dirigirse directamente a mi. David es vicepresidente de operaciones de Fármacos Huastecos, es el dirigente principal de todas las operaciones de espionaje y limpieza empresarial, generalmente es el que recibe todos los reportes de espionaje y da las ordenes de "limpieza" de ejecutivos de otras empresas. Pero llamar su atención también era significativo para los "huastecos" y no siempre era para bien; ya había oido algunas historias de huastecos que desaparecían misteriosamente y la empresa ni siquiera tenía registros del empleado; ni en papel, ni en la memoria del sistema del edificio, ni en alguna computadora. Aunque nunca había conocido a alguien que desapareciera de esa manera. De cualquier manera tenía un temblor como de 9 en escala Mercalli y un ligero sudor frío cubría toda mi piel.

    - Hola Hugo, como estás – dijo sin preguntar.

- Bien, licenciado, gracias – aunque conocía su nombre, siempre lo llamaba así; "licenciado". Cuando alguien te puede mandar matar con sólo señálarte, lo mejor que puedes hacer es tratarlo con respeto.

     -Que bien, confio en que tu último trabajito no haya sido muy complicado.
     -No, en realidad ya no se me presentan muchas dificultades.
     -¡Eso es lo que quería oir! Sé que eres de los mejores, pero quería oirtelo decir. Te espero en mi oficina, quiero explicarte personalmente los detalles de una operación muy importante y delicada.

¡Si que debía ser algo importante! Para que el propio vicepresidente me dirija la palabra y se prestara a explicarme personalmente lo que debía hacer; bueno, de cualquier forma debía tener mucho cuidado, los altos ejecutivos ponen trampas que uno ni se imagina.


Esta oficina si que es grande, y está bien ventilada –pensaba mientras trataba de acomodarme en el mullido sillón de la antesala de la oficina ejecutiva. Yo, que esta acostumbrado a las duras condiciones del exterior y a los sólidos e incómodos asientos de los helicópteros, de pronto estaba en un sillón ejecutivo. Mmmh, gajes del oficio, supongo.

La secretaria (a pesar de que la habían contratado más que nada gracias a sus atributos físicos y a su belleza fuera de lo normal, ella insistía en que no la llamara "secretaria", sino "asistente ejecutiva") me indicó que "el licenciado lo atenderá ahora". Pensé que era obvio que el licenciado me atendería, pues para eso me había hecho ir, no estaba yo ahí nada más
de casualidad; el relajamiento corporal que sentía debido la gran belleza de la secretaria contrarrestó la tensión causada por el miedo que sentía, aunque, al final, me seguía sintiendo tenso como cuerda de violín.

Creo que disfracé bien la tensión en mi voz cuando saludé a David, porque el me contestó muy efusivamente.Si me hubiera hablado más impersonalmente o más formalmente, como lo acostumbraba, me hubiera sentido más relajado. Pero la actitud que había tomado David hizo que todos mis sentidos se pusieran en alerta máxima.

    - Oye Hugo, vayamos directo al grano ¿si? No quisiera desperdiciar tu valioso tiempo.

¿Me estaría tendiendo una trampa? Parece que no: su forma de hablar era demasiado fluida, sin reflexionar en sus palabras. Además, me estaba tratando muy familiarmente, como si deveras nos conocieramos de mucho tiempo atrás. No creía que me estuviera tendiendo una trampa, pero estaba seguro que lo que me iba a decir sería muy interesante y entretenido, así
que me oí decir

     -Claro licenciado.
     -Bien. ¿Has escuchado el nombre María Elena Fernández?, ¿sabes quién es ella?
    - Claro que si.

¡Claro que la conocía; ella era el personaje que yo más idolatraba desde que tenía uso de razón! Hacía más de 20 años que se dedicaba a la investigación genética para la conservación de los animales terrestres. Ahora trabajaba en ese instituto ¿cómo se llama?... Instituto de Investigaciones para la Fauna... Instituto de Investigaciones Genéticas para la Conservación... ¡Ah! Instituto de Investigaciones Genéticas para la Preservación de la Flora y la Fauna. Sus mayores logros se lograron durante la década de los 30s, la clonación de una ballena a partir del ADN de un hueso criogenizado conservado en un museo de Oslo y la digitalización total y exitosa del genoma del Jaguar a partir de una biopsia del último ejemplar vivo (tomada justamente 2 semanas antes de que muriera), abriendo el camino para la digitalización del ADN de cualquier ser vivo. Sus primeros trabajos fueron hechos en la UNAM, después se pasó al instituto ése, pero se salió en el 2038 y le perdí la pista. ¿Ahora tendría la oportunidad de enterarme qué había sido de ella? ¡Espero que si! Tiene sus
ventajas ser uno de limpieza empresarial.

David López continuó su perorata:

    - Excelente. Sabrás que ella abandonó el Instituto de Investigaciones Genéticas para la Preservación de la Flora y la Fauna hace 4 años ya; exactamente en agosto de 2038. Sabemos que fundó una pequeña compañía dedicada a la emm.. ¿cómo podría decirlo?... "construcción" de animales de granja; como tenía acceso a todos los zoológicos y museos, tenía facilidades para conseguir información, muestras y biopsias. Ya te imaginaras que la comercialización de animales de granja es una  soberana pendejada, ya que no existen las granjas, ya ni se puede usar el terreno libre  en la superficie, y el oceano está tan contaminado que tampoco es posible una granja  marina.
     A la doctora Fernández se le ocurrió entonces una idea salvadora: clonar animáles domésticos y exóticos para su venta y renta a espectáculos y profesionales; su negocio se recupero y empezaba a dejar ganancias, pero existe el problema que eso es ilegal. Verás: como no hay espacio, y nuestros recursos son muy limitados, el aire, el agua y todo eso se reserva para uso humano y para las granjas hidropónicas. Tener un animal de compañía es contra la ley.

     - ¿Y venderlos también es ilegal?

     - No, actualmente no hay leyes que prohiban la comercialización de mascotas, simplemente porque ya no había animales. Por eso no habían metido a la carcel a la dra. Fernández, pero su negocio ha tenido muchos problemas durante los últimos dos años. Sucede que los éxitos de la doctora ya se conocen en sudamérica, oriente y europa (de repente esto se convirtió en un negocio de billones de pesos, ¿los Estados Unidos? ¡Si ellos no tienen ni donde caerse muertos!) y, bueno, ella considera conveniente una alianza con nosotros, Fármacos Huastecos, para que le demos el apoyo y el impulso que necesita, y para que le demos asesoría en el asunto de moverse al filo de las leyes sin caerse en un precipicio.

Mmmh, esto era lo mejor que yo había oido en años: la dra. Fernández seguía con sus conquistas por sobre la muerte, ¡y aparte se volvería huasteca!, a lo mejor hasta la conocería algún día. Pero seguía con la duda: ¿para qué me lo contaba? ¿Qué tenía que ver yo con MaElena Fernández?

     -Disculpe licenciado, pero no me queda claro que tengo que ver con todo esto.
     -Si, claro, iba a ese punto. Tenemos información muy confiable en el sentido que ella está a punto de traicionarnos. A pesar de que nos había dicho y confirmado que se iba a aliar con nosotros, actualmente está en tratos con los mayabos (perdón, con las Empresas Farmacéuticas del Mayab). Comprenderás que eso significa una entrada financiera muy importante para las Empresas Mayab. Si tienen dinero, van a poder crecer, y van a poder tener más personal de limpieza, y más armas, y en una de ésas a  lo mejor hasta nos borran del mapa; es obvio que no podemos permitir eso. Ahí es  donde entras tú. Si retiras a la dra. Fernández, podremos retomar sus investigaciones y persuadir a su personal para que colaboren con nosotros. Nos quedaríamos con un  gran negocio y al mismo tiempo evitaríamos una serie de conflictos que pondrían en peligro a la empresa y nuestra propia existencia. Espero que comprendas la importancia de tu misión.

Claro que comprendía la importancia de lo que me habían dado: la oportunidad de conocer de cerca a la persona que más admiro, conocer e investigar sus hábitos, sus gustos, los lugares a donde va, ¡incluso podría charlar con ella personalmente! Y después matarla, destruirla totalmente. Al fin he encontrado el sentido de mi existencia.

David seguía hablandome como si yo fuese un amigo que conociera desde hacía mucho tiempo, supongo que para infundirme confianza:

     -...te elegí personalmente porque esta misión es muy delicada, y hay en juego muchos  intereses. Posiblemente te encuentres con algunas dificultades durante el desarrollo del operativo. Necesitaba a un verdadero profesional en servicios de limpieza de competencia, como tú. ¡Ah! Y me gustaría que me mantuvieras informado de tu progreso.
     -Gracias, licenciado. Le mantendré informado del estado de avance del operativo


Cuando salí de la oficina, me aguardaban la extraordinaria belleza de la secre y un inquieto y desesperado Luis Antonio Pérez, uno de los gerentes locales de limpieza empresarial y brazo derecho de David López. Me dí cuenta que estaba desesperado porque entó intempestuosamente a la oficina de David, casi pasándome encima; realmente era irónico: entre más alto llegues a un puesto, tienes más poder y dinero, pero te la pasas estresado, sin tranquilidad, trabajando las 24 horas del día (trabajas cuando estás despierto, y aún dormidos, muchos sueñan con sus pendientes y obligaciones laborales).

Quizá si llegas a ejecutivo, ganas la tranquilidad que ningún otro ejecutivo te puede "desaparecer", pero puedes ser un blanco de la limpieza empresarial; realmente no entiendo porque alguien querría eso.


David López acababa de despedir a Hugo Rodríguez cuando Luis A. Pérez entró como una tromba:

     -Hola, oye, ¿que onda con eso tan urgente que me decías?
     -Que onda güey, es que quiero que sepas de este asunto, necesito saber si sabes algo.

Luis Pérez le dirigió una mirada lo suficientemente inquisitoria para darse cuenta que no tenía ni idea de lo que le hablaban; así que David le dijo:

       -¿Te acuerdas de MaElena Fernandez? La zoologa ésa que quería ser huasteca.

       - Si, la recuerdo. Más que nada quería que la asesoraramos en cuanto a cuestiones legales.

       - Exactamente. Quería conservar su negocio y acudió a nosotros para protegerse de todas las acusaciones legales que le hacen. El giro de su negocio, la comercialización de flora y fauna, no es ilegal. Por lo menos no todavía. Apenas ayer me enteré que el congreso está a punto de aprobar una ley contra la comercialización de animales; es posible que las cámaras
legislativas hayan estado estudiando esta ley desde hace un mes, y es muy posible que la doctora le haya estado dando seguimiento a esto.

        - Entonces debe estar medio desesperada ¿no?

        - Si, lo está. Como no le hemos dado respuesta, ya nos está jugando doble.

        -¿Si?

        - Si, o por lo menos eso creiamos. ¿Te acuerdas de Rocío Sánchez, la espía industrial que les infiltramos a los mayabos?, bueno, pues ella me dijo que la doctora solamente había hablado con uno de los  ejecutivos medios, nada en concreto.

         - De cualquier forma... la operación con la doctora va dejar muchas ganancias, es un negocio con todas las ventajas. No podemos dejarselo a los mayabos. Creo que será mejor retirar a la doctora. Podemos usar a nuestro personal de limpieza, a los mejores, para que sean discretos...

         - Eso es lo que acabo de hacer. El chavo que viste salir de la oficina es de limpieza, uno de los mejorcitos que tenemos. Pero en realidad, existe un pequeño problema para retirar a la doctora; ella no es una ejecutiva registrada....

          - Si, creo que ya te agarré. La empresa de la doctora no tiene competencia, por lo que legalmente no entra en el grupo de ejecutivos a los que se les podría aplicar una limpieza por competencia empresarial...Y por lo tanto, el retiro de la doctora no sería un operativo de limpieza, dentro del marco legal actual; sería un asesinato totalmente castigado por las
leyes.Y como de todas maneras tenemos que retirar a la doctora...

           - Exacto. Ya la mandamos asesinar, y no debe quedar ningún testigo ni huellas ni pistas.

           - Estee... eso quiere decir que no debe quedar nadie del equipo de limpieza a los que le encargastre este trabajito ¿no?

 FIN DE LA PRIMERA PARTE

 [ PARTE 2 ]